Soy Delia, estoy secuestrada, me tienen aquí desde hace ya mucho tiempo.
Cuando me trajeron aquí jamás imaginé que era para hacer esto.
Porque ahora soy mamá y me encanta serlo, pues amo a mis hijos.
Soy capas de hacer cualquier cosa por ellos, p...
DELIA Al llegar a la casa todo fue alegría, pues Sara y Javier apenas entramos, corrieron hacia mí para abrazarme con todas sus fuerzas, con algo de preocupación en sus caritas, ellos preguntaron que si su hermanito estaba bien, a lo que yo les respondí diciendo que no se preocuparan por él porque su hermanito está muy bien.
Al ir al cuarto en donde estaban los bebes, ellos con solo escuchar mi voz me llamaron diciendo "mamá", cuando tome a Valeria en brazos, Daniel empezó a llorar, Sebastián lo tomo en sus brazos he increíble dejó de llorar, después me lo paso a mi, para tener a los dos en mis brazos. Toda la tarde estuvo llena de risas, diversión y de que nadie se quería separar de mi, ahora mismo estamos todos en la habitación de Sebastián que de alguna manera también es mi habitación, estábamos viendo una película, pero todos nos quedamos profundamente dormidos, yo terminé en los brazos de Sebastián, mientras que los niños y los bebes quedaron en todos lados de la gran cama, tengo ya algunos momentos desde que me desperté, pero no me quiero mover de dónde estoy pues quede sobre el corazón de Sebastián y escuchar ese sonido de su corazón latiendo, tan tranquilo, me llena de felicidad mezclada con cariño. Pues su corazón late muy rítmicamente, tanto que es como una música muy hermosa para mis oídos, es tan confortable que ya me están entrando las ganas de volver a dormir otro momento, mis ojos se vuelven a cerrar por unos segundos, hasta que ciento como Sebastián se mueve y posteriormente me mueve a mí, hasta lograr que quedar cara a cara.
Yo hago como si no pasara nada y mantengo mis ojos cerrados para tal vez poder dormir otro rato más pero entonces siento como Sebastián deja un casto beso en mis labios para luego susurrar algo en mi oído.
Sebastián: Tu y yo sabemos que no estás dormida. Sebastián: Abre los ojos.
Es entonces que no puedo evitar formar una sonrisa, ante lo que Sebastián deja otro casto beso en mis labios, generando que yo ya no pueda seguir con los ojos cerrados, los abro para ver a un Sebastián con una sonrisa de satisfacción.
Sebastián: Es hermosa esta escena de todos aquí dormidos pues antes de que tú llegaras nunca me hubiera imaginado que estarían ellos aquí, sin miedo de mi. Yo: Y yo no puedo creer el cambio tan grande que hay en ti desde que sabes que serás padre. Sebastián: Es porque eso cambia a las personas y yo no solo he cambiado gracias a este bebe, y a que te quiero mucho a ti pero también a ellos cuatro, aunque sea difícil de creerlo viniendo de mi. Yo: Sabes yo creo que además de tu voluntad que ya es lo que has dicho, me atrevo a decir que sería bueno que vieras a un especialista, me refiero a un psicólogo o a alguien de ese estilo de doctor para que te ayude mucho mejor a superar todo lo que viviste. Sebastián: Ir con un psicólogo es contarle todo lo que viví y eso ya lo hice contigo y ya estoy mucho mejor, sabes ahora que recuerdo tengo una sorpresa para los bebés pero quiero que la veas tú primero. Yo: Hamm esta bien, vamos.
Nos levantamos de la cama con cuidado de no despertar a los niños, salimos del cuarto sin hacer ruido, para después dirigirnos a una habitación que siempre desde que yo estoy aquí ha estado cerrada. Sebastián se acerca a abrir la puerta, para luego decirme que entre yo primero, mientras él se hace a un lado dejándome entrar. Cuando ingresos por completo al cuarto me encuentro con un muy lindo espacio, en donde hay un par de cunas para los bebes, que estas parecen hechas a medida, pues nunca había visto algo así en mi vida.
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