Capítulo 12

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Ariana necesitaba verse muy hermosa esa noche, y eso la tenía demasiado tensa y nerviosa.

¿Qué debía ponerse? ¿Cómo debía peinarse? ¿Y el maquillaje?

¡Cielo santo, estaba perdida!

Esa noche era el baile de graduación de su escuela, pero no era ahí a donde se dirigiría, sino a la cena de gala de la Base Militar.

Apenas esa mañana Damien le había informado de dicho evento, argumentando que se preparara pues pensaba llevarla. Eso la había dejado con un vuelco en el pecho y un nudo de preocupación que desde entonces no había desaparecido.

¡No tenía idea de qué debía ponerse!

Es decir, la cena sería elegante, por supuesto, no podía ser de otro modo. Su marido iría vestido con su uniforme de gala, había visto que Meryl se lo había llevado planchado muy temprano. No quería desencajar, no quería que nadie se burlara de él por llevar a una esposa demasiado sencilla. ¿Pero qué haría?

Pensaba en ello muy angustiada cuando su celular comenzó a sonar. Era una llamada proveniente de Dove.

Seguro ella sabría qué hacer, así que se alegró de inmediato y respondió.

–¡Dove, qué bueno que llamas!–

–Yo también estoy feliz de oírte, Ari– bromeó la rubia. –Oye, ¿cómo es eso de que no irás al baile de graduación? ¿Sabes? No necesitas ir con alguien, puedes estar conmigo y con Freddie, pero si convencieras a ese maridito tuyo de que te acompañe, serían la sensación–

Ella negó.

–No, no, hoy me ha surgido algo que hace imposible que vaya–

–¿Qué cosa?–

–Damien me ha invitado a la cena de gala en la Base Militar que será en un par de horas, y Dove, tienes que ayudarme. ¡No sé qué demonios ponerme!– Ariana estaba demasiado nerviosa.

–¡Wow! ¿Lo dices de verdad? Por lo visto ese soldadito no perderá la oportunidad de presumirte. Sabe bien lo que tiene por esposa–

–¿Presumirme? Estás loca, lo avergonzaré–

Dove soltó una carcajada.

–Ari, nena. Eres preciosa, y él lo sabe, y quiere que todos los demás lo sepan, y que sepan también que eres suya. Es un hombre a final de cuentas–

–Yo no soy suya– resopló Ariana molesta.

Su amiga no respondió a aquello, sino que siguió hablando.

–Y con los consejos que voy a darte, quedarás aún más hermosa, te lo juro, y me dejo de llamar Dove Cameron si no es verdad. A ver, préstame mucha atención, Ariana. ¿Recuerdas el vestido que usaste hace un año para la boda de ese primo odioso de tu tío Charlie?–

¡Claro! Lo había olvidado por completo. Era un vestido precioso, y nunca más lo había vuelto a utilizar. ¿Pero lo había traído con ella o lo había dejado en casa de los Sheen? Intentó hacer memoria. Lo había traído, tenía tan pocas cosas que no había dejado nada en su antiguo hogar. ¡Gracias al cielo!

De inmediato puso el altavoz en su celular y corrió a su closet. Ahí encontró lo que buscaba. Sonrió contenta y tomándolo en un puño, lo pegó a su pecho como eternamente agradecida.

–¿Lo llevaste contigo?–

–Sí, sí. Aquí lo tengo– sin embargo comenzó a revisarlo y se encontró con algo que la hizo desear llorar... La parte delantera del vestido estaba completamente destrozada. Tenía un montón de agujeros que no habían estado ahí la última vez que lo usó. Parecían quemaduras o algo por el estilo. El alma de Ariana cayó a sus pies. –Dove... Está arruinado– su voz se quebró.

Mitades Perfectas® (AG 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora