Sello Viviente

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Yuya estaba en el infierno, podía sentir a Zarc dentro suyo intentando apoderarse de su cuerpo, era como algún tipo de bestia arañando en su interior por salir junto con un increíble calor, como lava corriendo por sus venas, era el poder oscuro de Zarc, estaba intentando contaminar su cuerpo para poder usarlo, también podía sentir a Yuto dentro de si resistiendo.

"Yuya, no podremos aguantar mucho tiempo más" jadeó Yuto mientras aferraba con fuerza la tela de su camisa a la altura de su corazón "La oscuridad de Zarc es sofocante"

Yuya gruñó, sus ojos brillando mientras intentaba liberarse de las ataduras que le había impuesto su propio padre, su cuerpo entero se sacudía mientras sus manos se movían como garras intentando arañar las ataduras fuera pero no podía.

"Yuto, tenemos que resistir, no podemos dejar que Zarc se salga con la suya, solo quiere destruirlo todo"

"Yuya, sé que no confías en que pueda resistir la oscuridad de Zarc pero permiteme ayudarte"

Yuya asintió, no tenía confianza en que Yuto pudiera soportar por mucho la oscuridad de Zarc pero podía permitirle su cuerpo por tan solo unos momentos. Así pues cambiaron de lugar, Yuto gritó de dolor cuando el dolor irradió por todo su cuerpo, cuando era solo un habitante en el interior de Yuya el dolor era atenuado, poseer directamente el cuerpo era muchísimo más real, dolía demasiado.

Aún así pudo concentrarse el tiempo suficiente para ejercer fuerza en las ataduras, también recurrió a su poder psíquico, aquel que usó en ciertas ocasiones para hacer daño físico en sus duelos aún sin la visión solida real, solo entonces pudo quebrar las ataduras de la carta del padre de Yuya.

Cayó con una voltereta al suelo y le devolvió su cuerpo a Yuya, Zarc seguía arañando en el interior para apoderarse de ellos.

-Yuya, no bebiste haberte liberado- dijo Reiji quien se veía preocupado.

Yuya jadeó -No dejaré que Zarc gane- prometió con su voz gruesa, sus ojos aún no dejaban de brillar al igual que el aura oscura no dejaba de emanar a su alrededor.

 -Tenemos... que... detener a Akaba Leo- gruñó Yuya con esfuerzo.

Al instante los dragones Dark Rebellion y Odd-Eyes salieron de sus cartas y arremetieron contra la pared por la que había desaparecido Akaba Leo. Reiji tomó a Reira y lo apartó al otro lado de la habitación.

-Hermano- dijo Reira llevando sus manos a su cabeza -Ray... Ray quiere renacer- el niño se veía alterado por la voz en su cabeza.

Reiji lo miró sin entender -¿Puedes escucharla?- 

Reira asintió y desvió su mirada hacía Yuya quien a pesar de que parecía enfocado en su tarea de llegar hasta Akaba Leo al mismo tiempo seguía luchando contra Zarc dentro suyo.

-Si ella revive Zarc también lo hará- dijo Reira -El proyecto Arc V es un error-

Reiji asintió y abrazó a su hermanito mientras la pared temblaba y finalmente cedía dando una vista completa de las 4 chicas en los tubos de vidrio y Akaba Leo flotando en su aparato de levitación les devolvió la mirada sorprendido, no pensó que usarían la visión solida real para destruir la pared.

-Ese demonio- dijo enfocando su mirada para ver a Yuya quien seguía emitiendo esa aura oscura.

-Es suficiente, Ray tampoco debe revivir- dijo Reiji a su padre -¿No lo entiendes? No puede haber oscuridad sin luz, deja a Ray descansar en paz- le gritó a su padre.

Éste solo frunció el ceño -Veo que el demonio te ha convencido, es una lástima Reiji, si hubieras sido un buen hijo- dijo mientras deslizaba un panel del reposabrazos de su trono.

Crossed DestiniesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora