Venta en medio de la tormenta

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Tiene que mejorar, las cosas no pueden estar mal para siempre. Me dijeron que después de la tormenta el sol era más fuerte, pero ¿Cuándo para la tormenta?

La tormenta es cada vez más estruendosa, cada vez me da más miedo. Ya llevo mojándome por dos años, esperando sentir un abrazo cálido del sol. Pasaron dos años y algo me dice que va a pasar más tiempo.

Me cuesta seguir adelante, porque no sé si la tormenta va a parar. Cada día me despierto en la cama de algún extraño diferente, sin recordar nada. Igualmente, no pienso en eso, no hasta que se me pasa los efectos alucinógenos, ni siquiera miro quien está debajo de la sabana, eso ya no me importa, solo busco los 500 pesos y me voy, sabiendo que al día siguiente va a pasar lo mismo.

Los momentos más felices, son los que un cliente me trata bien, no me grita ni me pega. Ahí veo un pequeño rayo de luz. Tristemente, se va con la llegada de una nueva noche. En la que estoy preparada para que me hagan sentir mal, menospreciada, inútil, me hacen sentir como un juguete, uno que se alquila por noche. Por eso necesito de esa nieve blanca, porque, aunque sea por un momento, me siento bien. Es el único momento que me escapo de esta dolorosa realidad.

Realidad que llevo viviendo desde los 15 años. Realidad en la cual mientras el cliente pague, no me importa su género, ni edad. Realidad en la que duermo en la calle, acompañada de unos perros cuya vida es solo un poco mejor que la mía.

Un día se va a terminar, lo sé. Nada dura para siempre. Algún día voy a ser la "mujer bonita" de un "Richard Gere". Es eso o una sobredosis letal, pero esto no va a durar para siempre.

Volviendo a la realidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora