El loco, el sabio y el borracho

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Te veo

En cualquier lado, en cualquier comida, en cualquier borrachera, te veo. Te veo en los lugares que me hacen feliz, en los lugares que quiero estar vivo. Desde que no te veo, el alcohol es mi lugar feliz. Es el vodka mezclado con whisky y ron, que me hace olvidar todo. Olvidar todo, es mi lugar feliz.

Cuando no hay nada, cuando todo se ahoga con alcohol, apareces vos. Con tu mirada perdida y tus labios pintados, con tu sonrisa desequilibrante y tu ojos esclavos. Apareces ahí en el medio de la cordura y la locura, haciéndome dudar de cuál de los dos lado esta quererte a pesar de todo. Te extraño, y te quiero.

El loco de mi barrio siempre decía "en el amor, pierde el que cede". Yo siempre cedi, vos siempre te mostraste cortante, distante, fría y yo ahí, con el ramo de flores y los chocolates, esperando que me quieras. Siempre cedi yo, siempre perdí a propósito, porque el sabio de mi barrio siempre decía "Las mejores guerras, son esas que perdes a propósito, por amor".

Nunca había estado seguro de a quién creerle, hasta que un día los vi a los dos, borrachos en una esquina, llorando por amor. Y ahí entendí, que el amor es eso, que necesitas aunque duela y que ni el más loco, ni el más sabio pueden entender.

Entonces te busque, supuse que borracho todo se entiende mejor, vos supusiste que borracha, la madurez llega más rápido. Y nos encontramos los dos con la mirada perdida, y los labios juntos, y prometimos amor. Esa noche, aunque lo niegues, prometimos amor.

Una parte de cada uno murió esa noche. Vos, no sé porque, perdiste la capacidad de amar. Yo, por amor, perdí la sobriedad.

Y el loco me dice que te olvide, y el sabio me dice que te olvide. Pero el vodka con whisky y ron me prometen que un día vas a volver y de todas las mentiras que hay en el mundo, elijo creer la que me parece más bonita.

De todos los insultos que hay en el mundo, vos elegiste el mudo. Quedarte callada, fingir que no existo y borrar todo de mí. Lo hiciste sin anestesia, sin previo aviso, o notificación. Fue el adiós más vacío que conocí.

Un día te vi y te escupí todas las palabras que vos no te animabas a decir. Sin previo aviso y de la nada. Como el pibe que toma vodka por primera vez, y se hace daño. Pero vuelve por más.

Volví por más, pero no te vi. No sé dónde estabas, nunca lo supe, nunca te pude preguntar.

Me gustaría al menos, saber cómo estas, como te trata la vida, o si volviste a sonreír.

Pero no sé nada.

Te veo, eso sí, cuando no hay nada más que alcohol en mi mente. Te veo cuando el loco se preocupa por mí, y el sabio dice que soy un caso perdido. Te veo porque no veo nada, porque no siento nada.

Te siento porque de verdad te quise, pero no te importó.

Esta es la primera vez que escribo desde que no te veo, y puede ser la última.

Escribir es derramar emociones y hasta eso te llevaste. Te quise, pero te perdí, como el loco perdió la esperanza en mí.

De vez en cuando los veo, al sabio y al loco, borrachos en la misma esquina, riendo a carcajadas. Y los envidio, porque nadie que necesite amor puede reír a carcajadas.

A los que necesitamos amor, solo nos queda esperar una tragedia y confundirla con cariño.

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⏰ Última actualización: Mar 12, 2019 ⏰

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