Tu sonrisa

23 2 0
                                    


Te vi por primera vez y me di cuenta, tus ojos estaban llenos de angustia.

No tenías cara triste, estabas sonriendo. Pero era una sonrisa falsa, era obvio lo que intentabas esconder con ella. Te ponías la máscara con sonrisa firme, mientras te desmoronabas detrás.

Intento, pero no puedo imaginarme como alguien pude sufrir tanto como tú y ser capaz de sonreírle a la vida.

Estabas cansada. Tus ojos querían cerrarse, querías descansar, de todo. Pero aun así, creo que si te hubiera llamado a las tres de la mañana llorando, te quedarías hablando conmigo hasta hacerme reír. Porque sabías lo que es estar sola sin que nadie te ayude, lo sufriste noche tras noche. Llorabas, pero en silencio porque no querías molestar.

Nunca le contaste a nadie. Siempre te lo guardaste. Inflaste tu pecho de tristeza y nunca te quejaste. Respirabas profundo y sonreías, ese era tu truco.

Pero la máscara peso cada vez más. Nunca pensaste que fingir ser feliz podía ser tan doloroso.

Pero lo seguiste haciendo, hasta que un día mientras fumabas en mi balcón, luego de discutir con tu mama por teléfono, empezaste a temblar y rompiste en llanto. Fue progresivo, primero una lagrima fácil de esconder, luego 3, luego fueron demasiadas para esconder y se te cayó la máscara... gritaste a todo pulmón, liberando esa tristeza que llevabas recolectando por años. Pero dolió, fue duro sacar todo de una, por lo que lloraste como nunca lo habías hecho. Te abrace y mientras mojabas mi camisa con olor a alcohol, me contaste todo.

Me dijiste que perdiste a tu hija, cuando solo tenía 3 meses. Me contaste que la depresión te ataca a la noche, cuando tu única compañía es la almohada, que te dolía cada sonrisa falsa y que se te quebraba el corazón de culpa cada vez que tu madre te reprochaba haberte quedado dormida mientras cuidabas a tu hija.

Nos acostamos, tú llorabas, yo te abrazaba y la presión de tu pecho se aliviaba. Te dormiste con tu cabeza en mi hombro.

Aunque lo niegues, yo te vi sonreír cuando soñabas, fue la primera sonrisa real desde que te conocí, puedo imaginarme con quien soñabas.

Yo intentaba ligar ese día, pero en cambio ayude a purificar un alma. Un alma que siguió adelante, que fue mama y me hizo papa.

Esa alma se convirtió en la mejor mama de la mejor niña del mundo... Paula. El mismo nombre de su bisabuela, el mismo nombre de su hermana que no llego a conocer. La misma sonrisa de su mama cuando la ve.

Volviendo a la realidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora