No importa cuánto intente, siempre se van, siempre me dejan sola. Yo intento de todo para que alguien se quede. Pero siempre termino igual, preguntándome que pasa conmigo, mientras abrazo la almohada y la lleno de lágrimas.
Nunca tuve novio, nunca una amistad me duro un año, nunca un familiar se preocupó en decirme "¿estás bien?
Me gustaría que por lo menos antes de irse, me dijeran que error cometí, así puedo cambiar. Si se van sin decir adiós ni dar explicaciones, no sé qué hice mal, y termino igual todas las noches.
Lo peor es la falsa esperanza, cuando alguien llega a mi vida y me trata bien, entonces yo pienso "por fin, por fin alguien se va a quedar". Pero de un día para otro, se va.
Se fue Luis, se fue Antonio, se fue Agustina, Nati, María, Valentina y Valentín, Juan, Daniela, Marcos, etc, etc, etc; todos se van.
Y después mi hermano me dice que paso mucho tiempo sola. Si alguien quisiera verme, yo pasaría todo el día con él/ella. Él por ejemplo, él me podría acompañar algún día, pero como dije, ni mi familia me quiere.
Pensé que me iba a acostumbrar a la soledad, pero fue ella la que se acostumbró, a hacerme daño. Una más no hace la diferencia. Dios, es que hasta yo misma me hago daño, con pensamientos y con cuchillas. El dolor es cada vez más fuerte y yo me hago más débil. Cada vez mi almohada tiene más lágrimas, mi brazo ya no tiene lugares para que lo corte. Todo se está haciendo muy difícil.
Recuerdo algunos inviernos atrás, cuando todavía tenía a mi papa, me acuerdo que con él, todo era diferente. Él si me preguntaba como estaba, me abrazaba y me daba un hombro para llorar en los días grises. Pero se fue, una tormenta y un joven borracho se lo llevaron.
Desde entonces he estado sola, perdida sin rumbo. Todavía sueño con mi papa, que vamos a pasear en su auto, nos alejamos de la sociedad, vamos a donde nadie puede herirnos. Pero antes de llegar, despierto. No sé cuál es ese destino tan "mágico". Supongo que lo importante del sueño, no es el destino, sino el viaje.
Me encantaría viajar con mi papa, a donde sea, no importa, lo importa es que él este ahí. Que me de consejos y que me haga compañía.
Lo malo del sueño es despertarme y darme cuenta de que lo único que tengo es una habitación oscura y una duda sin respuesta: ¿Qué hay de malo en mí?
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Volviendo a la realidad
Historia CortaHistorias cortas que pinchan la burbuja de la fantasia, que te demuestran cuan duro puede pegar la realidad.