Volviendo a la realidad

Soñar no es gratis

Soñar es gratis, pero volver a la realidad cuesta.

Los sueños son un arma de doble filo, porque por un lado son esa fuerza que hace que te levantes en la mañana, pero también pueden ser lo que te empuja al vacío, cuando estas al borde; ya que no hay nada más triste que darse cuenta de que todos los esfuerzos que hiciste fueron en vano. Es lindo soñar, y como dije, es gratis, te lleva a vivir otra realidad, las cual crees que un día será la tuya, y miraras desde arriba a todos los que te dañaron, viviendo sus tristes y solitarias vidas. Una realidad donde, siempre gana el bueno, donde viajas a dónde quieres, o te haces millonario haciendo lo que te gusta.

Pero tristemente, en algunos casos, ese sueño es tan estúpido como el de un niño que piensa que va a encontrar un unicornio. Ese niño en un momento va a tener que darse cuenta de que los unicornios no existen, por lo que nunca hallara uno. Va a patalear y a gritar, pero con el tiempo, y tras despedirse de algunas lágrimas, aceptara que su sueño, fue, es y será, solo una fantasía.

Pero en la adultez es todavía peor, porque ellos ven a alguien cumpliendo eso que ellos quieren, y dicen "yo voy a ser como él (o ella)". En algunos casos, lo consiguen, logran hacer que sus sueños se hagan realidad; pero en otros, tienen que vivir con la idea de que nunca serán: Actores, millonarios, cantantes, escritores, etc. Se darán cuenta de que dejar a su familia para ir a una gran ciudad, fue en realidad, muy estúpido, y van a tener que volver a trabajar de lo que no les gusta para ganar un mísero salario. Se darán cuenta que Vivian en una burbuja, la cual les hacía ver todos los colores a lo lejos. Pero cuando esta se pinche, verán la realidad, la cual es solamente gris, verán a personas grises, las cuales odian su vida, y de a poco, se convertirán en una de ellas.

Así es como entraran en la depresión, la cual los hundirá en un abismo, del que no hay escapatoria. Todo empieza con una actividad que se supone es muy gratificante y esperanzadora, soñar. Al final del día, soñar no es gratis.