Te escribo a ti, que cuando llegaste, iluminaste mi vida, pero cuando te fuiste, la apagaste definitivamente. Quiero que sepas que ansié mucho tu llegada, me pasé varios meses pensando en ti. También deberías saber q que aún hoy, cinco años después que te fuiste, sigo recordando tu sonrisa. Fuiste mi primer y ultimo amor. Sigo soñando contigo, con ese instante que te vi. A veces me despierto llorando al darme cuenta de que verte, fue un sueño.
Estabas destinado a ser grande, a traer alegría al mundo. Lo sé, porque cuando se suponía que tenías que llorar, tu sonreíste. Dicen que estoy loca, pero yo recuerdo como me sonreíste mientras yo te abrazaba y lloraba.. Lo que me duele, es lo poco que duro esa hermosa sonrisa. Fue un instante, pero en esos segundos, tuve esperanza. Esperanza de que todo iba a estar bien. Me encantaría hacer un bucle en el tiempo y vivir ese instante por toda la eternidad.
Llevo la pesada cadena llena de culpa de no haber hecho nada para salvarte. Los doctores dicen que no se podía hacer nada, pero yo sé que algo mas, pude haber hecho. Me acuerdo la angustia que sentí cuando dejaste de respirar. Te apreté contra mi pecho y no te quería dejar ir, no podía hablar, solo lloraba y gritaba.
Es una pena que a un alma tan pura como tú, le haya tocado sufrir así. Yo creo que fue dios, pasándome factura por haber hecho las cosas que hice. Yo sé que me merecía sufrir, pero tu no.
Espero que tu estés viviendo en el cielo, porque yo siento en carne propia lo que es el infierno. Me acuerdo el día que te enterré, mi alma estaba aplastada por la angustia. Mis ojos estaban inundados de tristeza, me faltaba el aíre. Cuando tu ataúd empezó a bajar, acepte la cruda realidad y tuve que ver a un hijo pagando las cuentas de su madre
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Volviendo a la realidad
Historia CortaHistorias cortas que pinchan la burbuja de la fantasia, que te demuestran cuan duro puede pegar la realidad.