Yo no soy de los que esperan su carta de Hogwarts, con su traje de Gryffindor y su varita de plástico. No estoy esperando que venga una lechuza mágica y me lleve a saber sobre pociones o a aprender como pronunciar "Winguardium Leviosa".
Yo más bien, soy de esos que pasaron toda su vida en Hogwarts.
No estoy loco, de verdad fui a Hogwarts. ¿No me crees?
A ver, entonces explícame como me dormía mirando dibujitos en el sillón y me despertaba en la cama todo tapado. Explícame como los vasos y los platos aparecen limpios después de que los use. Explícame porque no tengo frio en invierno, porque aparece comida caliente y rica cada noche. Decime a ver si podes, porque cada 25 de diciembre aparece en mi habitación el regalo que yo quería. Contame como venía de jugar afuera y veía una chocolatada calentita con vainillas al lado.
¿Ah viste? ¿Viste que de verdad estoy en Hogwarts? No es el Hogwarts de Harry Potter, pero es uno igual de especial, porque acá no puede entrar el innombrable ni sus mortifagos. Mi Hogwarts, está bien protegido. No tengo porque tenerle miedo a nada, no hay nada que me pueda hacer daño.
¿Sabes cuál es la parte triste? Me estoy por recibir. Aunque no quiero recibirme, en Hogwarts existe la magia, allá afuera no. Una vez cruce las puertas principales y tire mi sombrero de graduación al cielo... me despediré de la magia. Tendré que ir a lo desconocido, a donde quizás si me encuentre con el innombrable, donde quizás si vea a sus mortifagos. Tendré que ir al bosque prohibido, donde ni el mapa del merodeador me podrá guiar. Estaré solo, y la gente peligrosa va a estar cerca de mí, no en Azkaban.
Tengo miedo de salir, pero no le puedo decir a Dumbledore que me deje quedarme otro año. Él ya me protegió todo lo que pudo, ahora me toca a mí hacer lo propio.
El primer año fuera voy a poder tomarme el tren en la estación nueve y tres cuartos para visitar a Dumbledore y pedirle ayuda o algún consejo. Pero después, esa estación se cerrara, me despediré de Hogwarts para siempre.
Allá afuera me podrán hacer un Crucio o un Imperio, incluso un Avada Kedavra, como dije no está Azkaban. Mi lechuza me acompañara hasta donde pueda, pero un mortifago la va a matar. Intentare distraerme con los dibujitos, pero terminare viendo las noticias donde todo es muerte y tristeza, me dormiré en el sillón llorando. Al día siguiente, despertaré en el sillón, los vasos y platos seguirán sucios y ni la chocolatada ni la comida calienta van a estar preparados. Ya no podré irme a jugar ni recibiré lo que quiera el 25 de diciembre. Ni el 26, ni el 27, o el 28, 29 30...31. Ni el año siguiente. Aunque yo solo querría un poco de magia, o felicidad no pido mucho. Aunque al innombrable no le importa, no solo no me dará, sino que me quitará si le doy la oportunidad.
Lo llamaré por su nombre, como dijo Mcgonagall "intentara matarte de todas formas". Estoy hablando de la realidad. R-E-A-L-I-D-A-D. Ven por mí, te estaré esperando, con miedo, pero con la cabeza en alto.
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Volviendo a la realidad
Kısa HikayeHistorias cortas que pinchan la burbuja de la fantasia, que te demuestran cuan duro puede pegar la realidad.