*Paula*
Tras cerrar la puerta de casa, asegurarme que la cocina estaba recogida, y el salón en orden, me fui hacia la habitación de invitados, donde le habíamos preparado a David la cama para que se quedara esta noche.
-Como si estuvieras en tu casa eh.
-David: ya me lo has repetido cinco veces
-Por si acaso, a ver si de tanto mojito se te van las neuronas más de lo normal
-David: eres un amor...
-Lo sé, al final se me acabará subiendo a la cabeza.
Le dejé en la habitación, y al asomarme al dormitorio, vi que Álvaro no estaba. Ni en el baño. Ni en el despacho. Fui al salón, y vi la vidriera abierta. Al salir, le vi sentado en las sillas de la mesa de la terraza, mirando a la luna, en una especie de trance... A saber dónde estaría.
-Son casi las tres cariño... ¿No tienes sueño?
-Álvaro: la verdad es que sí... Me había quedado en babia... vámonos a dormir -se levantó y pasó corriendo por mi lado, sin mirarme apenas, y le vi como se iba por el pasillo.
A la mañana siguiente... Me desperté sola en la cama. Me arreglé un poco el desastre de pelo que tenía, y al salir al salón, me encontré con David sentado viendo la tele.
-David: buenos días bella durmiente
-Tampoco es tan tarde... Son las once. Bueno puede que sea algo tarde. ¿Has desayunado? -me fui hacia la cocina... Y estaba vacía -David... ¿Y Álvaro?
-David: no lo sé... Creía que tú sabrías a dónde había ido esta mañana.
-¿Qué?
-David: salió sobre las nueve o así, sólo oí el sonido de la puerta al cerrarse... Y no, no he desayunado, pero... Te he hecho el desayuno -tostadas con mermelada de fresa... Me morí en ese instante.
-Que bonito... Y que hambre que tengo.
Estuvimos todo el día hablando y jugando a la Play.... Aunque más bien, él me ganaba y yo perdía de una manera demasiado humillante. Me gustaba, pero es que era mala no.... Lo siguiente. Álvaro me dejó por imposible las cincuenta veces que intentó enseñarme. A eso de las seis, David se fue a su casa, y yo intenté llamar por décimo cuarta vez a Álvaro... No me lo cogía... Aunque en el whatsapp sí salía que estaba conectado, o que se había conectado... Pero tampoco me respondía a los mensajes. Estaba ya vistiéndome y cogiendo mis cosas para salir a buscarle cuando a eso de las diez de la noche, apareció por la puerta
-Álvaro: lo siento, he ido a ver a mi madre, mi hermana ha venido a pasar unos días y no me he fijado en la hora... Acabo de ver el móvil.
-Estaba preocupada... Creía que te había pasado algo.
-Álvaro: tranquila... Voy a trabajar un rato vale, ya he cenado en casa de mi madre... ¿Tú has cenado?
-No, pero ahora me tomo algo, aún estoy con la resaca de anoche.
-Álvaro: vale -y se fue por el pasillo, sin decir nada más.
Esa noche me acosté sola, mientras le oía usar el ordenador desde el despacho. Le dije que nos fuéramos a dormir, pero insistió en que tenía que hacer una cosa y que en cuanto acabara vendría. Y así, con la misma situación, estuvimos una semana. Aunque la cosa iba a peor... Había días que no venía a casa, y me llamaba diciéndome que se quedaba donde su madre. Y cuando estaba en casa, pues o se quedaba en el salón con el ordenador... O viendo la tele. Una mañana, cuando me levanté, estaba dormido en el sofá... Con el ordenador encendido. Fui a apagarlo... Cuando vi que tenía abierta la hoja de Excel donde llevaba las cuentas... Una manía que le pegué yo, cuando a mi me la pegó mi padre. Había gastos, los normales y además otros... Pagos varios con tarjeta, todos de la última semana. Y en el pie de página había una nota con una inicial... L... ¿Qué narices era esto? Me quedé mirándole, mientras dormía... Qué habría estado haciendo... Apagué el ordenador y lo dejé ahí encima, mientras me fui a la cocina a preparar el desayuno.
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4- This is the life
FanfictionCuarta entrega de la saga escrita por PackPurpleAuryners. Noelia y Paula pensaban que una puerta forzada y una llamada de emergencia era lo peor que les podía pasar. Pero hay cosas que ya están escritas en sus destinos… cosas que jamás podrían haber...