*Paula*
-Álvaro: no puedo creer que estés liando esto por el dinero...
-No voy a dejar que nadie pueda echarme en cara alguna vez que me he aprovechado de ti.
-Álvaro: ahora encima de cabezota, orgullosa.
-¡Bravo! ¿Quieres un premio por haber descubierto después de seis años cómo soy en realidad?
-Álvaro: no te equivoques, tú no eras así. Voy a hacer como si nada de esto hubiese pasado, tú estás muy cansada y yo estoy muy cansado, es una mala combinación para tener esta conversación. Pero te voy a decir una sola cosa, y si realmente tienes cabeza me harás caso. Abre los ojos de una vez antes de que hagas algo de lo que te puedas arrepentir. Estás haciendo daño a mucha gente, ya no sólo a mi, y sino, párate a mirar un momento los mensajes de tu móvil y lo verás- y tras decir aquello, cogió el ordenador y le oí cuando cerró de un portazo la puerta del dormitorio.
Y así lo hice. Cogí el móvil y lo enchufé en el cargador que teníamos en uno de los lados del sofá. Miré los grupos, y en todos, tras cargar las conversaciones del último mes, acababan preguntando dónde estaba metida, y Álvaro siempre contestaba lo mismo "está liada con el trabajo, pero está bien". Y por el de Senosvalaolla era peor... Habían quedado para ir al cine, de compras, al centro, a cenar... Y yo no había contestado. Ni siquiera había hecho caso a las conversaciones privadas, donde había mensajes que ni me acordaba que me los habían mandado.
En aquel momento me hundí en un agujero negro, y las lágrimas empezaron a derramarse de mis ojos lentamente. Recogí en silencio el salón, y volví de nuevo al sofá. Me tumbé, encogida, mientras ocultaba la cara en uno de los cojines... Y lloraba. ¿Qué había hecho?
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Tuve que quedarme dormida, porque cuando me desperté, estaba en la cama. La luz entraba por la ventana. Lo poco que recordaba, era haber estado llorando, algo frío sobre mi frente y después un roce en la mejilla. Me dolía todo el cuerpo, y poco a poco empecé a reaccionar... hasta que me di cuenta de lo que pasaba. La claridad... yo nunca me iba a trabajar con claridad. Me incorporé de golpe, buscando como loca el móvil, mirando como en el despertador de la mesilla de Álvaro ponía las... dos y media de la tarde.
-Álvaro: tranquila, he llamado a Santiago -estaba apoyado en la puerta, cruzado de brazos... Y con una mirada que era incapaz de descifrar- Le he contado todo, ya que él tampoco sabía por qué estabas haciendo esto. Me ha dicho que hasta el lunes no quiere volver a verte por allí, o te traerá a rastras hasta casa.
-Pero...
-Álvaro: no hay peros que valgan. Vas a acabar enferma, si no lo estás ya, porque anoche tenías fiebre cuando te traje a la cama, estabas hasta delirando. Por poco te llevo al hospital -se acercó y se sentó enfrente mía- te estás desgastando, y eso no es bueno. No pareces ni tú...
-Lo siento...
-Álvaro: espero que lo sientas. Y sí, voy a ser así de duro contigo esta vez, porque no tienes ni idea de lo que hemos sufrido todos durante este tiempo mientras tú hacías esta tontería.
-No me di cuenta...
-Álvaro: claro que no... Cuéntame qué te pasa. No me creo que de verdad te hayas vuelto así de la noche a la mañana.... Qué no me estás contando. Sabes que me da miedo que me ocultes cosas, que necesito que me cuentes hasta cuando te duele un dedo. Hace tiempo que veo que te callas algo, y el hecho de que hayas estado dos meses fuera, que no me llamaras como siempre, que ya ni si quiera me decías te quiero cuando lo hacías... Me tienes preocupado, aunque más bien me tienes asustado. Así que por favor, dime qué te está pasando.
- Todo... Me pasa todo. Todo esto. Los últimos meses han sido una auténtica montaña rusa, los preparativos de la boda me han estresado más de lo que normalmente estoy. Y... Desde que te dije que me casaría contigo me siento... Juzgada. Más que nunca. Para mucha gente no soy la mujer que te mereces y... No quiero que piensen así.
-Álvaro: creí que todo esto estaba claro, me dijiste que pasabas de todo lo que te dijeran.
-Pero eso no evita que me sienta mal. No me hace gracia que me llamen buscona sabes, ni que digan que me niego a hacer una separación de bienes, cosa que sinceramente no sé de dónde narices han sacado... si la mayoría ni siquiera saben lo que significa. O que me miren... Que los que saben quien soy me miren por la calle con desprecio. Me estaré volviendo paranoica, o vete tú a saber qué más, pero no puedo con esto. El trabajo es lo único que me evadía, y sí encima conseguía ahorrar algo más, también me venía bien. Quería que vieran que no me estoy aprovechando, que soy buena para ti.
-Álvaro: Pues claro que eres buena para mi, te he elegido yo ¿Cómo puedes pensar eso? -se pasó una mano por el pelo, y me miró, con tristeza- Pero... Te entiendo... ¿Quieres que lo dejemos?
-¿Qué?....
-Álvaro: te lo dije cuando empezamos a salir, si en algún momento no podías con esto, solo tenías que decírmelo y... Aceptaré tu decisión -aunque intentaba ocultarlo, tenía la voz rota.
-Tú... ¡No!... Claro que no... Cómo... ¡Cómo puedes decirme esto!
-Álvaro: Paula...
-¡No!... Ni se te ocurra Álvaro... ¡No! -estaba empezando a hiperventilar, la cabeza me iba a estallar, y tenía la visión borrosa...
-Álvaro: Cálmate por favor.
-No puedes decirme esto... No después de lo que hemos luchado para llegar hasta aquí... Todos esos meses separados, el haber aguantado la relación de Blas e Irene, y... Todo lo que nos hemos prometido... Yo no quiero perderme todo eso Álvaro... No sé qué hacer para dejar de sentirme así pero desde luego esa no es la forma.
-Álvaro: ¿Y por qué no pruebas a contármelo?. Sé que no te gusta hablar de tus problemas, pero... Eso no puede ser así. Además de que encima me siento como si no confiaras en mi.
-Te confiaría hasta mi vida.
-Álvaro: pues no lo haces, porque desde hace unos meses hasta aquí, no sé nada de tu vida, y hasta ahora mismo no sabía lo que te pasaba. Y yo... Te quiero con toda mi alma... Y no quiero dejarte, pero tampoco quiero ver como te vas a trabajar a las siete de la mañana y no vuelves en semanas para aislarte del mundo, o como te amargas tú sola por callarte todo lo que te ronda la cabeza. Llevo un mes soñando que eres tú la que me deja y cada vez que me despierto y no estás a mi lado tengo que buscar cosas tuyas por toda la casa para asegurarme de que no te has ido de verdad -se acercó más a mi, y apoyó su frente sobre la mía. Se quedó así un rato, respirando pausadamente- Y encima lo que mas me preocupa no es el hecho de que me tengas en la completa ignorancia, sino que encima sé que no hablas con nadie, que te callas todo para ti, no te desahogas y acaba pasando lo de anoche... La mujer que tenía delante mía no era mi novia, era la sombra de ella. Tienes que volver a la vida normal, volver a presentarte de improviso en casa de mi madre para tomarte un café con ella, salir del trabajo e ir a casa de tus padres a verles porque les echas de menos, aunque les hayas visto el día anterior; o llegar a la oficina de Must! con una caja de donuts para todos, y hacer el tonto con Senosvalaolla para alegrarnos el día a los demás como hacíais siempre.
-Ojalá pudiera volver a eso. Me tienen que estar odiando... Noelia sobre todo. Es la tercera vez que la dejo así de apartada de mi vida...
-Álvaro: no lo creo... me pregunta por ti todos los días. Te echa de menos... como todos la verdad. Te has perdido muchas cosas en este tiempo, y tendrás que aceptar el enfado que podamos tener todos, y las broncas que te van a caer, pero... no nos has perdido aun -me acarició la mejilla, y cuando abrí los ojos, vi que estaba llorando- Rectificar es de sabios, y no vamos a darte la espalda.
-¿Tú crees? ¿Volverá a ser igual?
-Álvaro: por supuesto. Aunque bueno, quizás tendrás que volver a ser la misma Paula que dejamos atrás hace unos meses.
-¿Qué quieres decir? -se rió.
-Álvaro: pues por ejemplo, que descanses un poco, para quitarte esas ojeras que tienes tan marcadas y que te han echado diez años encima... de la más joven en edad has pasado a ser la más mayor en apariencia. También que comas algo... has perdido peso, y se te nota -aquellas palabras me las dijo más como reprimenda que como consejo... Era verdad que hacia tiempo que no comía algo en condiciones, y lo raro era que mi estómago no se hubiera quejado como muchas otras veces... - Y lo principal, que te metas en el baño, y vuelvas a teñirte el pelo, porque cariño... Estoy seguro de que llevas mucho sin mirarte bien. -noté como me ponía roja, y me miré en el espejo del armario del dormitorio... Mi pelo estaba súper apagado, y casi con mi color natural, fruto de llevar desde octubre sin darme el tinte, y usando los champús de los hoteles. Solo algún reflejo rojo se colaba entre los mechones, y las puntas estaban más abiertas que las flores en primavera. La última vez que vi esa misma imagen en el espejo, tenía 20 años, por la ventana veía el skyline de Nueva York, y Álvaro y yo estábamos a punto de dejarlo, sin llevar apenas un año. Al verme así, recordé por qué me había teñido, todo lo que había dejado atrás con ese cambio radical. Todos aquellos demonios que habían vuelto a atormentarme... Y que tenía que volver a echar.
-A las dos últimas cosas no te voy a decir que no, pero a lo primero no puedo -me miró con el ceño fruncido y cuando iba a rechistar, le puse un dedo en los labios- si no recuerdo mal, anoche me dijiste que venían Noelia y Blas a cenar, así que tengo que esforzarme en hacer una cena de sobresaliente, lo que también significa que tienes que bajar al mercadona de la esquina... Necesitamos provisiones de arrepentimiento.
-Álvaro: está bien. Vamos a comer anda, que tus rugidos van a hacer que los vecinos llamen a la policía del escándalo que está montando-me ayudó a levantarme de la cama, y mis temores de la noche pasada volvieron a mi cabeza cuando un dolor punzante en el tobillo me avisó de que la próxima vez que se me ocurriera saltar una valla... no lo hiciera con los botines de tacón.
Tras ponerme la tobillera, comer, recoger la cocina, y tirarme una hora en el baño con el tinte del pelo, me puse a preparar la cena. Más bien me puse a pensar qué hacer. Desempolvé mi viejo libro de recetas, el cual no había vuelto a usar porque me sabía la mayor parte de memoria, y estuve dando vueltas por la cocina. Álvaro se quedó sentado en las sillas de la isla, esperando a que le dijera algo mientras se entretenía escribiendo en un papel. De vez en cuando le decía cosas que iba a necesitar, y cuando ya definitivamente terminé de decidirme por comida mexicana, le mandé a comprar lo que faltaba. El congelador estaba hasta arriba, lo cual me facilitó el empezar a preparar la cena mientras Álvaro regresaba. Cogí mi ordenador, que hacía años que había pasado de ser portatil a ser de mesa, y puse Spotify en modo aleatorio. Dejaría que el karma me diera alguna indirecta. La voz de Kelly Clarkson inundó la cocina con su "Tie it up".
-Vale karma, eso ya me había quedado claro... Qué bien, ahora hablo sola. Terminaré como mi tía en el pueblo, que le acabó poniendo nombre a las cacerolas.... Vale, definitivamente tengo un serio problema - seguí a mi rollo, preparando cosas e improvisando principalmente.
Mientras terminaba de sazonar la carne y de precalentar el horno para los cupcakes, cogí el móvil, y me atreví a contestar.
"-Carlos: me encantan los anticiclones... Son tan bonitos ahí en el cielo puestos"
"-Dani: tío... Pásanos la droga o algo"
"-Nerea: si es de la buena eh"
"-David: estáis muy flipaos últimamente ¿No? ¡QUÉ ANTICICLÓN NI QUÉ PORRAS! Hace un frío horroroso y no para de llover"
"-Dani: por eso hay gente lista que se va donde hace calor"
"-Alba: tendrías que haber hecho como Nerea y Dani y estar aquí con nosotros en Alicante"
"-Carlos: vacaciones pre-verano para mi, caminando por la arena sin ti David (8)"
"-Nerea: con lo agustito que se está en la playa... Ya te vale David"
"-Silver: o sino te coges un vuelo a los sitios donde hace calor, como he hecho yo... ejemMikonosejem 8)"
"-Que capullo eres Silver..."
"-Carlos: ¡DIOOOOOOS!,¿Estoy viendo bien o me voy a tener que poner gafas? ¡Apocalipsis inminente! Paula ha regresado de entre los muertos"
"-Silver: y las primeras palabras tienen que ser insultándome... Para no variar. Tener hermanastra para esto"
"-Para qué perder la costumbre ¿No 'hermanito'?"
"-Nerea: ¿Y se puede saber dónde puñetas has estado? ¿QUÉ HAS HECHO PAULA? Joder tía, que con todo lo que hemos visto nos hemos asustado"
"-Dani: y tú no contestabas a nada"
"-Silver: de parte de Fran... Ni una pu*** llamada me has cogido, te voy a arrastrar de los pelos la próxima vez que te vea y te vas a quedar calva, por idiota. Aquí añado yo que me apunto :P verte calva ya sería el remate"
"-Noelia: tranquilo Fran, no has sido el único"
"-Carlos: a mi me lo cogió... Pero me colgó"
"-Alba: de aquella vez nos acordamos, aun estoy sorda de los gritos que pegaste"
"-Álvaro: menos cháchara que me tenéis el móvil a punto de explotar... ¡PAULA! ¿Las tortitas de la tapa roja o amarilla?"
"-Os prometo que os lo explicaré. Lo siento de verdad. Álvaro, en serio... ¿Llevas una hora en el supermercado? Que la cena no se hace sola ¿sabes?... La roja."
"-Blas: se habrá vuelto a perder... Álvaro guapo, la oficina de niños perdidos suele estar al lado de la entrada, de nada ;P y hablando de cena ¿Eso significa que sigue en pie la de esta noche?"
"-Noelia: más te vale darme una buena explicación Paula, porque sino te juro que de esta no pasa. Y tú moreno, ¿no estabas durmiendo? Tienes un sexto sentido para la comida o algo..."
"-Blas: me desvelo muy rápidamente \>o</"
"-Álvaro: JA JA JA me parto tío... Acabo de entrar, he estado haciendo un recado antes, sólo me quedaban las tortitas, ¡LISTOS QUE SOIS TODOS!"
"-Carlos: bonita forma de decir que no encontrabas el Mercadona jajajajajajaja. Oye pero ¿Cómo va esto?¿Quedáis para cenar y no avisáis?"
"-Noelia: ¿Te recuerdo que salisteis por patas de Madrid en cuanto llegasteis ayer? Nos quedamos los tres con cara de tontos mirado como corríais... Así que Álvaro nos invitó."
"-Carlos: pero si hubierais dicho que había cena, pues hubiéramos esperado hombre.. Y más cena de Paula con sus mega postres de chocolate..."
"-Dani: eso enana, que por tus platos principales y sus postres... Dejamos de lado todo"
"-David: y si le sumas las pizzas de Nerea... Nos hacemos un completo"
"-¡Seréis pelotas!" -Noelia y yo contestamos lo mismo a la vez... La packpatia... Aquella ciencia nuestra... Jolin, la había liado y bien durante ese tiempo.
"-Con amor para vosotros por estar lejos, no sufráis mucho mientras os imagináis como nos los comemos" -envié una foto de los cupcakes que había estado decorando mientras hablaba.
"-Blas: ¡OREEEEEEOOOOO!"
"-Carlos: Álvaro... Tienes una novia muy ¡CABRONA!"
"-Nerea: jooooo guárdame un poquito :("
"-Silver: y encima me haces hoy los cupcakes ositos panda... Yo te mato niña"
"-Noelia: nada nada, no os vamos a dejar ni las migas"
"-Sonia: oye, que yo me quedé en Madrid"
"-Noelia: sí... En la casa de mi hermano, y os vais en un rato al chalet, así que no cuenta"
"-Rocío: das miedo Noelia... Sabes todo de todos o.o"
"-Noelia: de todos no, como por ejemplo alguien que me dejó tirada otra vez... Que ya no sé ni qué color de ojos tiene"
"-Carlos: ejemPaulaejem"
"-Silver: ¡No me copies!"
"-Gracias Carlos... Ya nos habíamos dado cuenta"
"-Blas: venga, relax... Paula centrate en la cena anda, que a mi lo quemado no me gusta ;P"
En ese momento entró Álvaro por la puerta, y yo solté el móvil, mientras terminaba de decorar el último cupcake. Me tapó los ojos por detrás, y me di cuenta de que había estado llorado...
-Álvaro: ei... ¿Y esas lágrimas de cocodrilo? -me di la vuelta, y le miré, apoyándome en la encimera, mientras me secaba las lágrimas- Qué ha pasado princesa...
-No va a perdonarme... Le he hecho daño... Y eso ya ni yo misma me lo perdono Álvaro...
-Álvaro: venga anda -me dio un beso, cogiéndome de la cintura y pegándome contra él- ya veras como lo arregláis. Sois el complemento de la otra, como muchas veces has dicho.
-Lo sé... Es que... Nunca pensé que nos enfadaríamos... Éramos Senosvalaolla para siempre... Y aun no han venido los hombres de blanco...
-Álvaro: oye que no os habeis muerto... Qué pava eres cuando estas moña... Venga, vamos a animarte, te tengo unas sorpresas... No te las mereces porque has sido mala, pero por una vez no pasa nada.
-Bueno, al menos ya sé quien va a malcriar a nuestros hijos.
-Álvaro: me encanta -dijo, con una sonrisa que no le entraba en la cara.
-Ves, lo que yo decía -me reí mientras andaba hacia el fregadero para lavarme las manos.
-Álvaro: no... Me refiero a que me encanta oírte el "nuestros hijos" -me rodeó la cintura con sus brazos, mientras me besaba el cuello- el imaginar a un niño con tu sonrisa, o con los tres lunares que tienes en el brazo...
-O una niña, con tus ojos... -me giré y le besé, sintiendo la calidez de sus labios, y notando la nostalgia de aquellos meses en los que, por mi ceguera, habíamos estado demasiado distanciados... Y cuando se separó, me miró fijamente a los ojos...
-Álvaro: Pronto -susurró, pronunciando cada sílaba como lo que era... Una promesa- Ahora... Vamos al salón. Las fajitas pueden esperar un rato más.
Me arrastró hacia el salón, y antes de llegar, con uno de mis pañuelos, que habría dejado ahí el día anterior, me tapó los ojos. Con ayuda, conseguí llegar al sofá, y sentarme sin darme contra la mesa. Le oía trapichear con unas bolsas, y algo de papel, hasta que por fin me dejó quitarme el pañuelo.
-En serio... Esto es un castigo... Pero un castigo divino -cogí el peluche de guepardo chiquitín que había encima de la mesa, suave, blandito... Como uno de verdad- La verdad es que no se qué voy a hacer con tanto peluche, tenemos la cama a rebosar... Pero ¡Me encanta!
-Álvaro: es una de las cosas buenas, siempre sé como acertar contigo... Pero bueno, eso no es lo principal, es sólo porque sabía, viendo los mensajes, que estarías algo triste, y he conseguido el objetivo de hacerte sonreír -cogió de detrás del cojín lo que yo había oído como algo de papel... Era un sobre.- Esto es algo que me tocaba hacer a mi, y me había despistado bastante, pero ya es oficial.
-¿Y qué es? -en la esquina superior, el logotipo de un avión delató su contenido... Ni siquiera se me había pasado por la cabeza que aún no teníamos la luna de miel. Abrí el sobre y comencé a leer:
"Domingo 19 de mayo de 2020:
Salida Adolfo Suárez Barajas (MAD) Terminal 4, 09:00h,
Escala London Heathrow (LHR) Terminal 5 10:30h |
Salida London Heathrow (LHR) Terminal 5 11:30h
Llegada Tokio International Haneda (HND) Terminal I 07:20h +1día"
-¡NO PUEDE SER!....
-Álvaro: si no te gusta podemos cambiarlo... Llevas años viendo anime y esas series asiáticas, tienes media estantería llena de libros sobre su cultural sobre el idioma... Pensé que te gustaría ir a recorrer lo máximo que pudiéramos de Japón en las dos semanas que nos han dado libres.
-¡Ni se te ocurra cambiarlo! Siempre pensé que mi luna de miel sería en Japón, engordando a base de Dangos y Gyoza, y bebiendo Sake la noche de bodas...
-Álvaro: ¿De verdad? Entonces ¿Te hace ilusión? Tenía miedo de no acertar. No lo habría conseguido si no hubiera sido por Nerea... Menudo lío tenía con las páginas, menos mal que ella sabía hacerlo. Nos ha conseguido los mejores asientos y todo.
-Tendré que hablar con ella, es alucinante. Dios, esto es... No tengo palabras... ¡Me has dejado sin palabras! -le tiré un cojín, y en venganza se tiró encima mía, haciéndome cosquillas.
-Álvaro: atacando a tu marido, te parecerá bonito.
-¡Aun no! Nos quedan tres meses. Por eso me aprovecho... -me mordió el labio en reprimenda, y yo no pude evitar reírme.
-Álvaro: no sabes lo que te he echado de menos... No vuelvas a hacerme esto Paula, porque a la siguiente no lo cuento -no pude evitarlo, y como si fuera un niño pequeño que se hubiera caído y estuviera llorando, le abracé... Me iba a sentir mal por esto de por vida...
-Perdóname... Perdóname porque te juro que no sabía lo que estaba pasando fuera... -un extraño olor hizo que nos separáramos, mirándonos detenidamente, buscando la respuesta en los ojos del otro, y acabamos gritando al unísino- ¡LA CENA!
Salimos corriendo hacia la cocina, tropezando el uno con el otro, y por suerte solo había sido el aceite, que lo había dejado calentando, y no la cena... Encima ya se me olvidaban las cosas. Bravo Paula.
Álvaro terminó de ayudarme con todo, y luego se fue a colocar el salón, mientras yo iba a arreglarme. ¿Qué me ponía? Era una cena normal, los cuatro juntos, así que no era muy formal, pero tampoco era plan de salir en chandal, aunque lo que más me apetecía era plantarme una sudadera de las de Álvaro, que me quedaban enormes, hacerme un ovillo en el sofá y ser la chica invisible...
Acabé eligiendo unos pantalones normalitos y luego una blusa, me rizé el pelo con el truco del papel de aluminio y lo recogí en una coleta, dejándo el flequillo abierto a los lados... Y me tiré media hora recogiendo el lío de ropa que había organizado en la cama... Cuando estaba nerviosa, era peor que un tornado.
Mientras colocaba la comida en los platos, el sonido del telefonillo me sacó de mis pensamientos, y me quedé mirando a la puerta, tiesa como un palo.
-Álvaro: el tick del ojo... Relájate que no va a pasar nada -me lanzó un beso, y abrió la puerta... Dejando entrar a una Noelia... Morena, vestida casi igual que yo, ella con la blusa en rojo y yo en naranja, y a Blas.
-Noelia: hola -me dedicó una media sonrisa, y se fue hablando con Álvaro al salón. Estaba tan atenta a lo que hacía ella que no me fijé en que Blas estaba dentro de la cocina, apoyado en la isla.
-Puedes echarme la bronca... Me lo merezco, y no me quejaré... -me costaba mirarle a los ojos... Más aún sabiendo que había hecho daño a la persona que más quería.
-Blas: no voy a hacerlo. Sé que has tenido una buena con Álvaro anoche, esta mañana, alguna que otra en los últimos meses, y además te espera otra en cuanto salgas por esa puerta y te encuentres con ella frente a frente, así que lo que menos necesitas es que venga otro a decirte que lo has hecho mal... Entiendo por lo que lo has hecho, no lo acepto, pero lo entiendo, y ya sabes... De las cosas mal hechas se aprende -me guiñó el ojo, y así consiguió que parte de la tensión que tenía encima se despejara... Y acabé abrazándole, con lágrimas en los ojos, aguantando lo posible para no ponerme a llorar- te hemos echado de menos, cada día que no estabas con nosotros, ten eso muy presente cuando salgas ahí fuera... Lo vas a necesitar.
-Gracias Blas... No sé cómo agradecértelo.
-Blas: ya lo hiciste... Venga vamos -cogió uno de los platos, y yo me llevé el otro.
La tensión en el salón se notaba en cada palmo de aire. Estaban los dos sentados en el sofá, riendo, y en cuanto entramos, su expresión cambió. Dejé los platos encima de la mesa, y decidida a aceptar lo que tuviera que pasar, me dirigí al sofá. Con Álvaro y Blas en los extremos, Noelia y yo quedamos frente a frente.
-Creo... Que te debo una explicación.
-Noelia: yo creo que también. Y espero que sea convincente.
Asentí, y empecé a contarlo todo, desde el principio, los problemas con el vestido, el coche... Todo lo que había pasado en los dos últimos meses, los motivos por los que no había cogido el teléfono, o el por qué había estado cogiendo todas y cada una de las guardias libres que había. La cara de Blas apenas cambió en la media hora de reloj en la que estuve contando todo, muestra de que Álvaro había tenido que desahogarse con alguien... Pero Noelia... Pasó del cabreo a la incredulidad, y luego frunció el ceño... Así hasta que acabé de hablar. Los dos minutos en silencio que siguieron a mi discurso fueron los más incómodos que había pasado en mi vida, no sabía qué hacer, ni qué más decir. Los chicos nos miraban, y yo miraba a Noelia... Estaba tan atenta a su mirada, que no me fijé en el cojín negro que teníamos en el sofá, en como Noelia lo había cogido. No me di cuenta hasta que sentí el primer golpe en la cara, y como se tiraba encima mía, mientras seguía dándome con el cojín.
-Noelia: ¡Yo te mato! ¡Eres una estúpida! ¡Cómo se te ocurre pensar eso! ¡¿Es que querías matarte?! ¡Pedazo de animal! ¡Por qué no pensaste antes en nosotros, en que sufriríamos por esto! ¡Sabes lo mal que lo he estado pasando estos meses! ¡Todos en general! ¡Eras como mi hermana! ¡Idiota más que idiota! ¡Y encima te fuiste en tu cumpleaños, TU CUMPLEAÑOS! ¡Es la tradición y tú te la has pasado por ahí mismo!
-Pack para, por favor, que me vas a clavar el cojín en el ojo -por más que me tapaba con las manos, siempre acababa dándome en la cara.
-Noelia: ¡No me digas que pare! ¡Todo por una mierda de coche! Es que yo te mato esta noche ¡A vosotros dos ni se os ocurra acercaros si no quereis recibir lo mismo o peor! -les tiró el otro cojín, y tuvieron que sentarse en los sillones, pues... ¿Quién se metía en medio con Noelia en ese estado de ánimo?. Volvió a cogerme a mi por banda, hasta que ya, despeinadas las dos, con la respiración agitada, y que se habría cansado ya de darme cojinazos... Se quedó quieta mirándome- Bien, ahora ya estoy más agusto.
-Gracias...
-Noelia: tú cállate que no te he perdonado.
-Perdóname pack... Por favor... Si hubiera sabido todo lo que estaba pasando habría parado...
-Noelia: ¿Quieres que te perdone? Muy bien, tendrás que aceptar un par de condiciones.
-¡¿Qué?!
-Blas: bienvenida a mi mundo.
-Noelia: ¡A callar! ¿Las aceptas o no? -me señaló con el dedo acusador, mirándome con el ceño fruncido.
-Está bien... Qué condiciones...
-Noelia: la primera, recuperar el tiempo perdido. Álvaro me ha dicho que hasta el lunes no tienes que volver a trabajar así que estos cinco días los vas a pasar enteramente conmigo... Menos las noches, esas ya para Álvaro.
-Vale, acepto.
-Noelia: la segunda... Este viernes te vienes al concierto de Electric Nana a hacerme compañía, y ya puedes darme las gracias porque son entradas golden -se me iluminó la cara, y supe que no tenía que dar respuesta... Era una afirmación como una casa- y la tercera, por el momento... Tienes que dejar que te alquilemos nosotros el coche.
-¡Qué! No, ni loca, eso sí que no, me niego.
-Álvaro: es un caso perdido... Anoche lo intenté yo y nada...
-Noelia: calla, mira y verás... ¡O ACEPTAS LA OFERTA O TE JURO QUE ACABAMOS HOY EN EL HOSPITAL POR CONTUSIONES CON COJINES! -¿Sabéis la mirada de los personajes de los animes, cuando están cabreados, que les sale fuego de los ojos?... Noelia aquella vez fue peor.
-... Vale... Vale...
-Álvaro: ¿A ella sí? ¿Qué tiene ella que no tenga yo?
-Blas: tío, esas cosas no suelen preguntarse... Acabas muy mal con la respuesta.
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4- This is the life
FanfictionCuarta entrega de la saga escrita por PackPurpleAuryners. Noelia y Paula pensaban que una puerta forzada y una llamada de emergencia era lo peor que les podía pasar. Pero hay cosas que ya están escritas en sus destinos… cosas que jamás podrían haber...