Le hice espacio a Hugo, y él se sentó a mi lado, la maestra Thompson fue al frente del aula y empezó la clase.
-oye no quería ser grosera contigo.-le susurre a Hugo.- me entiendes, ¿no es así?
-sí, te entiendo.-dijo sonriendo.-y tranquila no estoy molesto.
La profesora me mando a callar al escuchar los susurros, guarde silencio el resto de la clase, y al finalizar, empecé a guardar todas mis cosas en mi bolso. Mi libro de biología se cayó al suelo, Hugo lo recogió por mí.
-gracias.-dije al tomar el libro.
-no nos hemos presentado formalmente.-dijo sonriendo.
-¡oh!, es cierto.-dije cayendo en cuenta.-mi nombre es Rosely, pero me puedes decir Ros, si quieres.-dije estirando mi mano para estrecharla con la suya.
El tomo mi mano y la llevo a su boca, sin quitarme la mirada de encima beso mis nudillos y dijo: “es un gusto conocerte”. Sin duda me impresiono sus elegantes modales.
-te sonrojaste.-dijo sonriendo.
-¿Qué?, no, no es así.-dije tratando de disimular.
-no te preocupes, todas las chicas de por aquí se impresionan fácilmente.
-¿Qué quieres decir?.
- ellas se impresionan cuando un hombre las trata como si fuesen de la realeza, pero, sabes, eso es lo más normal del mundo, porque todas las mujeres son como princesas y siempre se les debe dar el mejor trato, lastimosamente muchas han olvidado lo valiosas y maravillosas que son.
-wow.-exclame.
-¿qué sucede?.-pregunto Hugo.
-nada, solo que, jamás había escuchado a un chico hablar de esa forma.-dije impresionada.
-solo digo la verdad, muchas mujeres no saben los grandiosas que son, espero que tu no seas una de ellas.-dijo
-ammm, ¿quieres ir a almorzar?.-dije tratando de cambiar de tema.
El sonrió y agacho la cabeza.
-¿contigo?.-dijo volviendo su mirada a mí.
-sí, claro, solo si quieres.-dije.
-me encantaría.-dijo mientras su rostro de iluminaba de felicidad.
Salimos del aula y caminamos por el pasillo, mientras avanzábamos, aprovechaba para enseñarle a Hugo las diferentes aulas, el laboratorio, la sala de sistemas, enfermería, entre otros lugares. Llegamos a la cafetería, estaba llena de estudiantes, fuimos la mesa de comidas, tome una charola para mí y la otra se la di a Hugo, mientras avanzábamos por la fila, le indicaba a Hugo las diferentes comidas que habían allí, el ignoro mis comentarios, pues tomo cada cosa que yo tomaba, salimos de la fila y nos dirigimos a una mesa vacía.
-¿te parece bien sentarnos aquí?.-le pregunte.
-seguro.-sonrió y se sentó en una de las sillas.
-así que te gusta la milanesa.-pregunte mientras se acomodaba en una silla.
-¿la que?.-pregunto.
-eso que tienes en tu plato.-dije señalando la milanesa allí.- eso es milanesa, si la tomaste, me imagino que es porque te gusta, o por lo menos sabes que es.-dije sonriendo.
-la verdad no tengo ni idea.-dijo soltando una risa.
-bueno, si quieres te consigo una ratatouille y algo de vino.-dije bromista.
-jajaja, eso estaría genial.-dijo riendo.-la verdad tome toda la comida que tu tomaste.-dijo
-sí, lo note.-dije llevando un poco de ensalada de frutas a mi boca.
-si como te vez comes, me imagine que tendrías un excelente gusto.-dijo acercando su mirada hacia mí.
Casi me atoro con una fresa, pero no paso.
-vez, aquí las mujeres se sonrojan muy fácil con cualquier cumplido.-dijo riendo.
-no me sonroje.-dije tratando de disimular.
-claro que si.-insistió
-que no.
-que sí.
-te crees la gran cosa no es así.-le dije.-y sabes que puedes tener a cualquier chica en tus brazos, solo por hablar de forma encantadora y ser francés.
-así es.-dijo crecido.
-agg, no lo puedo creer.-dije algo fastidiada.
-¿Qué?, sé que puedo tener a cualquier chica de esta cafetería.-dijo mirando alrededor.-sé que puedo utilizarla y luego abandonarla sin ningún problema. Pero, sabes que.-prosiguió.-prefiero no hacerlo, prefiero esperar a que llegue la chica indicada, ¿Por qué?, porque desde pequeño entendí que las mujeres no son un objeto, no son ningún tipo de juguete con los que los hombres pueden jugar, la mujeres, son una creación hermosa, perfecta, admirable y merece ser tratada con amor y respeto.-dijo seriamente.
Lo mire impresionada, sus palabras eran muy sabias y me habían conmovido en los más profundo.
Hugo me miró fijamente, y empezó a analizar son su mirada cada centímetro de mí, me miraba con curiosidad y fascinación al mismo tiempo, no sabía si corresponderle con miradas o intimidarme con su mirada.
-¿Qué me miras?.-dije ya intimidada con su mirada.
-no lo sé, te encuentro fabulosa.-dijo dirigiendo su mirada nuevamente mis ojos.
-¿fabulosa?,¿ que hay de fabuloso en mí? .- dije con algo de gracia.
-no lose aun, pero, si quieres y solo si quieres, puedes dejarme acercarme más a ti, y así poder averiguarlo.-dijo seductoramente mientras me quedaba embobada viendo su hermosa sonrisa.
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HATE TO LIVE. (Terminada)
RomansaElla, una chica odiosa, prepotente y antipática. El, el chico mas dulce, tierno y amoroso del mundo. -¿como es posible que guardes tanto odio en tu corazón?.-dijo el harto, furioso, enojado. -porque jamas he conocido algo diferente...jamas he conoc...