Canción-OST: "Special" de Angel Olsen.
Tiempo estándar de lectura: 00:12:55
Palabras: 2708.
Fecha de publicación original: Diciembre de 2017.
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Un lápiz sujeto entre tus dedos comienza a golpetear, con la goma, una hoja blanca. Con ello tu barbilla reposa sobre una de tus manos y tus dedos pasan uno por uno en tu cara, hasta que estos llegan a tu cabello (t/c) y hacen remolinos en él.
El sonido de la goma del lápiz golpeteando, la televisión haciendo ruido de fondo, y el aire de un día que parece terminar y que entra por la ventana con terraza. Perfecto para...
—¡Maldición! —Gritas y el papel se ha hecho una bola entre tus manos, destinada a la papelera.
La inspiración no llega. Algo tan fácil, como escribir un ensayo sobre los sucesos recientes, se ha complicado bastante. Recargas tu espalda en la silla y suspiras. Entonces tu teléfono brilla por un mensaje, lo agarras de inmediato y lees. Es un mensaje de Adrien Agreste.
"(t/n), lo lamento. Ha ocurrido un imprevisto. Tendrá que ser en otra ocasión. De verdad, lo siento".
-Adrien.
Respondes de inmediato.
"No te preocupes, Adrien. Yo entiendo. Tranquilo. Gracias por avisarme."
Te llevas ambas manos a la cara.
—¡Me lo hizo otra vez! ¡Maldición!
Bajas las manos hacia tus piernas y suspiras. Los minutos pasan lentamente, el tiempo se hace eterno. Piensas, ¿Qué se traerá este chico entre manos? La clase del día siguiente, la misma que ordenó el dichoso trabajo, se ha dedicado para mejorarlo. No fuiste el único con problemas de inspiración y, al parecer, la maestra es buena persona. Piensas en las noticias y todo lo que puedes rescatar de ello. ¡Oh sí! Ladybug y Chat Noir han salvado el día, otra vez. Eso es.
Pero por alguna extraña razón, no sentías apropiado discutir sobre dicho acontecimiento. No, regresemos al periódico.
El lápiz comienza a caer fácilmente sobre el papel y las ideas salen solas. La campana suena. Tomas tus cosas y quieres salir.
—Oh, (t/n) —Es él, Adrien. Te habla con una voz leve y tímida.
Regresas y lo miras de frente. De nuevo, ese cabello rubio y esos ojos claros como la luz del sol que conocías de toda la vida.
—¿Qué sucede, Adrien?
Le sonríes aunque, por dentro, tu corazón siente pesadez.
Se habían saludado como siempre, desde la distancia cuando era necesario, como todos los que se solían reunir en amistad en la escuela. Ahí estaban tú y él. Pero ahora, retomaría en cuenta lo que había sucedido ayer.
—Quisiera volverme a disculpar por lo de ayer... —Traga saliva y continúa—. En serio quería verlos, a ti y a Nino.
Pero debes ser comprensivo.
—No te preocupes. No hay problema con eso, yo entiendo perfectamente. Solo espero que no haya sido nada grave.
Adrien sonríe ante tu respuesta.
—No, por suerte no ha sido así. Todo bien.
—Actividades extras... ¿Me lo imagino? Ya tu padre debería dejarte descansar. Bueno, eso pensamos todos.
—Sí, es algo que siempre discutimos. ¿Podemos hablar luego? —Pregunta con cierta esperanza.
—Por supuesto. Me alegro de saber que todo está bien.
La plática, algo incómoda, termina. Por dentro querías matarlo pero regresas al pensar que también debías ser comprensivo. Alguien como Adrien Agreste no tiene tiempo libre. Las actividades extracurriculares que hace, las sesiones de foto como modelo y la estricta observación de su padre le quitan el tiempo. Y el ánimo.
Piensas en eso al salir de clases, terminados los otros periodos de tiempo donde no compartes asiento con Adrien. El tiempo se ha hecho eterno y quieres escapar.
Corres hacia el parque y decides dar un breve paseo. Un día pacífico, soleado -pero no tan fuerte-, una brisa leve que encanta apenas toca el cuerpo. Y, de repente, un día que ya no ocurre tanto se vuelve un día común y corriente más.
Una explosión y una estruendosa risa terminan cortándole el equilibrio a todos. Todos comienzan a correr ante el ataque inminente de una mujer disfrazada, que comienza a lanzar "municiones" que paralizan a todos.
Intentas retomar el paso, esconderte, alejarte de todos. Levantas la mirada y piensas que parece perseguirte. Las fuerzas se te van, te sientes pesado y caer.
—¡Cuidado! —Alguien ha gritado.
Y de repente alguien te toma en sus brazos, sientes un torso contra el tuyo y ambos caen sobre un césped cercano. Al reaccionar sientes un peso sobre ti. Y en cuánto abres los ojos, intentando alejar lo que sea que haya caído sobre ti, su pregunta te hace reaccionar.
Pareciera como si todo el estruendo se hubiera ido para permitirles la justa oportunidad de hablar.
—¿Te encuentras bien? —Pregunta.
Y encima de ti está Chat Noir, el famoso superhéroe parisino, que con sus ojos verdes ocultos con el antifaz, observa tu rostro. Sus manos agarran tus brazos y, posteriormente, él toma la iniciativa para separarse. En ello recae que es la primera vez que te encuentras con él, plenamente, en una situación de peligro. Solo eras testigo por las noticias o lo dicho por los demás.
Sientes cierta familiaridad al verlo a los ojos y al escuchar su voz, jurarías que has visto esa complexión antes.
Pero, ¿Dónde?
—Si. Estoy bien —contestas.
Él se ha levantado y ayuda a que te levantes. La acción hace que te sonrojes y nuestro querido superhéroe sonríe orgulloso ante eso.
Era el tiempo seguro para que los dos se encontraran, fuera de su zona de confort. Pero no podían darse el lujo de quedarse al descubierto. Aunque, no hubiera nadie cerca.
—¿No hay problema si te alejo de aquí? ¿Te parece...?
—Me parece buena idea. Y pensar que casi salgo herido.
Tomas su mano y ambos comienzan a correr. Jamás habías corrido a tal velocidad y sientes como si tu corazón fuera a escaparse de tu cuerpo. Te sorprendía que él se hubiera acercado, aunque por inercia de la situación, justo en tu lugar. Salió volando y cayó justamente hacia ti. A unas calles cerca de tu casa, la cual irónicamente está cerca del corazón de Paris pero lejos de la escuela, decides detenerte. Él se da cuenta.
—¿Te encuentras bien?
—Sí... —Suspiras y respiras alocadamente, o lo intentas—. Todo bien. Aquí déjame.
—¿Estás seguro?
—Ve a salvar el día, yo... Estoy cerca de mi casa.
—Bueno... A pesar que me encantaría quedarme y llevarte...
Ante eso, lo miras fijamente y pones una cara de confusión, te vuelves a sonrojar. Él te mira fijamente y vuelve a hablar.
—Cuídate... Ah...
—¿Mi nombre? ¿Quieres saber mi nombre? —Preguntas como respuesta ante su petición, pero respondes con certeza—. (t/n) (t/ap). Ese soy yo.
—Bien. Nos vemos, (t/n). Sigue siendo adorable.
Ahora Chat Noir comienza a deambular sobre los techos de las casas, como un gato —irónico— y regresa para salvar el día junto a Ladybug. Corres de nuevo hacia tu casa e intentas aparentar estar de lo más normal. Mientras que aquel superhéroe comenzaba a sentir algo extraño en su interior a raíz de tan radical decisión que había hecho.
Pensó que, dada las circunstancias, podía permitirse esa excepcionalidad.
Llegaste a pensar que fue por pura casualidad, que lo mejor era que ambos tomaran caminos separados. Solo que te diste cuenta más tarde.
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PersonajesxMale!Reader (Yaoi) [Volumen I]
FanfictionVolumen I. "La revolución nos hará justicia, pues nacimos para hacer historia". Inicio de publicación: 25 de noviembre de 2017. Fin de publicación: 31 de diciembre de 2019. Estado: Inactivo (en proceso paulatino de edición). Hola a todos. En esta pr...