Canción-OST: "Unconditional" de Nick Mulvey.
Tiempo estándar de lectura: 00:13:17
Palabras: 2780.
Fecha de publicación original: Diciembre de 2017.
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—¿Está todo bien?
Estabas cansado y los ojos se te entrecerraban cada tanto tiempo. Que si era la espera, que si era el clima, que si era porque simplemente no sabías lidiar con esta situación. Volteaste la mirada y volviste a contemplar de nuevo al fuerte joven de cabello verde, que estaba levantado contra el dintel de la puerta de aquella oficina, el lugar donde habían pasado juntos tanto tiempo, y esperaba a que le dieras el paso. No es que existiera esa regla, sino que él tampoco podía lidiar concretamente con esta extraña situación.
Su semblante era distante pero también dejaba notar preocupación, y solo se concentraba en mirar tus movimientos sobre las últimas hojas que estaban en el escritorio.
—No —dijo con certeza, sin dirigirte la mirada—. Conmigo no.
Esperabas verlo de frente, de nuevo, tras un largo suspiro, esperando su respuesta.
—¿Podemos hablar de lo que sucedió? —Preguntaste con cierta preocupación.
[...]
«Una nueva temporada de cursos en el colegio», pensaste al caminar sobre los pasillos. Con una mano dentro del bolsillo volviste a tocar el papelito que marcaba tus nuevos pendientes de tutorías. Materias difíciles para algunos como matemáticas o ciencias sociales, pero cuyas calificaciones te habían brindado un avance rápido y privilegios de tutor a pesar de tu edad.
Desdoblaste el papel y, asignados a tu persona, solo notaste dos nombres. Uno de ellos: Roronoa Zoro.
Te llamó muchísimo la atención por su nombre, aunque eso no te distrajo y seguiste caminando por los pasillos del colegio. Notaste a lo lejos a un grupo de jóvenes, mayores que tú, y que conversaban divertidos. Uno de ellos, distinguido por su cabello verde, se te quedó mirando fijo durante algunos minutos después de que ambos cruzaron miradas. Después suspiró para sí y regresó a su mundo.
El colegio era grande y se permitía tener cubículos y salones extra, todos los que quisieran. Por algo era uno de los mejores y su programa de tutorías no se exentaba de ello. Caminaste con nervios hacia uno de estos espacios, te sentaste, y abriste tu laptop justamente cuando sentiste seguridad al estar en el escritorio del cubículo. En una mano llevabas el plan de estudios y una hoja con las ideas para un texto sobre esa materia problemática. Querías continuar pensando en ello, pero te venció el sueño.
Ni cuenta tuviste de cuándo comenzaste a cabecear y tu boca balbuceaba entre respiraciones y lo que intentaban parecer ronquidos.
Pasaron unos minutos hasta qué...
—Veo que también eres así.
Escuchaste a alguien hablar, y ese alguien procedió a tocar tu hombro. Fue suficiente para hacerte despertar rápidamente. Ya bien despierto, pudiste mirarlo.
El joven de aquella vez, reunido con los otros de su séquito. Alto, de complexión fuerte, cabello verde, con una grave cicatriz encima de su ojo izquierdo. Vestía una camisa blanca y pantalones verdes muy oscuros junto al reglamentario saco del colegio. Y notaste que en su oreja izquierda destacaban unos finos pendientes dorados.
Fue suficiente para que te sintieras sorprendido. Solo intentaste despejarlo de tu mente, pero igual mirabas con atención como se incorporaba para hablar contigo.
—Lo siento —musitaste para después continuar—. ¿Vienes a la tutoría? No es algo profesional de mi parte. En verdad, lo lamento.
—No te preocupes.
Regresaste la mirada hacia el otro lado de la mesa, mientras que aquel chico tomó una silla y se sentó a tu lado. No fue necesario que lo vieras como lo hacía. Tan lejos y tan cerca podías escuchar sus movimientos.
—Bueno... —suspiraste sonrojado y avergonzado por lo sucedido—. Dadas las circunstancias de nuestro encuentro, me presento. Soy (t/n) (t/ap) y seré tu tutor.
El muchacho asintió ante eso y ante ti extendió su mano.
—Zoro, así está bien. Mucho gusto, tutor.
Le diste la mano y hubo un apretón amistoso, masculino, de colegas. Tragaste saliva esperando que todo saliera bien, respondió con algo de fuerza mientras que te miraba desentendido. Después se soltaron de la mano y cada quien volvió a sus pensamientos. Tú bajaste la mirada hacia los documentos pero Zoro solo se te quedaba viendo, tranquilamente, siguiendo de nuevo tus movimientos.
—Si lo deseas, puedes llamarme por mi nombre. Sabes, seré muy listo pero también soy menor y soy accesible...
"¿Por qué estoy tan nervioso?".
—De acuerdo.
—Me comentaron que tienes problemas en esta materia.
—Sí, (t/n). Eso es lo que pasa.
—¿Qué problemas tienes? ¿Qué se te ha dificultado, Zoro?
Tu táctica fue esa. Empezar la conversación en un intento de distraerte y evitar que él se diera cuenta de lo nervioso que estabas.
—Memorizar... Supongo... No entiendo mucho. Francamente no es mi fuerte.
Miraste su rostro de nuevo, que guardaba una serie de misticismo sobre aquella extraña cicatriz en su ojo y el peculiar color de su cabello. Volviste en ti y tomaste la hoja con el plan de estudios y, a medida que tu dedo índice pasaba sobre la hoja, no dejaba de prestarte atención y preguntar cosas. Tu prestabas atención a todo lo que dijera su voz y a cada centímetro cúbico de su ser.
Tres veces a la semana, después de clases. Ahí en el cubículo, en la biblioteca, o donde fuera posible.
—Nunca fui bueno para esa materia, (t/n).
Suspiraste ante eso y únicamente Zoro soltó una risa entre dientes. Al notar ello, no hiciste más que sonrojarte y esperar a que te tragara la tierra.
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PersonajesxMale!Reader (Yaoi) [Volumen I]
FanficVolumen I. "La revolución nos hará justicia, pues nacimos para hacer historia". Inicio de publicación: 25 de noviembre de 2017. Fin de publicación: 31 de diciembre de 2019. Estado: Inactivo (en proceso paulatino de edición). Hola a todos. En esta pr...