Ok K. O.! Let's Be Heroes: K. O. | Trabajo inocente

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Canción-OST: "Canción Pop de Amor" de Cariño.

Tiempo estándar de lectura: 00:09:54

Palabras: 2116.

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Le sigues la pista con la mirada. Piensas que quizá nadie se da cuenta pero tú sí, tú si pudiste darte cuenta. Este lugar, tal y como las demás tiendas de la Plaza Lakewood, está lleno de gente y es difícil pensarlo. Más en estos días tan movidos.

Captaste sus movimientos con un dejo de incredulidad. Aquel individuo, probablemente perteneciente a alguna pandilla, comenzó a mirar hacia todos lados. Tomó algunas mercancías y las movió a las cajas de abajo, esperó a que nadie lo viera. Esperó a que posaras tú vista sobre una de las revistas que tomaste.

La revista, precisamente, no te servía del todo de alivio. Era normal, pero no del todo. Precisamente, era sobre héroes. Veías algo en particular. Hombres musculosos en trajes pegados. Los demás pensarían que obtenías inspiración para entrenar cuando, en realidad, era por otra cosa.

Pero no hoy.

Fue lo primero que tomaste para distraer a todos de tu vista. Esperabas el momento en que los encargados de la tienda te dijeran que esto no era una biblioteca pública y que te fueras. Aquel individuo procede a tomar las cosas que agarró y a meterlas entre sus ropas.

Está robando.

Le sigues la vista por medio de los espejos de seguridad. Un enorme óvalo de cristal ubicado encima de ti, precisamente, en la esquina que une los mundos entre las dos paredes y el techo. Está a dos metros de acercarse a la entrada de la tienda.

La cajera de la tienda te mira, justo cuando ha terminado de atender a su antepenúltimo cliente. Le devuelves la mirada, señalando al individuo justamente cuando, al pasar, las dos antenas de seguridad se activan.

Se le olvidó desensartar los sensores de las etiquetas. El ladrón se impresiona, pero sigue su camino al ver que no hay guardias cerca.

La cajera grita los nombres de sus otros compañeros de turno.

—¡Necesito ayuda aquí!

Las tres palabras. Las dos primeras son iguales en todo caso. A ver qué harán...

—¡Yo me encargo!

Ella se queda mirando como un hombre joven, de piel (c/p) y cabello (t/c), de complexión promedio procede a correr dejando la revista suelta en el exhibidor. Las antenas no suenan.

Corres hacia el ladrón. Las alarmas de las otras tiendas parecen activarse, como si se tratara de una vigilancia comunitaria.

Lo alcanzas. Él pensó que perseguías a alguien más y que eras un ocioso al que podía derrotar. No traías nada con que defenderte, precisamente.

—¡Oye, tú!

Aquel maldoso no le da ni tres segundos de reaccionar justamente cuando su mejilla recibe uno de tus golpes. Juntaste toda tu fuerza, producida por la velocidad con la que saliste disparado de aquel lugar, y la liberaste en el golpe.

El aprendiz de ladrón cayó al suelo noqueado.

Todos los clientes, demás ladrones que querían aprovecharse de la situación, otros guardias de seguridad, y los propietarios se te quedan viendo. Te acercas hacia él y extraes las cosas que tomó. Las reconoces por las etiquetas rasgadas.

Se las entregas a la cajera, que estaba esperando en la puerta por lo que ocurrió.

—Aquí tienes, sweetheart —le dices con un cariño especial, entrenado para convencer a la gente.

PersonajesxMale!Reader (Yaoi) [Volumen I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora