PersonajesxMale!Reader (Yaoi) [Volumen I]

The Umbrella Academy: Número Cinco/The Boy | Ecuaciones para el fin del mundo

[N/A (Nota publicada originalmente en Julio 2019): No sé por qué Cinco no tiene nombre de pila. ¿Alguien me lo explica?].

Canción-OST: "Antes de Que Todo Acabe" de Oh! Cometa.

Tiempo estándar de lectura: 00:06:08

Palabras: 1304.

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El mundo te parece un lugar cada vez más extraño y distante, peligroso, terrible. Lo miras desde lejos, desde la ventana de cualquier lugar. Pasa un sol fuerte, un frío terrible, una lluvia que parece más inundación.

Miedo.

No tienes ni idea de lo que va a ocurrir en días posteriores. Eres alguien normal, poco convencional. La gente te mira raro cuando les comentas tu idea. Mientras ellos extrañan hasta el mundo de antes del nuevo siglo, tu desearías con volver, aunque sea unas horas, a los años de tu infancia. Eres muy joven, pero también muy listo.

Cuando has llegado a ese lugar, poco normal para alguien de tu edad, te sacudes la camisa en un intento de refrescarte. La encargada te saluda, sabe tu nombre y sabe bien tu rutina. Nadie de los trabajadores de la biblioteca te molesta, ellos saben cómo trabajas y saben del amor que le tienes a los libros.

—Hoy no —le dices.

—¿Por qué? Si me sorprende que lo digas, aunque no te he visto sacar libros en el último bimestre.

—Sí, lo sé. Por esto.

De tu mochila bandolera extraes un cuaderno de composición. Ella mira hacia el calendario y comienza por entenderlo todo.

Puedes pasar con tu mochila. Ellos confían en ti. Te sientas en uno de los escritorios de madera, alejado de la recepción pero no tanto. Cerca de los libros pero también no tan alejado de ellos. Miras hacia el frente, ellos siguen haciendo lo suyo.

Y esa es tu advertencia.

Suspiras al ver la primera hoja mal pegada en tu cuaderno.

—Malditas ecuaciones.

Ya pasaron dos horas. Apenas llevas la mitad de la segunda hoja de problemas... De cinco. Cinco hojas.

Entre pedazos de tiempo suspiras y comienzas a hartarte. Entre esos pedazos, alguien entra a la biblioteca pero no en el modo convencional. No entró por la puerta, no pidió permiso, se añadió cerca de ti para que no hicieran sospechas.

En un acto de hartazgo, abres tu mochila para ver que más hay en ella. Una botella de agua que ha comenzado a transpirar y a mojar. De nuevo, otro coraje. A lo lejos, tu termo todavía un poco caliente con café dentro.

"¿Café? ¿Para este calor?", toda la gente te lo dice.

Tu cafetera es tu fiel amiga.

La botella es metálica por fuera, de un vivo color. La abres, mueves la tapa mientras miras hacia ambos lados con tal de que no te agarren en la movida. Nadie te presta atención, y justo cuando vas a dar el primer sorbo, al sentir el olor del café tibio sobre tu nariz...

—Veo que tienes el mismo gusto que yo —dice con su voz joven y tranquila—, pero este no es un buen lugar.

Escucharlo te asusta y te sorprende, más por el sentirte desprotegido en el único lugar donde podías estar seguro al estar completamente solo.

—¿Qué demonios?

Volteas hacia todos lados pero regresas la mirada hacia atrás, justo cuando él comienza a andar y se sienta a lado tuyo, ocupando la silla de a lado, a metro de distancia de ti.