PersonajesxMale!Reader (Yaoi) [Volumen I]

DC: Barry Allen/Flash | Intuición

Canción-OST: "AKA... Broken Arrow" de Noel Gallagher's High Flying Birds.

Tiempo estándar de lectura: 00:13:00

Palabras: 2769.

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Caminas, con las manos dentro de los bolsillos, sintiendo las monedas, el celular y las llaves de tu casa. Estás solo, intranquilo, desvariando en la mente todo lo que ha ocurrido en lo que va del día. Es de atardecer en Central City, pero las nubes grises no dejan salir al sol. Se sabe que es ese momento por la hora que revisas, al voltear hacia algún lado o al verla en tu teléfono.

Suspiras al caminar en la banqueta, te mantienes distante al resto de los transeúntes. Eso hace que se plante e nuevo aquella conversación en tu mente.

—¡(t/n)! —Una voz muy fuerte ha gritado tu nombre. Levantas la vista del escritorio y observas a aquel hombre.

—¿Qué ocurre?

—Tu nota sobre Flash es una basura.

Regresas la mirada hacia tu trabajo, la hoja de papel sostenida entre los dedos de aquel sujeto.

—¿Qué? ¿Por qué piensa eso? Si le empeñé bastante trabajo.

—No hablo por tu trabajo, aunque lo considero bastante mediocre en estos días.

Al escuchar eso, percatas que también tus compañeros de prensa están escuchando. Es suficiente.

—Lo digo porque te pago para que hagas buenas notas, sobre cosas de verdad.

—¡Pero sí es algo que sucedió en verdad! Acaso volverá a intuir que Flash es un fraude.

—No lo intuyo, ¡Lo sostengo! ¡Es un fraude!

—¡¿Cómo se atreve?! —Dices levantándote indignado de tu asiento—. ¡Él es el héroe de Central City! ¡Él da la vida por nosotros! Y, además, no puedo creer que considere tan desprofesional mi trabajo después de todo lo que he hecho.

—¡Veo que así es! Vaya, que te nos has puesto muy insolente.

Y la conversación sigue, entre defenderte a ti, tu trabajo, y a Flash, hasta que aquel sujeto, el editor en jefe de ese periódico, suelta una palabra: Despedido.

Sientes como si tu mundo se fuera a romper en mil pedazos, mientras que tus compañeros observan como ha ocurrido todo. Las miradas entre acusaciones y lástima recaen sobre ti y todo se vuelve un caos en tu mente.

Habrá otro día para que puedas recoger tus cosas, habrá otro día en el que te despidas de todos aunque por dentro quisieras matarlos por no defenderte, intuyes que tenían miedo o que simplemente no les importaba. Pero no importa. Mañana será otro día.

Faltan cinco minutos para la hora de la cita y apresuras un poco el paso. El sitio, un conocido bar de la ciudad. Suspiras antes de entrar en aquel sitio y abres la puerta. Un vaho leve de alcohol, tabaco y comida barata llega a tu nariz mientras que las luces se refractan en tus ojos.

Te acercas a la barra, observando al barista y la multitud de copas que se lucen en estantes, te sientas en uno de los banquillos y esperas.

Esperas a una amiga tuya, una famosa escritora. Por fin se ha tomado la molestia de irte a ver después de toda su agitada vida. Se conocieron durante los estudios y se dieron cuenta de las cosas que podían lograr con sus letras. Pero hubo un problema.

Tú ibas hacia lo periodístico -de verdad-, ella para la ficción y la investigación.

Han pasado diez minutos desde la hora acordada y ella entra mostrando aspavientos en el lugar. Se saludan aunque por dentro deseas matarla por llegar tarde.