PersonajesxMale!Reader (Yaoi) [Volumen I]

Bleach: Ulquiorra Cifer | Habitual indiferente

Canción-OST: "Falling Ashes" de Slowdive.

Tiempo estándar de lectura: 00:07:32

Palabras: 1597.

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Es el mejor momento para ti. Es preciso lo que necesitas, o al menos eso crees. No lo puedes notar con los ojos cerrados, queriendo mantenerte siempre en el mundo de los sueños, no puedes. La puerta se abre, un cuerpo conocido se acerca a tu cama pero se mantiene parado. Pasa su mano sobre la cama, y luego levanta la voz.

—¡(t/n)! —Grita, pero no lo hace de mala manera, solo lo hace con el fin de despertarte.

No es suficiente para ti, vuelve a levantar la voz. Esta vez sí reaccionas. Entre abres los ojos y regresas la mirada hacia dónde provino. Alto, cabello negro, tez blanca, vestido con cierto porte como todos los suyos. Lo reconoces.

—¿Ulquiorra? Basta, déjame dormir.

—No, (t/n) —contesta molesto—. Las órdenes son claras. Tienes que despertar. Y además, prepararte para tus deberes.

Te quejas en un sonido, ya no quieres seguirle.

—Estoy harto de todo esto. Matar gente no es del todo lo mío. Déjame dormir —dices, y te volteas para ignorarle.

Ulquiorra solo se te queda mirando con sus típicas expresiones de alienación, siempre con la mirada mezcla de indiferencia y enojo. Y esta vez era lo de costumbre, de que él tuviera que venir a despertarte. Pero más preciso cuando las misiones provenían desde más arriba.

Él suspira al procesar lo que has dicho, para después tomar violentamente tu cobija y tirarla al suelo. Después, Ulquiorra enciende las luces de tu habitación sin premeditación. Estás medio consciente y sientes lo que ha ocurrido.

—¡¿Qué diablos te pasa?! —Gritas, entrecerrando los ojos.

—Es suficiente, (t/n). Y si no te levantas ahora mismo, voy a poner mi mano sobre tu garganta. Y no querrás saber que pasará después. ¿Entendido?

Te había atrapado con eso. Resignado, volviste a quejarte y pasaste tus manos sobre tu rostro. Asentiste. Será un largo día.

—Está bien. Tú ganas. Solo deja de hablarme en ese tono.

Respiras airadamente ante todo eso.

—Tienes quince minutos —añade—. Volveré por ti. Y más vale que no te duermas de nuevo.

—Sí.

Ulquiorra sale de la habitación y te deja a solas.

—¿Por qué tiene que ser tan difícil? —Susurras, y te sientas sobre la cama al terminar.

Tomas tus prendas y procedes a componerte. Entre cambio y cambio los bostezos salen, y con ellos las lágrimas involuntarias del dormir que se postran sobre tu rostro.

Han pasado los quince minutos y estás afuera de tu habitación, en el pasillo. Has salido, cerraste la puerta y sales a continuar. Sigues bostezando y pasas tus manos sobre el rostro con el fin de aminorar el sentimiento. Él no aparece y te molesta aún más. "¿Por qué tanta necesidad de levantarse temprano?", piensas.

Procedes a irlo a buscar. ¿Quién sabe? Tal vez fue de paso para pedirle explicaciones a Aizen del porqué de esto. Y justo cuando estabas a cuantos centímetros de incorporarte al siguiente pasillo, es cuando te encuentras a Ulquiorra frente a frente. Su rostro hace que te hieles de inmediato.

Un susto.

Está cerca y los dos proceden a retroceder al verse.

—(t/n).