PersonajesxMale!Reader (Yaoi) [Volumen I]

Pokémon Sol y Luna: Kiawe | Eufonía

Canción-OST: "Caminando" de Vacación (Caloncho y El David Aguilar).

Tiempo estándar de lectura: 00:09:16

Palabras: 1974.

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Caminas en los pasillos de la escuela junto al Profesor Kukui. Se ha tornado muy cercano ante tu introducción a este genial lugar. Tú, como 'estudiante de intercambio' entre Alola y (*tu región*), impresionado por la armonía de dicho lugar y por todas las cosas que se podían encontrar.

Entran al salón, pero el profesor se adelanta para anunciarse con el saludo típico y todos responden al unísono, y la armonía de la clase vuelve a su sitio.

—Bien, quiero que conozcan a (t/n). Se integrará con nosotros durante un tiempo.

—Bienvenido —se oye de algún lado y otros estudiantes siguen al saludo.

—Gracias a todos por su hospitalidad —contestas un poco avergonzado.

—Ahora, veamos —Kukui comenzó a inspeccionar el salón—. Te vas a sentar... ¡Ah! Ahí, entre Mallow y Kiawe. Ahí hay un asiento disponible

—Está bien. Muchas gracias, profesor.

Por lo que notas, la chica que reacciona al nombre de Mallow es la única que se ha percatado de ti. Lleva trenzas en su cabello verde. Mientras que Kiawe ni se inmuta de tu llegada, a lo mucho te suelta una mirada breve. Solo sabes que lo tienes atrás de ti y eso resultaba un poco amenazante para ti.

Dejando de lado eso, Mallow y tú se entendieron muy rápido y hablaban entre tanto y tanto, cuando esto era posible. La chica parecía hablar hasta por los codos. Pero tú prestabas más atención a la clase del Profesor Kukui puesto que era muy interesante.

Al finalizar la clase, decidiste salir con Mallow hacia las afueras pero dejaste todo lo demás en orden. En tu paleta dejaste tu cuaderno de bitácoras, que era una pieza muy pequeña como para cumplir con esa función.

Estabas hablando con ella cuando un dedo se movió hacia tu hombro y te hizo voltear al escuchar tu nombre.

—(t/n) —Soltó una voz algo dura.

Lo miraste. Kiawe. Moreno, de piel bronceada, de cabello oscuro con algunas partes de un vivo color naranja, alto y formado. Te estaba hablando y parecía ser la primera vez que se percataba de ti.

Parecía.

—Dejaste esto. ¿Es tuyo? —Dijo tartamudeando y extrajo el objeto de atrás. El cuaderno de bitácoras.

—Sí. Es mi cuaderno —contestaste avergonzado.

—Creí que... Bueno... Lo habías olvidado.

—Para nada. Lo dejé ahí pero, de todos modos, es bueno que me lo hayas traído.

—Sí.

—Gracias, ¿Ah? Kiawe, ¿Verdad?

—Sí —sonrió, igual un poco apenado—, ese es mi nombre. De nada.

Y entonces aquel muchacho se sonrojó y los dejó a solas. Tú te le quedaste viendo a su partida, esperando a que regresara a verte, mientras que tu nueva amiga soltaba unas leves carcajadas.

—¿Y tú de qué te ríes?

—Nada (t/n), de nada.

[...]