PersonajesxMale!Reader (Yaoi) [Volumen I]

Pokémon Ruby y Záfiro: Steven Stone | Todo de nuestra vida

Canción-OST: "Live Forever" de Oasis.

Tiempo estándar de lectura: 00:07:59

Palabras: 1691.

*******

Tu mirada es tranquila con el pasar de la vista entre las nubes y el paraíso que era esa bella ciudad. Tenía todo pero también tenía la nada, por decirlo así, como amante de los paisajes. La cercanía del cielo por medio de los riscos, esa sensación de volar para alcanzar el firmamento. Es ese fenómeno el que ha sido testigo de tu vida.

Cuando bajas la mirada y observas el mundo que te rodea, los recuerdos inundan tu mente. En cierto sentido, nadie puede saber lo que está pasando. Crees que nadie lo entendería pero, precisamente, eso sería una sola cuestión de suerte.

Él es tu mejor amigo, ¿Por qué nunca le dijiste?

Su cabello argénteo y su piel blanca son las primeras cosas que impactan en tu vista, sus intranquilas muecas (ya fuese una leve sonrisa o una seriedad a la hora de la batalla) son lo que se aparece después para seguir pensando en él.

—Ay, Steven...

Junto a Wallace, desarrollaron esa pasión por el mundo Pokémon. Ellos se inclinaban a la acción, mientras que tú sentías más curiosidad por la biología y cuidado de esos increíbles seres. Pero no les negabas la diversión. Les seguías el paso.

Muchas cosas han pasado. De tu mente recuperas el viaje que ambos hicieron por la región, durante los inicios de tu adolescencia, donde Steven logró el campeonato en la Liga de Hoenn. Ha pasado tiempo, justo mientras Steven y Wallace han hecho sus vidas a lo largo de la Liga Pokémon.

Nadie conoce el trasfondo en esta historia, el preciso momento en que empezaste a sentir algo más por el chico de cabellos plateados. Steven y tú pasaban algo de tiempo juntos. Le dabas consejos para el cuidado de sus pokémons, mientras que él te motivaba a no perder la fe y quizá avanzar.

Pero ahora no.

La búsqueda ha terminado. Regresas tú hacia el bolsillo, justo cuando bajas la mirada en tristeza hacia el suelo.

—Ojalá pudieras quedarte... Conmigo —dices con desazón.

El registro de la pokedéx guarda el lugar como un nuevo santuario experimental en la zona. Falta mucho por hacer, pero para eso estás tú. Piensas en los nuevos huevos de pokémon que han sido incubados.

—Ojalá también pudieras comprender mi mundo —la tristeza sigue apoderándose de ti—. Te encantaría esto, Steven. Mucho. Y estas increíbles criaturas te amarían a ti.

Respiras fuerte, te sorbes la nariz.

—Mucho... Lo amarían mucho como todos aquí lo aman. Es el orgullo de la ciudad...

Y aún más fuerte con la tristeza.

—Pero no tanto como yo te amo a ti... Steven...

El reloj sobre tu muñeca marca el fin de la custodia por el día. Se ha guardado todo lo que esperabas. No hay ningún rastro fuera de lo particular. Nada extraño. Todo está listo para el proyecto.

—Cierro la sesión de la información del día —dices—. Recordar editar las notas personales. Dato establecido en la fecha del calendario. Nada fuera de lo común.

Te levantas y de nuevo bajas la manga de tu chamarra de mezclilla hacia el reloj. Es un tanto vieja, y está deslavada.

Miras de nuevo al cielo. Parece que suena su nombre con el viento que recorre tu cabello. Las manos sobre tu rodilla para agarrar impulso y regresar al mundo.