50. Shut up

1.1K 40 2
                                    

The Walking Dead

Los hijos de puta de los Salvadores nos bloquearon el camino de mil maneras distintas, hasta la última en la que incendiaron troncos y ahorcaron a un hombre y nos obligaron a irnos. Cuando nos estabamos retirando, se me ocurrió la que en ese momento parecía una genial idea:

-Se supone que los salvadores esperan el vehículo, verdad?- y les expliqué mi estúpido plan y ellos aceptaron como credulos que eramos, y ahora estabamos todos, inclusive Maggie, sentados uno al lado del otro en frente a un tipo que parecía Don Ramón de el chavo del 8.

-Y tenemos visitas- dijo el loco y al abrir una puerta de uno de los remolques, sacaron de ahí a Daryl, Glenn, Michonne y mi hermana Rosita. Empecé a torturme mentalmente, culpandome de la muerte anticipada de mi hermana mayor y de la de Carl, mi... algo. Aún así, me mantuve firme, con la espalda recta y mirando fijamente cada movimiento del loco de bigote, que dijo que era momento de llamar al jefe. Abrió la puerta del remolque y salió un hombre con una chaqueta de cuero y un bate rodeado de alambre de púas. Empezó a largar el monologo de que debíamos trabajar para él, mientras yo lo miraba fijamente, sin perder mi firmeza, cada vez que pasaba frente a Carl. Me miró y pareció entender algo que no explicó, pero se acercó a mi y se puso bastante cerca de mi rostro, sorprendiendose cuando ni un centímetro de mi cuerpo temblaba.

-Florencia Espinosa- dijo con una sonrisa al reconocerme, a lo que yo sonreí levemente.

-Negan Adams (imaginemos que ese es el verdadero apellido y lo que sigue es su verdadero pasado ahre)- dije con una sonrisa, mirandolo de arriba a abajo -Tu nuevo entretenimiento es matar zombies por lo que veo. En realidad, creo que sigue siendo matar humanos. Eres el único que no ha cambiado mucho- el sonrió y de su sonrisa salió una leve carcajada.

-No has perdido el sentido del humor, Espinosa. Me hubieras servido mucho, si no fuera porque elegiste el grupo equivocado- dijo aún sonriendo, por lo que yo le devolví la sonrisa.

-Estoy segura de mi decisión, lo estas tú de la tuya, Negan?- lo cuestioné, logrando que soltara una carcajada.

-Te la dejaré pasar porque me caes bien, pero que sepan- dijo girandose en dirección al resto del grupo -que a mi nadie me cuestiona- terminó. Sonrió y empezó a cantar una canción, que cada vez que decía una palabra señalaba a alguien diferente. Ignoré el hecho de que a mi me salteaba, pero aún seguía con la espalda recta y la mirada al frente, a un lado de Abraham, que llegó a ser un padre para mi aunque fuese mi cuñado.

Negan terminó con su canción, y no quise mirar a quien le había pegado.

Mierda, no quería mirar.

Pero lo hice.

one shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora