Teen Wolf
-No soy una mujer lobo- dije a Stiles, que seguía insistiendo.
-Tengo evidencias- dijo el y yo lo miré con el ceño fruncido, hice un gesto para que hablara y así lo hizo.
-Uno, casualmente siempre estas ocupada las noches de luna llena- se argumentó y yo busqué una excusa rapidamente.
-Ni siquiera me fijo cuando hay luna llena, que mi vida social exista a diferencia de la tuya es diferente- dije y el pareció claramente ofendido.
-Para tu información, yo tengo vida social, soy amigo de Lydia Martin, la popular- dijo, cuando la nombró yo rodé los ojos.
Yo estaba enamorada de Stiles desde que tengo memoria, y el nunca lo notó.
Repito, NUNCA.
-Podrías haber dicho que eras amigo de Vanessa Black, ya sabes, LA MÁS POPULAR DEL INSTITUTO- dije hablando en tercera persona y remarcando las ultimas palabras molesta, me paré de su cama y salí de su casa, ignorando sus gritos llamandome. Subí a mi auto y conduje lo más rápido posible hasta llegar a mi departamento. Al llegar, abrí la puerta y la cerre detras de mi espalda, para dirigirme hacia mi habitación y tirarme en la cama.
El acostarme en mi cómoda cama no duro mucho, ya que me tiré en el suelo, me senté en el parqué de madera usando la cama como respaldo y por primera vez luego de muchos años, tantos que perdí la cuenta, largué en llanto.
Solté todo lo que ocultaba cada vez que Stiles nombraba su enamoramiento hacia Lydia, cada vez que Scott insistía en que era una mujer lobo, aunque tenía razón. Cada vez que me recordaba mentalmente que era huerfana, cada vez que me daba cuenta de la mierda de vida que llevo.
Escuché como la puerta del departamento se abría, pero no me preocupé en ponerme en posición de ataque, o de pararme, o de limpiarme las lágrimas. No me preocupe siquiera en largar sollozos, simplemente lloré en silencio, soltando todo lo que tenía guardado.
Un brazo paso por sobre mis hombros, y un aroma muy reconocido para mí me envolvió en un abrazo, de esos que podían llenar ese vacío que sentía.
-Es increíble que nunca te hallas dado cuenta- susurró el chico que rompío mi corazón todos estos años.
-¿Que amas a Lydia? Creeme, de eso me dí cuenta- al decir esas palabras, sentí como los latidos de Stiles se aceleraban.
-No amo a Lydia, te amo a ti- dijo, procuré oír correctamente sus latidos, para asegurarme de que no mentía. Y no lo hizo.
Stiles Stilinski me amaba.
Casi tanto como yo lo amaba a el.
-P-pero c-cada v-vez qu-que d-decías...
-Que amaba a Lydia mentía, no se como nunca te pusiste a oír los latidos de mi corazón. Ya sabes, por lo de- hizo una pausa por lo que yo lo miré, y el largó un aullido de lobo, provocando que yo riera.
-Ven sube- dije empujandolo para que subieramos a la cama y nos acostaramos. Al hacerlo, el estaba algo nervioso, por lo que yo alze una ceja y lo acerqué a mi para abrazarlo por la cintura y acomodarme en su pecho.
-Y Lydia sabe...
-Todos lo saben- me interrumpió provocando que yo frunciera el ceño -Siempre decían indirectas, no se como no las notaste si eres la reina de las indirectas- hizo una pequeña pausa -Y del sarcasmo- reí y me apegué mas a el.
-Y tu eres el rey- dije y ahora ambos reímos tiernamente.
-Te quiero- soltó de repente, por lo que yo lo miré.
-Yo tambien- dije, me levanté un poco para quedar a la altura de su rostro, aún acostada. Me acerqué timidamente a el hasta quedar a centímetros de sus labios, esos que quería besar desde hace mucho tiempo -Yo tambien te quiero- complete y el sonrió sin mostrar los dientes, como hacia siempre. Acortó la poca distancia que yo había creado y me besó, me besó como yo quería que hiciera hace años.
-Mentí- dijo de repente, con la mirada seria. Con mi oído lobuno juro que pude oír como mi corazón se partía como cuando se te cae un vaso al piso -No te quiero, yo te amo- al escuchar sus ultimas palabras solté el aire que no sabía que contenía.
-Idiota, nunca más me asustes así- dije pegandole suavemente en la cabeza, provocando que el riera.
-L-lo lamento, f-fue a-algo a-apresurado. D-digo...
-Yo tambien te amo Stiles, como lo hice y siempre lo hare- dije y el me estrecho entre sus brazos y junto nuestros labios en un beso que contenía amor.
