Capítulo 1

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"Cuando te digo que quiero convertirte en Arte, quiero decir voy a sostenerte contra una pared y pintar tu cuerpo con mi lengua."
-Ron Israel.

Alyssa

Un día antes....

Si hubiera tenido el poder de arreglar las cosas probablemente lo haría, ¿Pero cómo? si ya todo estaba dicho y hecho, no me agradaba la idea pero todo había sido culpa de mis padres por haber creado ese estúpido negocio, desde que me había enterado de mi mudanza había tenido problemas de salud, me dolía constantemente la cabeza, mis uñas se habían comenzado a partir y me había dado una gripe horrible. Si, la noticia me había caído como un balde de agua fría, pero no podía decirles nada, sabía que no me escucharían y mucho menos cuando era para beneficio de ellos.

Aunque claramente no puedo mentir, también me beneficiaria a mí. Principalmente mis padres decidieron mudarse fue por mí, yo al igual que mi padre también quería ser empresaria y quería formar mi propio imperio, no podía siempre vivir pagando todo a costas de mi padre, quería surgir y trabajar por mi propio esfuerzo y muchas veces se lo había platicado a mi padre, todo comenzó fue cuando me dio la noticia de que había firmado un negocio con otro empresario el cual vive exactamente en California, donde él al igual que mi padre tienen varias empresas, pues en la empresa más cercana yo tomaría unas prácticas junto a los hijos de su socio, prácticas que iban desde; Papeleo, conteo, calculadoras, manejo de dinero y todo los que se les pueda imaginar, sin embargo, aunque al principio la idea de compartir una empresa con otras dos personas no me agradó, mi padre me había convencido de que era un excelente comienzo para empezar. La manejaría unos años y eso mientras lograba formar mi propia empresa independientemente.

Y era exactamente por eso que tomaría las practicas, si en realidad era capaz de aprender todo lo que me enseñarían en seis meses probablemente sería la Jefa y mi objetivo era ocupar el lugar de Directora General de la empresa que se comenzaría a construir en dos meses aproximadamente, por ahora yo procuraría concentrarme en las prácticas y en el instituto por supuesto.

Mañana viajaríamos a primera hora, y lo peor de todo es que mi padre había matado cada una de las esperanzas que tenía por volver aquí, a mi hogar, el lugar en el que había nacido y crecido completamente feliz. Alejarme de Boston era demasiado duro, creo que principalmente porque extrañaría el clima frío y tal vez porque estaría lejos de mis amigas, los cambios no eran muy favorables para mí y yo era una persona demasiado exaltada, aceptaba que mi genio no era el mejor pero en estos últimos días había procurado calmarme y no escaparme por la ventana de mi cuarto para no tener que mudarme. Yo era una chica prestigiada, respetada y sobre todo muy bonita, me gustaban los vestidos y tan solo tenía al menos unos pocos pantalones en mi armario ya que solía llevar vestido siempre a todo lados, fuese uno muy elegante o uno muy formal siempre mi armario estaría lleno de ellos, las joyas eran algo que tampoco que podían faltar, el labial y el maquillaje era un gran tesoro en mi vida, y ni hablar de los zapatos ya que tenía más de cincuenta pares por todos lados y acepto que siempre llevaba los mismos de siempre,mis favoritos.

Y en cuanto a los chicos, para ser sincera no es que confiara mucho en ellos, es más, creo que esa era la razón principal del por qué no tenía novio. Siempre terminaban rompiéndote el corazón y aunque los hombres me llovían por montones siempre había una excusa para rechazarlos y eso me hacía sentir jodidamente bien, ya que muchos de ellos por supuesto jamás me merecerían.

Jamás me había enamorado y jamás lo haría, el amor no estaba en mis planes ni ahora, ni mucho menos en el futuro.

— ¿Que ropa te piensas llevar para el viaje?— La voz de Pam hizo que despegara la vista del suelo y que saliera del trance de pensamientos que estaba teniendo en aquel instante.

Del Egoísmo Al Amor I ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora