Alyssa
Mientras mi mirada se perdía entre los árboles y casas que recorríamos, seguía pensativa. Nunca había sentido tan de cerca la decepción que se podría sentir hacia otra persona y la tristeza que conllevaba todo eso. Solo pensaba en lo que debía de hacer que, por supuesto, no tenia de idea aun de qué manera iba a solucionar toda aquella situación. Una vez escuché a alguien decir que nunca debes perdonar que alguien te ponga la mano encima, ni siquiera si es a la persona que amas, y cuánta razón había en ello.
Estaba harta de todo lo que me estaba pasando, era como si una clase de maldición hubiese recaído sobre mí para atormentarme. No aguantaría más, estaba simplemente cansada de todos aquellos que se acercaban a mí solo por dañarme. Pero, ¿Quién era yo para culpar a Andrew? No podía justificar su reacción hacia mí, pero tampoco lo culpaba.
Andrew tenía problemas de ira, o eso era lo que le había escuchado decir a Bethany una vez, y aquello me preocupaba más que cualquier otra cosa.
Cuando partí de aquella casa ni siquiera me tomé la molestia de despedirme de Andrew, él había dormido en otro cuarto toda la noche y en la mañana no nos acompañó en la mesa. No sabía con exactitud que se le estaría pasando por la cabeza en aquel momento, pero cuando Salí de la casa y me subí al auto pude verle desde el porche de la entrada mirándome fijamente, la culpa se reflejaba en sus ojos y en aquel momento quise correr a sus brazos y decirle que lo disculpaba por la manera en la que me había lastimado.
Pero no podía estar cerca de él sin antes asegurarme que no ocurriría de nuevo.
— ¿Terminaras con él? —Preguntó Chloe mientras aparcaba en frente de mi casa. Por suerte ella se había ofrecido a traerme de regreso y se había quedado conmigo en la habitación mientras terminaba de amanecer y fue algo que agradecí enormemente.
—No lo sé. —Dije suspirando mientras observaba hacia mi casa. —Tengo demasiadas cosas en la cabeza.
—Yo te aconsejaría que te tomes un largo tiempo para pensar. —Chloe me observó profundamente a los ojos. —Andrew no es un hombre de una sola mujer, y tú te mereces a alguien que esté dispuesto a dejarlo todo por ti. —Sonrió sin gracia. —Y cariño...Él no es el indicado, lo conozco de toda la vida y sé que no te conviene. Debes de ser más observadora, a veces el amor de tu vida esté en frente de tus ojos y no te das cuenta. —Chloe acarició parte de mi cabello.
Ambas nos fundimos en un profundo abrazo.
No sé si era cosa mía, pero algo en el fondo me hacía pensar que Chloe probablemente mostraba un poco más de interés por mi relación con Andrew, me parecía sumamente extraño, pues ella solo se empeñaba en ensuciar la imagen de Andrew ante mí. Aquello me llevó a pensar en que probablemente Chloe era el tipo de persona que desarrollaba cierto gusto por sus primos, no me sorprendió, pues Andrew era lo bastante atractivo como para poder conquistar hasta a su propia familia.
Por suerte siempre había sido una persona precavida, no le haría caso a ninguno de sus consejos hasta no saber con exactitud qué clase de persona era Andrew. Nunca creía las palabras de otras personas, siempre me había encargado de tomar mis propias decisiones y de no recibir mala vibra de nadie.
Sin embargo, Chloe me caía bien y sabía que era la clase de persona que estaría dispuesta en apoyarme en todo.
— ¿Te gustaría pasar un rato? —Pregunté. —A mi madre le agradará conocerte.
—Eso me encantaría. —Respondió.
Ambas bajamos del auto y comenzamos a caminar por el jardín de la entrada en dirección al porche, mientras rebuscaba en mi bolso las llaves, pude ver por el rabillo del ojo una cabellera rubia, al principio pensé que sería mi madre pero al subir la cabeza y observar a la persona que se encontraba en la entrada quedé simplemente descolocada.
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Del Egoísmo Al Amor I ©
Teen Fiction¿Era simple deseo carnal o aquello que sentía iba más allá de lo que yo podría llegar a imaginar? Mi identidad, mi respetuosa imagen y, sobre todo, mi elegancia me había caracterizado y me habían llevado por el camino más prestigioso del mundo de lo...