Alyssa
Terminé de aplicarme la base en el rostro. El hematoma en mi rostro parecía haber desaparecido, tendría que esconderlo por un largo tiempo. Mi padre, por suerte, no había llegado a casa aún y había podido bañarme y cubrir el moretón lo más rápido que pude.
Mi móvil sonó segundos después. Sonreí al ver el mensaje de Andrew y mordí mi labio inferior, a pesar del golpe de anoche, no me arrepentía de lo que sucedió. Estaba ardiente de deseo, un deseos que jamás había experimentado. De no ser por el golpe, me habría dejado llevar completamente por él.
Andrew me parecía un hombre extremadamente varonil. Tenía una pizca de malicia que lo hacía ver jodidamente irresistible, era alto y con unos ojos extremadamente azules. A pesar de que era un tosco, engreído, mal educado y bastante idiota, debo de admitir que a la vez era bastante inteligente y, sobre todo, muy perspicaz.
Andrew no solo me atraía físicamente, sino mentalmente también. Sentía que su alma se conectaba con la mía y eso era lo que más me aterraba.
Sentía que estaba atrapada. Es como si tuvieses la opción de pasar por un puente o saltar a través del vacío para llegar al otro lado; Andrew era lo que estaba después de aquel vacío.
Alguien tocó la puerta de mi habitación haciéndome sobre saltar.
—Adelante. —Dije al pensar que seguramente sería mi padre.
—Hola cariño. —Sentí que mi corazón daba un vuelco.
Giré rápidamente. Mi madre se encontraba allí, parada justo en el marco de la puerta. Con su cabello rubio recogido y, con la sonrisa en los labios.
Comencé a ver nublado y la primera lagrima bajó por mi mejilla. Me levanté y salté a abrazarla. El cálido abrazo de mi madre me llenó de luz, tenerla en mi vida era algo simplemente maravilloso.
—No llores cariño. —Pronunció al verme al rostro. —Mamá está aquí y te hará unos ricos huevos, tal cuál te gustan o si no quieres podemos decirle a Janne que prepare algo y tu y yo podríamos pasar la tarde juntas.
Me limpié las lágrimas del rostro.
—Estoy bien mamá. Solo que, te extrañé demasiado.
Mi madre se adentró en mi habitación y tomó asiento en la orilla de la cama, yo me senté justo a su lado, feliz de tenerla de nuevo conmigo.
—Tu padre está preocupado por ti, Alyssa.
Rodé los ojos al escuchar sus palabras. Seguramente le había dicho lo peor a mi madre. De eso se trataba todo, mi madre jamás entraba a mi habitación a menos de que fuese para hablar de algo serio.
—¿Tan preocupado para golpearme? —La miré con incredulidad.
—¿Qué quieres que te diga, hija? Estabas ebria y con muletas y, lo peor de todo ¡Con un chico! —Mi madre se veía tan cansada que, por un momento intenté controlar mis emociones y no explotar como solía hacerlo.
Pero era claro que mi madre, por más que intentase explicarlo no lo entendería.
—Andrew y yo solo intentamos hablar sobre negocios. —Me levanté de golpe y la miré con seriedad. —Porque si no te has dado cuenta, nos llevamos de la mierda.
—Eso para nadie es un secreto, pero no queremos que te involucres con ese chico. Dañaría todo el negocio que hemos construido por ti.
—Eres increíble mamá. —Dije con indignación. —Tan solo les importa eso, ¿No es así? ¡Ese estúpido negocio de mierda!
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Del Egoísmo Al Amor I ©
Teen Fiction¿Era simple deseo carnal o aquello que sentía iba más allá de lo que yo podría llegar a imaginar? Mi identidad, mi respetuosa imagen y, sobre todo, mi elegancia me había caracterizado y me habían llevado por el camino más prestigioso del mundo de lo...