Capítulo 30

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Andrew

Apenas toqué sus labios sentí derretirme. La excitación comenzó a apoderarse de mí en tan solo segundos, nunca antes me había sentido tan extraído por una persona como en aquel momento. Sentí como la sangre se me acumulaba, y sin poder parar, besé a Alyssa de manera apresurada, haciendo que su espalda chocara levemente con la puerta. Tomé una de sus piernas e hice que rodeara mi cadera, lo mismo hice con su otra pierna y, fue en ese momento que ambos pudimos sentir nuestros sexos.

Sentí como se me marcaban las venas del cuello, la observé por unos leves segundos preguntándome si aquello era real, si aquella diosa estaba ofreciendo su cuerpo para que yo pudiese curarlo.

Pasé saliva al ver lo sonrojada que estaba, su respiración agitada solo me hacía querer seguir con aquello que estábamos por hacer. Ambos nos besamos de nuevo, todo mientras nos encaminábamos en dirección a la cama. Delicadamente la recosté en ella y entonces vi como recorría mi cuerpo con la mirada.

Sus sensuales ojos cafés me miraron cada parte del cuerpo, escrundiñandome de manera pervertida y traviesa. Nunca antes había visto tal mirada venir de una mujer. Yo también me tomé el tiempo para mirar, mientras ella se encontraba allí, en la cama esperando por mi próximo paso, yo me tomé un par de segundos para admirarla.

Su vestido negro de flores ya se encontraba más arriba de sus rodillas, su labial corrido y su cabello despelucado le daba un aire sensual, joder, era la mujer más bella que había podido admirar. Alyssa se quitó los tacones y me atrajo con la mirada, me encontraba encima de ella mientras lentamente le pasaba el vestido por la cabeza para poder finalmente, deshacerme de él.

Me perdí por unos segundos en su cuerpo. Aquellas curvas eran simplemente perfectas, debo de admitir que en ese momento no me sentí digno ni siquiera de tocarlo, así que, para empezar, delicadamente comencé a tocarle la pierna haciendo suaves movimientos de arriba hacia abajo mientras ella me observaba nerviosa.

—Eres hermosa, Alyssa. —Dije serio y, a la vez ansioso.

—Ya lo sé. —Soltó una risita nerviosa y yo negué con la cabeza, esta vez sonriendo.

Por momentos olvidaba que darle un cumplido a Beckham solo le aumentaba el ego. Pero no debo mentir, aquellos pequeños defectos de su personalidad eran lo que más me gustaba, todo eso la hacía ser simplemente ella.

Le tomé del cuello y la atraje hacia mí, nuestros labios parecían estar hechos el uno para el otro, bailaban e intercambiaban saliva como si se hubiesen conocido de toda la vida. Alyssa terminó encima mío y ella me sintió, soltó un pequeño gemido y comenzó a moverse de arriba abajo, rozándonos por encima de lo único que nos cubría.

Tomé sus pequeñas nalgas en mis manos y le ayudé con los movimientos, a mi vista tenia a la mujer más sensual y tierna. De un movimientos rápido me giré e hice que quedase de nuevo debajo de mí, ya no aguantaba más.

Le besé el cuello en repetidas ocasiones mientras una de mis manos desapuntaba su sostén. A mi vista quedaron sus pechos pequeños y redondos, listos para ser besados y acariciados. Me perdí de nuevo en ellos y di un leve beso en medio de ellos para luego dirigirme a uno de sus pezones mientras comenzaba a chupar, tal cual lo haría un bebé.

La sentí retorcerse y gemir de manera baja, su manos acariciaban mi espalda, una de mis manos bajó hasta su braga, sin previo aviso, metí mi mano en el interior e hice suaves masajes, le sentí mojada, lo bastante como para poder penetrarle fácilmente sin hacerle daño.

Bajé sus bragas y ella ayudó a acelerar la acción, para luego quitarme con sus delicadas manos, la única ropa que me cubría.

Ambos estábamos extasiados, ganas de comernos si era posible.

Del Egoísmo Al Amor I ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora