Andrew
Los músicos habían parado de tocar y los invitados murmuraban una y otra vez sobre los últimos acontecimientos. Los padres de Alyssa se habían quedado en silencio mientras se miraban entre sí. Por otro lado, Alfred se encontraba aguardando en el mismo lugar, le podía notar nervioso. Mis padres tan solo estaban en silencio, intentando buscar alguna explicación o simplemente atando algunos cabos, pues mi padre que, conocía a Hudson desde hace algún tiempo, alguna vez había mencionado que no recordaba haber visto a la esposa de Hudson embarazada.
Yo por mi parte, también aguardaba impaciente. No sabía que mierda era lo que se le estaba pasando a Beckham por la cabeza, pero si estaba seguro de que, si no salía de la casa en un par de minutos, yo mismo entraría por ella.
Los minutos pasaban y el día había comenzado a oscurecer. El ambiente en aquel lugar se había puesto más pesado de lo normal.
—¡Pero que pasa que no ha salido! —Dijo Hudson, nervioso y con los pelos de punta.
—La hemos perdido. —Mencionó la madre de Alyssa mientras se mordía las uñas y las lágrimas caían por sus mejillas. —Todo esto ha sido tu culpa Hudson...Si ella hubiese sabido la verdad desde el principio...
Hudson la interrumpió abruptamente.
—¡Cállate, joder! —Gritó fuertemente. —Iré por ella, Alyssa sabe perfectamente que es lo que le conviene...Lo perderá todo si se va con este infeliz. —Observó a Alfred con desprecio, pero este ni se inmutó y tan solo veía en dirección a la puerta, ansioso por ver salir a Beckham de ahí. —No soporto mas esta espera. Iré por ella.
Hudson se encaminó hacia e interior de la casa, pero me apresuré a intervenir en su camino. Le puse la mano levemente en el pecho para detenerlo.
—No creo que sea una buena idea, Hudson. —Lo observé de manera profunda.
—¿Ahora tu vienes a decirme que debo y que no debo hacer? —Preguntó ofendido.
—Es mejor que siga mi consejo. —Dije intentando tranquilizarlo. —Usted se encuentra bastante nervioso, de hecho, todos aquí lo estamos. ¿Imagínese como debe de estar Alyssa? No creo que sea buena idea que usted sea quien vaya a verla, no lo escuchará, usted la conoce bien.
El rostro de Hudson se relajó un poco, pude ver una mirada de resignación en su rostro.
—Yo entraré. —Dije segundos después. —Intentaré tranquilizarla, créame, lo he hecho varias veces. Solo espere aquí e intente tranquilizarse.
Hudson me observó con recelo por unos segundos, pero a regañadientes asintió con la cabeza. Yo por mi parte, decidí encaminarme hasta el interior de la casa, pasé por la cocina y todo ya estaba en plena penumbra, pues ya estaba oscureciendo y tuve que prender la luz de las escaleras para poder fijar mis pasos. Definitivamente, el ambiente se sentía pesado y, a decir verdad, sentía pena por Beckham. Sus padres habían escogido el peor día para decirle la verdad, habían arruinado su cumpleaños.
Mientras subía las escaleras en dirección a su habitación, ya podía imaginármela: Llorando tirada en su cama, maldiciendo, pensando, y, sobre todo, podía imaginármela confundida. Cuando estuve cerca de su habitación intenté caminar lentamente sin hacer ningún ruido, me acerqué a la puerta y me sentí extrañado al no escuchar sonido alguno. Giré la perilla y no pude ver nada, pues la habitación se encontraba completamente oscura, tan solo podía ver las sombras de los objetos que allí se encontraban.
Encendí la luz y observé toda la habitación. Había una maleta de viaje, por lo que pude notar, Alyssa había estado alistando su ropa en aquella maleta. Fue entonces que, a tan solo unos metros de aquella maleta, la cual se encontraba encima de su cama, había una pequeña mancha rojiza.
Fue al bajar mi mirada que pude notar que había varias manchas de sangre que formaban un camino hacia el balcón de la habitación. Todos mis sentidos se activaron, lo primero que vino a mi mente fueron las extrañas cartas amenazantes que había recibido Beckham en los últimos días, las flores, los animales muertos en su habitación...Todo simplemente se visualizó en mi mente rápidamente.
Bajé las escaleras casi corriendo y Salí nuevamente al patio trasero, donde todos me observaron expectantes.
Mis ojos desorbitados y mis nervios de punta tan solo hicieron que toda la multitud cambiara de una expresión curiosa a una expresión de preocupación
—Se la han llevado. —Fue lo único que pude articular en ese momento,
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El oficial de policía me observó con curiosidad.
—¿Es usted el novio de la señorita Beckham?
—Si.
—¿Trabajan para la misma empresa?
—Si.
—¿Cuánto tiempo de relación lleva con la señorita Beckham?
—No lo sé. —Dije con la mirada perdida. —Cinco...Seis meses.
Volvió a anotar en su libreta.
—¿Ha visto algo raro últimamente? —Preguntó y esta vez yo lo miré a los ojos. —¿Le ha comentado algo sobre sentirse perseguida, asustada, acosada...? Todo lo que recuerde podrá ayudarnos a dar con el paradero de su novia, joven Donovan.
—Si. —Volví a responder. —Ella había estado recibiendo cartas muy extrañas, flores, incluso me había comentado que hace un par de días había encontrado a un animal muerto sobre su cama.
—¿Qué tipo de animal?
—Una rata.
—¿Sabe usted si ella guardó aquellas cartas?
Asentí con la cabeza. Me encaminé junto con los padres de Alyssa y el oficial de policía hacia la habitación de Beckham, una vez allí, les mostré el lugar donde había encontrado las dichosas cartas. El oficial de policía tomó unos guantes transparentes y guardó cada carta en una bolsa. Mis ojos podían repasar una y otra vez aquella caligrafía, estaba seguro de haber visto ese tipo de letra antes.
—¡Oh, Dios mío! —Sollozó la señora Beckham. —¿Por qué no mencionó nada?
—¿Cree usted que estará ella bien, Oficial? —Esta vez fue Alfred, quien en sus ojos se podía reflejar la preocupación y tristeza.
—Al ver las cartas puedo decir que esto tiene que ver con un asunto amoroso. —Mencionó el oficial. —¿Ella tiene algún admirador en especial? ¿Alguien que tal vez se haya obsesionado con ella?
—MI HIJA. —Recalcó Hudson una vez más mirando a Alfred con descontento. —Es una mujer muy hermosa, ¡Pudo haber sido cualquiera, por Dios!
—Siendo así...—Tendremos que comenzar ahora...Comenzaremos a revisar las cámaras de seguridad de la casa.
La ventaja de la casa de personas adineradas era que, gracias al dinero, podían contar con buenas cámaras de seguridad para todos los alrededores. Yo solo esperaba poder sacar provecho de ello, pues yo mismo me encargaría de ir por Bekcham así tuviese que mover cielo y tierra para ello.
Luego de observar cada una de las cámaras, llegamos a la última cinta de una de ellas. La cámara captó a un hombre corpulento vestido de negro mientras cargaba a Beckham, inconsciente en sus brazos. Fueron inteligentes, pues aprovecharon que todos en la casa se encontraban en la parte trasera y decidieron aparcar un pequeño automóvil blanco, sin placas, allí se encontraba otra persona vestida completamente de negro y al igual que el otro sujeto llevaba una máscara, con la diferencia de que esta segunda persona parecía tener aspecto femenino.
Lo último que pudimos ver fue que entraron a Beckham al auto y, mientras la mujer cerraba la puerta, mis ojos pudieron captar algo que me dejó simplemente descolocado.
—¡Espere! —Mencioné y el Oficial pausó el video al instante. Señalé el lugar específico y el hombre aumentó el Zoom del video.
Allí, claramente pude ver asomado una pequeña cabellera roja, una cabellera única que solo yo sabía a quién pertenecía.
—¿Chloe? —Pronuncié. intentando contener el aliento.
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Instagram: ttatianacalderon
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Del Egoísmo Al Amor I ©
Teen Fiction¿Era simple deseo carnal o aquello que sentía iba más allá de lo que yo podría llegar a imaginar? Mi identidad, mi respetuosa imagen y, sobre todo, mi elegancia me había caracterizado y me habían llevado por el camino más prestigioso del mundo de lo...