Capítulo 45

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Alyssa

Desperté. Podía sentí una leve presión en mis muñecas y pude sentir las cuerdas apretando mis manos y mis pies. Mi mente repasó lo último que recordaba y, fue entonces, cuando sentí miedo de abrir los ojos. Mi cuello se encontraba hacia a un lado y me dolía, cuando por fin pude ser valiente y, abrirlos ojos me di cuenta que estaba en una habitación completamente vacía.

Allí, en una esquina se encontraba un hombre observándome que, apenas se percató de que me encontraba consciente nuevamente, prosiguió a salir rápidamente de la habitación. No pude reconocer su rostro pues llevaba una máscara negra.

Me dolía la cabeza, podía sentir como hacia bum una y otra vez. En el fondo, entre el miedo y la desesperación sabía que toda aquella situación era por esas estúpidas cartas. ¿Por qué no hice nada? ¿Por qué no lo tomé tan en serio? Las lágrimas comenzaron a bajar por mis mejillas mientras intentaba deshacerme del nudo de mis manos, mi corazón acelerado y mis lágrimas era un indicio de aquella desesperación que podía sentir en aquel momento. Me removí con fuerza y, sobre todo, enojada conmigo misma al permitir que esto me estuviese pasando. Mi fuerza al moverme fue tal que, en tan solo segundos, la silla en la que me encontraba sentada se ladeó para un lado haciéndome caer junto con ella.

Volví a sollozar. No sabía cuánto llevaba en ese lugar, pero si sabía que llevaba por lo menos, días. Mi ropa había sido cambiada y ahora tan solo llevaba una bata blanca de baño. Me sentí repulsiva al pensar en que alguien, probablemente tuvo acceso a mi cuerpo mientras estaba inconsciente. Mis sollozos cesaron cuando vi la puerta abrirse lentamente. Vi unas botas de hombre entrar a la habitación y, luego pude ver unos tacones negros. Subí mi mirada y no pude creer lo que mis ojos estaban viendo.

—¡Oh, cariño! —Mencionó Chloe mientras se acercaba a mí. —Pero mira no más como estas. —Me incorporó de nuevo. —¿Aun te duele la cabeza? —Mencionó como si nada. —¿Tienes hambre? ¿Quieres beber algo?

—¿Puedes decirme que demonios hago en este lugar? —Le respondí con calma mientras mi vista se posaba en un solo punto.

Pude notar como los ojos de Chloe me observaban con precisión, como si estuviese analizando cada parte de mi rostro. Noté como embozaba una sonrisa.

—No querías verme... —Dijo y yo la miré esta vez a los ojos. —Y yo, en cambio, me moría por verte.

—Estas cometiendo un error. —La observaba con enojo. —No puede obligar a la gente a que te quiera.

Chloe soltó unas cuantas carcajadas.

—Yo no quiero que tú me quieras. —Se arrodilló para que quedáramos a la misma altura. —Yo quiero que tú me ames. Pero te negaste, me negaste...La oportunidad de conocerme. Puedo demostrarte que puedo darte mucho más de lo que Andrew puede...

—¡Cállate! —Grité de manera desesperada. —No me gustan las mujeres, nunca me han gustado las mujeres... ¿Por qué no puedes entender eso? —Chloe siguió sonriéndome con cinismo.

Me encontraba asustada, pero hacía de todo mi esfuerzo por no demostrar el miedo.

—Es por eso que estas aquí, cariño. —Dio un beso en mi mejilla y sentí repulsión al sentir sus labios en mi piel. — Todo hubiera sido diferente si no me hubieras rechazado y si tan solo me hubieras dado la oportunidad de demostrarte todo lo que puedes hacer si estás conmigo. Desde el primer momento en que mis ojos te vieron me sentí en una clase de trance, no pude parar de pensar ni un solo momento en ti.

—¿Era eso por lo cual te portabas tan hospitalaria conmigo? —Respondí con ironía. —Andrew es la única persona que ha logrado tener mi corazón, tú no puedes venir aquí, secuestrarme y pedirme que te ame y te comprenda cuando no eras para mi más que una simple desconocida.

Del Egoísmo Al Amor I ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora