Capítulo 39

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Alyssa

Tenía los pelos de punta, los hospitales nunca me habían gustado, siempre que había estado en ellos quería irme lo más pronto posible. Eran tan fríos y todo el mundo lloraba por todos lados, definitivamente, la sección de urgencias era la peor de todas. Hacia frio y me encontraba esperando a Bethany quien había salido a llamar a sus padres, no me he de imaginar lo preocupados que iban a estar apenas se enterasen de todo lo que había sucedido.

Lo único que yo me preguntaba era, ¿Por qué? ¿Qué mierda se le estaba pasando a Lucas por la cabeza? Si, vale, Andrew le estaba propinando varios puñetazos, pero jamás me imaginé que Lucas fuese capaz de herir a Andrew. ¡Dios mío! Casi me muero del susto al pensar que Andrew podría estar en peligro a causa de esa herida, verlo allí cubierto de sangre había sido una escena horrenda.

Solo esperaba que estuviera bien, era lo único que deseaba escuchar.

No sé por qué nos pasaban tantas desgracias, éramos tan jóvenes...Joder, ha sido un milagro que ninguno de los dos esté muerto hasta el momento. Ahora, solo me preocupaba Andrew, ya no sentía enojo ni cabreo por todo lo que había sucedido en el pasado. Creí haber sido muy injusta, ¿Por qué no lo escuché? Tal vez debería de aprender a escuchar a la gente y aprender a cerrar mi boca y tal vez luego de eso, juzgar.

—Te he traído un café. —Mencionó Bethany sentándose a mi lado.

Oh sí. Amado café que siempre calmas mis nervios.

Bebí el café y sentí como la bebida caliente bajaba por mi garganta. Era una noche tan fría.

—¿Qué te han dicho tus padres? —Pregunté a Bethany quien traía los ojos hinchado de tanto llorar.

—Mi madre ha roto en llanto, mi padre tuvo que pasar al teléfono porque mi madre no paraba de llorar. Traes los ojos hinchados. —Menciona Bethany observándome fijamente.

—Igual que tú. —Ambas sonreímos divertidas.

En aquel momento me di cuenta de que Bethany en realidad era la persona más buena que había conocido en mi vida. Siempre se disculpaba por todo, siempre sonreía, siempre era capaz de ver las cosas positivas de la vida. Era tan sencilla, tan resplandeciente y bella. La envidiaba, envidiaba su manera de ver la vida, envidiaba su altura, pues era demasiado alta, su cabello era tan negro y tan brillante que, no había necesidad de que lo tuviese hasta la cadera. El cabello de Bethany lo traía como la mayoría de los hombres, pero ella lo hacía ver tan femenino y sexy. Sus ojos verdes y brillantes, no solo era una linda persona, también era una mujer muy bella.

Fue entonces cuando me di cuenta de que podía llevar una vida sin prejuicios, sin egoísmo, todo si dejaba entrar un poco de amor a mi vida. Recosté mi cabeza en su hombro y suspiré. No quería que Bethany se alejara de mi lado. Ella y Rusty le habían dado un poco de alegría a mi vida después de todo.

—Le quieres, ¿verdad? —Me dijo entonces y yo me incorporé para poder mirarla a los ojos. Me sentí confundida.

Sonreí comprensivamente, ¿Por qué mentiría esta vez? Así que, asentí con la cabeza.

—Lo quiero. —Afirmé entonces. —Desde mucho antes que el supiera, lo quiero.

—Tú le haces bien a mi hermano. —Suspiró. —La ha pasado mal desde aquella vez que...

La observé con expectación y ella pareció sentirse incomoda. Por lo visto, estaba a punto de mencionar algo importante. Le mostré una pequeña sonrisa para hacerle saber que todo estaba bien, que no se debía de preocupar y que estaba en todo su derecho de no querer contarme.

Del Egoísmo Al Amor I ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora