Capítulo 48

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Andrew

—¿Y bien, te gusta? —Le pregunté mientras ella caminaba hacia el pequeño balcón.

—Es muy hermoso. —Respondió Beckham segundos después. —Creo que estarás muy cómodo aquí. —¿Estás seguro de que estas preparado para vivir solo? —Cuestionó.

—Tengo veintidós años, casi veintitrés Beckham. —Sonreí divertido mientras posaba sus manos en mi cintura. —Creo que estoy lo bastante grande para poder vivir solo, ¿No lo crees?

Ella me observó dudosa y soltó una carcajada.

—Pienso que eres un niño con cuerpo de adulto. —Dio una leve pasada con sus manos por mi pecho. —Pero confío en ti, sé que estarás bien. —Le sonreí.

—¿Sabes que es lo mejor de todo? —Ella niega con la cabeza sonriente. —Que tenemos más privacidad. —Susurro en su oído.

—¿A si? —Observa alrededor. —Bueno... ¿Crees que podamos estrenar tu nuevo apartamento ahora?

Pasé saliva al escuchar la manera en la cual lo mencionó. Su mirada se volvió un poco más oscura y, fue entonces cuando la vi caminar hacia el balcón para cerrar sus puertas. Beckham traía una camiseta de botones blanca y una falda color azul celeste con unos tacones de punta, traía en cabello recogido en forma de bola y su flequillo perfectamente organizado en su frente. Parecía una secretaria, una muy sexi.

Mis ojos se posaron en sus manos que empezaron a desapuntar los botones uno a uno, todo mientras no me quitaba los ojos de encima. Me sentí duro y sentí como mi piel se erizaba de tan solo mirarla. Alyssa botó su camisa a un lado y luego bajó completamente el cierre de su falda y se despojó también de ella.

Su ropa interior de encaje blanco quedó a mi vista y, sentí toda la sangre acumularse en solo una parte de mi cuerpo.

—¿No vas a venir a ayudarme? —Dijo juguetona. —No puedo quitármelo sola.

Caminé hacia ella rápidamente y tomé su cara entre mis manos. Un beso feroz y profundo hizo bailar a nuestros labios, sus manos comenzaron a desapuntar mi pantalón rápidamente mientras yo proseguía a quitarme la camiseta. Sentí sus manos dar un pequeño masaje en mi entrepierna y, con eso, no pude resistirme. Delicadamente le di la vuelta y la arrinconé contra la pared, su hermoso trasero quedó a mi vida y, inconscientemente, plasmé un pequeño beso en una de sus nalgas, algo que le produjo risa en aquel momento.

Me introduje en ella despacio, sin lastimarla y, entonces la sentí caliente. Sus sonidos y los míos se unieron para crear una hermosa melodía que mezclaba el amor, el deseo, el placer propio y compartido...Todo aquello en uno solo.

Arriba abajo y volvía a repetirse, hasta que ambos llegamos al tiempo mientras soltábamos un largo suspiro de satisfacción.

—Lo has hecho genial, de nuevo. —Dije volteándola nuevamente para observarla mejor.

Sus cabellos sudorosos y sus mejillas sonrojadas me indicaban que había hecho un excelente trabajo.

—Tu igual. —Respondió inocentemente. —¿Qué opinas si también estrenamos la bañera?

—Eso suena genial, Beckham. —Besé su frente.

Una vez allí, mientras le daba leves masajes con la esponjilla a su espalda, me di cuenta de lo afortunados que éramos en aquel momento. Habían pasado tantas cosas en tan poco tiempo que, si tiempo atrás, me hubiesen dicho que estaría de estar manera junto con Alyssa nunca lo hubiese creído. Pero así era la vida, aquellas cosas pasaban, en todas partes del mundo.

Violaciones, secuestros, mentiras y todo lo demás eran parte de la vida. Lo importante de todo era el aprendizaje, las situaciones pasan y solo nos queda aprender de ellas.

—Eres la mujer más fuerte que conozco. —Mencionó entonces.

Pude notar como embozaba una sonrisa y bajaba la cabeza.

—No es así. —Dijo bajito. —Soy menos fuerte de lo que parezco.

—Sé que no te gusta hablar de ello, pero...—Hago una pausa con temor de que se enojase. —¿Cómo lo llevas? ¿Cómo haces para cargar esa cruz día a día?

—Solo intento no recordar. —Respondió. —Tranquilidad y serenidad, solo pienso en cosas positivas. Andrew... —Voltea para observarme los ojos. —Esta es mi nueva yo, no tengo pasado, soy yo en carne propia. Me he vuelto indestructible, lo malo ya pasó ahora llega lo bueno. Lo bueno eres tú y yo formando un nosotros. —Sonrió. —¿Puedes vivir con eso?

—Puedo vivir con eso. —Afirmó.

Alyssa recostó su espalda en mi pecho mientras seguíamos disfrutando de la bañera. Si, joder me sentía el hombre más afortunado del mundo con tan solo poder tenerla en mis brazos. La vida nos había dado la oportunidad de estar juntos nuevamente y, claramente no lo iba a desaprovechar nunca.

Ahora éramos ella y yo y todo el pasado que llevábamos a las espaldas, sí. ¿Lo bueno de todo aquello? El camino que formábamos al caminar juntos de la mano. Beckham era el amor de mi vida, lo había sabido desde el primer momento en el que la había visto. Alyssa simplemente había pasado todas mis expectativas, las había resumido a uno, ella.

Era una hermosa flor que comenzaba a asomarse en la vida, era afortunada, pues tenía un mentor que sería capaz de dar la vida por solo verla sonreír.

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Definitivamente, el amor es lo único que nos hace sentir espiritualmente vivos.

Gracias una vez mas por leerme, espero que les haya gustado.

Del Egoísmo Al Amor I ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora