Alyssa
Sus ojos azules eran tan hipnotizantes, estaba tan ebria y, aunque sabía perfectamente lo que estaba haciendo, era como si mi cuerpo no quisiese responder a lo que mi mente decía. Porque cuando lo sentí cerca, tan cerca que pude oler su aliento a alcohol y a tentación, juro que pensaba separarme y salir corriendo, pero me di cuenta que mi cuerpo fue débil en ese momento.
Sus labios se habían pegado a los míos, como si fuesen uno solo, no podía parar de besarlo, era algo completamente nuevo para mí. Jamás en mi vida había permitido que un hombre me tocase de aquella manera o que me besara de esa manera como él lo hacía, pero en aquel momento me había perdido a mí misma, no me reconocía.
Sentí algo vibrarme en el trasero, algo en el fondo de mí, me indico que debía de contestar, un presentimiento mío jamás fallaba. Apenas descolgué la llamada escuché la voz de mi padre, fruncí el ceño en aquel momento, pues papá no solía llamarme cuando se encontraba fuera de la ciudad.
—Alyssa, ¿Dónde estás que no me contestas? —No me dejó responderle porque siguió hablando. — Janne me llamó para avisarme que tu madre está en el hospital, sufrió un desmayo y se golpeó la cabeza al caer. Yo ya estoy tomando un vuelo para California...—Me quedé en silencio y observé con ojos desorbitados a Andrew. —¿Alyssa...?
Colgué la llamada.
—Mamá está en el hospital. —Fue lo único que pude pronunciar.
En aquel momento sentí el duro golpe contra la realidad. La borrachera se me fue de sopetón, me sentí completamente bien en aquel momento, todo el licor se había ido de mi cabeza y ahora lo único que podía pensar era en mi madre.
Bajé de aquel escritorio y por un segundo sentí un leve mareo.
—Tengo que irme. —Le dije a Andrew rápidamente mientras me encaminaba a la salida.
—No, espera...—Dijo tomándome del brazo. —Yo te llevo, no puedes irte sola.
—Sí, y tú no puedes llevarme estando ebrio. —Le dije haciendo un ademan para que viese el estado en el que se encontraba.
Se encontraba sin camisa, con los labios hinchados de tanto besarnos y con el cabello revuelto. Parecía arrollado por un auto o algo así.
—No te preocupes. —Dije y le di un beso en los labios. — Le pediré tu número a Bethany y te enviaré un texto.
Pude ver la extrañeza en sus ojos a causa del pequeño beso que le di en los labios, hasta yo me sentí algo extraña pero no podía arrepentirme de lo que había pasado, es como si de alguna manera me hubiese liberado de todo aquello por lo cual me había reprimido durante tanto tiempo.
Quería aprovechar esta noche junto a él, precisamente porque sabía que seguramente mañana volveríamos a nuestras realidades, el seguiría siendo el mismo patán de siempre, y yo sería la misma chica que tendría que aguantar insultarlo. De alguna manera, nada de lo que había pasado en esta noche se volvería a repetir, por nada del mundo.
Salí de la habitación lo más rápido que mis pies pudieron, me mezclé con toda aquella gente y, como pude Salí de la casa. Para mi suerte un taxi estaba pasando justo por aquella calle, y aunque consideré que tal vez era peligroso ir en un taxi sola y en aquella hora, tenía que llegar al hospital como fuese. Tan solo una hora me tomó llegar al hospital.
Mi padre por su parte, ya venía en camino, su vuelo se había retrasado un poco pero por suerte estaría en la mañana. Cuando llegué al hospital y pregunté por mi madre, fácilmente me dieron el permiso para entrar al decir mi apellido.
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Del Egoísmo Al Amor I ©
Teen Fiction¿Era simple deseo carnal o aquello que sentía iba más allá de lo que yo podría llegar a imaginar? Mi identidad, mi respetuosa imagen y, sobre todo, mi elegancia me había caracterizado y me habían llevado por el camino más prestigioso del mundo de lo...