Capítulo 10

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Andrew.

Sentí sus labios tibios y tensos tocar los míos. La tomé de la cabeza y la obligué a que me besara como debía de hacerlo, después de todo solo estábamos fingiendo ser una pareja, ¿No? Al principio, Alyssa se resistió a mis labios, pero con el pasado de los segundos, sus labios se entreabrieron permitiéndome meter completamente mis labios en su boca, la sentí débil por un momento y también noté como correspondía mi beso, la tomé un poco más fuerte de la cabeza y en ese preciso instante me di cuenta de que en realidad me estaba pasando, me refería a que si seguía besándola... después, estaba seguro de que no sería capaz de soltarla.

Me separé de golpe y ella se sorprendió, miré a mí alrededor y Margareth nos sonreía de una manera amplia mientras ella, acompañada de todas las demás personas que allí se encontraban, comenzaban a aplaudir. Volví a posar mi vista en ella y me di cuenta de que sus mejillas se habían puesto completamente rojas, eso no era un simple sonrojo, Beckham estaba completamente enojada que, cualquiera que hubiese notado su actitud, podría decir que estaba por echar humo de las narices.

— ¡Perfecto! —Dijo Margareth. —No hay nada mejor que arreglar sus diferencias.

Luego de un rato, decidí salir fuera de la casa, aún seguía lloviendo y yo no podía hacer más que ver las gotas caer y la penumbra de la noche. Solo se podía apreciar oscuridad, me pareció un momento perfecto para encender un cigarrillo y poder descansar de esta noche. Sentí unos pasos detrás de mí, sentí su aroma cerca, al principio pensé que me lanzaría algún grito o que me tomaría a golpes o simplemente soltaría un comentario sarcástico frente a mí. Yo solo escuchaba su respiración y fruncí el ceño al ver que no decía nada y aun la seguía sintiendo a mis espaldas. Me giré levemente y me encontré con una Alyssa cruzada de brazos observándome sin ningún tipo de expresión en el rostro.

—No me digas que quieres otro beso. —Le dije con sarcasmo. —Porque no te lo daré.

Ella siguió seria, sin ninguna expresión en el rostro. Los ojos le brillaban y, en realidad que si se veía enojada. Jamás podría describir con exactitud la manera en la que me miraba, ella simplemente estaba parada ahí, de brazos cruzados con su cabeza elevada hacia mi dirección mientras me observaba de manera fija. Sabía que estaba a punto de hacer un Show de esos histéricos de los que ella solía hacer, le di la espalda de nuevo dispuesto a terminar de fumar mi cigarrillo, pero ella me tomó del hombro e hizo que la voltease a ver de nuevo.

—No me quiero ni imaginar que bicho te picó. —Dijo. —Pero no quiero que vuelvas a besarme nunca en tu miserable vida.

Sus palabras fueron tan frívolas que hicieron que una corriente pasara por todo mi cuerpo, su mirada no me decía nada, eso era lo que más me asustaba. No veía enojo, y mucho menos felicidad, simplemente no veía nada.

Nada.

Estaba a punto de contestarle hasta que la puerta de la entrada volvió a abrirse de nuevo. Margareth nos observó con recelo, era claro que por nuestros rostros ella suponía que estábamos peleando de nuevo, ambos embozamos una sonrisa hasta que ella habló.

— ¿Qué hacen aquí afuera? —Nos preguntó. —Hace demasiado frio, además, ya hemos alistado su habitación con esta lluvia temo que tendrán que regresar a su casa en la mañana.

— ¡Perfecto! —Dijo Alyssa segundos después. —Porque me muero de sueño, hablamos adentro, cariño. —Me dijo con la palabra "sarcasmo" reflejado en sus pupilas.

Ella entró de nuevo y yo opte por quedarme un rato más afuera antes de volver con esa loca. Apagué mi segundo cigarrillo y decidí entrar de nuevo, me di cuenta de que ya todo se encontraba en penumbra y, a duras penas pude divisar la hora en mi reloj, subí a la segunda planta que solo era iluminada por la luz de la ventana, me preguntaba que entre todas esas habitaciones que habían en aquella casa ¿cuál sería en donde dormiría? Apenas me dije eso a mí mismo, observé al final del pasillo una puerta entre abierta con la luz encendida.

Me encamine a ella suponiendo que sería la habitación de Margareth a causa de que obviamente ella era la que dirigía todo esto, y seguramente ella sería la última en dormirse. Al acercarme paré de golpe al ver que era Alyssa la que se encontraba en la habitación. Se encontraba de espaldas, con un pijama algo grande, mientras se observaba a sí misma en el espejo.

—Te vez tremendamente horrible. —Dijo. —A la próxima traeré siempre un pijama en mi bolsa.

Fruncí el ceño al escucharla, me recordaba a mí mismo cuando estaba enojado y gritaba por toda mi habitación como si estuviese hablando con alguien más cuando solo me encontraba yo mismo.

Abrí lentamente la puerta de la habitación y ella me miró a través del espejo, se sorprendió y, pude ver en su rostro algo de vergüenza. Sus manos agarraron el borde de su blusa de pijama algo que me pareció absurdo pues ella parecía intentar cubrirse, no sabía si era que no se daba cuenta que aquella blusa de pijama le llegaba casi a las rodillas.

—Yo dormiré en la cama. —Mencionó mientras comenzaba a dirigirse a ella y cubrirse con las sabanas. —Y tu dormirás en el Sillón de allí.

—Como si tuviera otra opción. —Murmuré.

Me señaló el pequeño sillón que había en el lado de la esquina, había perfectamente dos sabanas y una pequeña almohada perfectamente colocada. Por lo menos había sido amable de poner aquellas cosas encima del sillón pensé.

Al día siguiente desperté por el sonido de varias voces, cuando pude acostumbrar mis ojos a la luz observé hacia la cama, Alyssa no se encontraba allí, tan solo estaba la cama perfectamente tendida y la pijama que le habían prestado estaba perfectamente doblada también. Me levanté y Salí de la habitación, Me dirigí al baño del pasillo y me lavé el rostro, sentía muy fastidiosa mi boca así que, como no tenía un cepillo de dientes a la mano hice algo provisional, tomé un poco de crema dental y puse un poco sobre mi dedo y así fue la única manera la cual había podido lavarme los dientes.

Bajé a la primera planta de la casa, aun escuchaba las risas provenientes del salón principal, una vez que estuve allí todas las mujeres me observaron.

—Qué bueno que despiertas, Andrew. —Mencionó Margareth levantándose del sillón—Ya te preparo el desayuno.

Noté como se dirigía hacia la cocina y opté por seguirla, no veía a Alyssa por ningún lado.

—No, Margareth...Puedo desayunar algo en el camino. —Dije cortésmente. — ¿Dónde está Alyssa?

—Ella se levantó temprano, dijo que tenía que trabajar y se veía muy apurada.

— ¿Se fue sola? —Dije extrañado y con el ceño fruncido. Ella ni siquiera sabía el camino hasta su casa, y menos si no tenía un auto.

—No, mi hijo Lucas se ofreció para llevarla. Ella dijo que no te molestaría.

Sentí como toda la sangre se calentaba en mi cuerpo, apreté los puños de manera inconsciente. ¿Cómo se atrevía? Me pregunté, porque ella tenía bien claro que su padre la había dejado a mi cargo, se había ido, sin más, sin avisarme y, peor aún, con un completo extraño. Intenté llamarle pero su móvil se encontraba apagado, quise llamar a su madre y no había señal. Me despedí de Margareth y le prometí que regresaría alguna vez, algo que no era cierto.

Caminé unos Kilómetros hasta llegar a una carretera, un hombre que conducía un camión se había ofrecido para llevarme a la ciudad, al cabo de unas horas pude conseguir señal y mandé una grúa para recoger mi camioneta lo más pronto posible. Cuando llegué a casa me duché y al observar mi móvil me había dado cuenta de que tenía varias llamadas de mi padre, había recordado que le había prometido estar temprano para la junta que se haría, pero realmente estaba tan cansado y sin ganas de verle la cara a Beckham que decidí quedarme en mi cuarto hasta la mañana siguiente.

¿Cómo había podido irse con un extraño y no conmigo?    

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¿Y ustedes, desde dónde me leen?

Quiero contarles la razón por la cual me demoré en publicar los capítulos de esta historia. Pues este tiempo estuve preparándola y les cuento que, ¡Ya está totalmente escrita y lista para ustedes! Fue todo un reto escribir sobre estos protagonistas, pero me siento feliz y espero que ustedes también lo estén cuando lleguen al final de la historia. Publicaré los capítulos dos días por semana Y SEGUIDO.

En fin, espero que estén bien, y les mando un enorme saludo desde Colombia, hermosas. ♥

Del Egoísmo Al Amor I ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora