La puerta se abrió.
Jimin y Tae se quedaron sin habla.
- Estás bien.. - suspiró Jimin aliviado.
- ¿Qué te has hecho?
Jung Hye mantenía las tijeras en su mano derecha mientras seguía mirando hacia el suelo.
- No puedo mirarme al espejo... odio verme así - dijo.
Jung Hye se había cortado el pelo.
Tae y Jimin no tenían palabras.
- ¿Comemos? - Dijo Jung Hye de repente - Me ha entrado mucha hambre.
Durante las siguientes horas Jung Hye se comportaba de forma extraña, parecía ser otra.
- Voy a dar una vuelta - dijo.
- ¿A dónde? ¿A estas horas?
- Solo voy a dar una vuelta Jimin.
- ¿No vas a hacer ninguna tontería? - insistió él.
Ella solo rodeó los ojos y salió sin decir nada.
- Está muy rara..
- Piensa que su vida es una montaña rusa de emociones, ¿Cómo te sentirías tú?
Jimin se quedó en silencio.
Tae cogió sus llaves.
- La seguiré y procuraré que esté bien.
- Mantenme informado.
Tae salió.
*Narra Jung Hye*
Quise salir a tomar el aire. Lo necesitaba.
Caminé por las vías del tren, era una zona bastante natural, necesitaba algo de aire puro, me senté en una especie de zona abandonada y me quedé ahí parada observando cómo el tren iba y venía.
¿Cómo terminé así?
Me sentía realmente engañada y sola, no entendía nada, ¿Era tan fácil engañarme? Fui una idiota todo este tiempo. Me levanté y decidí ir a un convini para comprarme una cerveza.
Quería estar sola y beber un poco, sentía que lo que tenía que hacer era ahogar mis penas.
Al entrar en la tienda y coger la cerveza me di cuenta de que no tenía dinero encima, con la cabeza fría decidí que no pasaba nada si alguien no pagaba una mísera lata de cerveza, ¿Verdad?
La escondí en mi bolso sin embargo cuando me dirigía a la puerta Tae apareció y agarró mi mano.