No podía creer que Yoongi estuviera enfrente de mí, sentado al lado de Seon Yoon, cenando en la mesa con nosotras. No podría creerlo.
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Me quedé embobaba mirándole. ¿Cómo no iba a quedarme en ese estado? 5 años, 5 años habían pasado desde que lo tuve tan cerca, me sentí tan aliviada al verle, no podía ocultar la felicidad que sentía.
- ¿Qué pasa? - dijo - Estoy más guapo, ¿Verdad?
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- Ya, idiota - sonreí como una tonta y sin siquiera predecirlo me puse a llorar.
- Jung Hye - soltó sus palillos, se levantó de la mesa y vino hacia mí - ¿Estás bien?
- Omma siempre llora mucho - dijo Seon Yoon - Pero omma también puede llorar si es feliz.
Yoongi sonrió y me miró.
- ¿Estás feliz ahora?
- Mucho - le abracé - Muy feliz.
Después de la cena y de que Seon Yoon se fuese a dormir, Yoongi y yo estuvimos en la sala de estar.
- ¿Aún no puedes creerlo? - Dijo mientras me acurrucaba a su lado en el sofá.
Negué con la cabeza.
- Parece un sueño muy realista.
- Los sueños a veces se hacen realidad - dijo con una voz suave.
Ambos nos miramos, en el momento en que hicimos contacto visual sentí como si el tiempo se hubiera parado ahí mismo, sus ojos tenían tantas cosas que decir. Acarició mi pelo mientras que con su otra mano tocó suavemente mi rostro, sonreí antes eso.
Su rostro se veía calmado, en paz, tenía una media sonrisa dibujada y unos hermosos ojos brillando desesperadamente.
Poco a poco nos fuimos acercando más, sus labios rozaron con los míos. Hacía tanto tiempo que anhelaba este momento. Nuestras bocas fueron moviéndose al unísono, al compás de nuestros latidos, fue un beso de bienvenida, un beso sincero, un beso cálido en plenas lágrimas, sí, ambos comenzamos a llorar, a pesar de eso, ninguno de los dos quería apartarse, ni se nos pasó por la cabeza abandonar ese beso.
