Capítulo 42.

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Aunque lo dudes, a tu vida llegará alguien con la valentía suficiente para amarte el resto de sus días. Alguien que sea capaz de amar tus defectos, embriagarse con tus virtudes y existir para hacerte feliz y tú sin querer, te entregarás a esa persona por el mismo motivo, amarlo y presenciar a su lado el paso del tiempo hasta que por asares del destino, termine su paso por este mundo.

Mientras la maquillaban y la peinaban disfrutaba de una deliciosa golosina, alejándose un poco del ajetreo que había allá afuera. El día de su boda por fin había llegado y comer era la única manera coherente de olvidarse de los nervios, por qué estaba nerviosa y también cansada. Se había pasado el resto de la semana organizando la ceremonia con una precisión militar digna de admiración y aunque su  prometido también era dedicado, estaba segura que no podía dejarle las cosas al chico. Casarse siempre había sido uno de sus sueños secretos, se había pasado casi toda su vida planeando el momento y la perfección era lo menos que podía esperar.

NaBong irónicamente fue su maquillista, sí, aquella chica que antes era incapaz de diferenciar las brochas de maquillaje hacía un excelente trabajo en ese momento, mientras Jimin arreglaba su cabello, como todo el mundo lo esperaba. 

El vestido de novia colgado en el perchero enfrente suyo, le revolvía el estómago, por qué después de haber luchado por llegar hasta donde había llegado, después de ganar la aprobación de su familia y superarse a sí misma, se atrevía a contraer nupcias con el amor de su vida, abandonando la cálibe vida que había llevado hasta ese momento.

Al mirar los zapatos que usaría su miedo creció, temía ínfimamente caerse de camino al altar y provocar la risa en los demás, pues no era una mujer acostumbrada a la burla, porqué se sabía poderosa y hermosa. Por qué conocía de lo que era capaz.

Cuando la hora llegó y el vestido estuvo ceñido sobre su cuerpo, se miró al espejo una vez más y sonrió, enmarcando preciosamente aquellos pómulos adorables y seductores que la caracterizaban, sus penetrantes ojos miraron el reflejo en el espejo sorprendidos, como si esa mujer fuera otra y no ella misma.

Salió de la habitación para dirigirse a la iglesia, impaciente por ver a su futuro esposo, pues el tiempo se había comido a ambos quitándoles momentáneamente la oportunidad de poder verse.

Yoongi la acompañó hasta la iglesia en un Ferrari 458 color negro. Al llegar, la prensa la aturdió momentáneamente y aunque se asustó, pensó que era normal, pues uno de los gemelos Jeon se casaría.

Su madre la miró con orgullo, pensando en lo hermosa que se veía su princesa, su padre la esperaba para acompañarla hasta el altar, tal vez un tanto nostálgico por ver partir a la luz de sus ojos.

Yoongi se acercó y abrazó a su hermana para darle un corto beso en la frente, después, regresó al lado de Jimin para ver partir a Yoonso directo a su nueva vida.

NamJoon miró a su hijo acompañar a la novia con los anillos en un pequeño cojín. Su madre se encontraba al frente, como dama de honor. A su lado, NaBong se acomodaba, junto a LeeHa.

Hoseok se encontraba a un lado de JungKook reiterando su posición como mejor amigo, detrás suyo, SeokJin y Yoongi.

JungKook posó la vista en YoonSo, nervioso. Tragó saliva al ver a la chica acercarse, pues jamás en sus 26 años de vida, pensó que llegaría el momento en el que deseara proteger a alguien con todo el ímpetu de su alma. YoonSo se veía hermosa, JungKook era en lo absoluto, un hombre afortunado.

Cuando YoonSo por fin llegó al altar, JungKook tragó saliva una vez más y sonrió.

Ambos miraron al sacerdote, los asistentes guardaron silencio para escuchar lo que el padre tenía que decir.

Crazy For You •KNJ BTS•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora