Capítulo 05| Mensajes, mentiras y discusiones

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"A veces pienso que fue una casualidad y otras veces el comienzo de todo"─ Min Yoon Gi.

Namjoon se marchó a Japón para dar ese curso de "cálculo para cerebritos". Sí, tenía otro nombre, uno más serio, pero así era como Yoongi lo había bautizado desde la noche que su amigo trató de explicarle con un extraño halo de culpabilidad y misterio sobre sus supuestos planes laborales en el país del sol naciente.

Yoongi fingió escucharlo, todo lo que tenía que ver con números le desagradaba.

Jimin siempre había sido el encargado de organizar el dinero de ambos (incluso el dinero que ganaba Yoongi por sus mangas).

Él sí era bueno para el asunto de los números y los negocios.

¿Los mejores contratos?

Yoongi los había conseguido gracias a su ex novio.

Jimin era capaz de venderle hielo a un esquimal, con la simple excusa de que quizás en Alaska no tuviesen suficiente hielo para todos.

Él era un idiota, sí.

Pero, le hacía mucha falta para organizar todo el embrollo de los plazos y envíos.

Yoongi nunca había tratado con los gerentes o mucho menos los empleados de las editoriales. Él se dedicaba a crear sin ninguna preocupación. Jimin lidiaba con todo eso; los plazos, las exigencias, los contratos y la empresa familiar.

Yoongi apagó el portátil tras leer la nueva amenaza de su editorial.

Capítulos nuevos.

Sí, tenía que seguir con su patética historia de amor, que estaba inspirada en su ahora fallida relación.

¿Cómo podía escribir sobre esa perfecta relación si su mayor fuente de inpisracion estaba hecha añicos?

¿Cómo podía concentrarse en una nueva historia si había firmado un contrato donde se comprometía a escribir y dibujar cinco historia sobre parejas llenas de sinceridad y amor?

Estaba acorralado.

Acorralado y a punto de quedar en banca rota.

Sin capítulos nuevos, la editorial tampoco podía darle dinero.

Yoongi se maldijo así mismo por unos segundos.

Su padre siempre le había dicho que nunca podría vivir como escritor de mangas.

No estaba del todo equivocado.

No podía pagar un alquiler o sus fideos ínstatenos.

─ Yo debí escuchar a mi padre y estudiar arquitectura─ Yoongi bufó, tirando al suelo papeles donde había garabateado ideas─. No. Creí en Jimin y estudié esta mierda que no me va a llevar a ninguna parte.

Yoongi tuvo un malestar debido a lo decepcionado que se sintió de su propio comportamiento; levantó las hojas del suelo mientras se recordaba así mismo que esto era lo que siempre había querido hacer desde que estaba en la escuela primaria.

Yoongi siempre había tenía un interés excepcional por los dibujos.

Su talento para dibujar nunca pasaba invertido en los concursos de arte.

Yoongi tenía mucho potencial para dibujar cualquier cosa.

Su padre siempre decía con orgullo que su hijo sería el primer arquitecto de su familia, pero a medida que Yoongi fue creciendo, esos dibujos empezaron a formar parte pequeñas historias que él mismo se inventaba.

El chico tonto que amaba a mi mejor amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora