Extra V

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S A I I N O

4 Años Después

Konoha nunca fue el lugar favorito de la rubia, si se quedo en aquella ciudad fue por que tenía una gran pasión hacia las flores de las cual konoha poseía una variedad extensa de estas.

No obstante, no se imaginó que aquel lugar le transmitiría calidez y tranquilidad, cierto era que había puesto una florería en aquel pueblo. Se volvió conocida por las bellas formas que la ojiazul hacia con los adornos de flores, dejando encantados a los compradores.

Durante su estadía suele pasear por un pequeño parque donde pasaba un pequeño río en sus tiempos libres, ella suele sentarse cerca de este a ver el atardecer o tratando buscar un poco de tranquilidad en su corazón

A pesar de haber pasado cuatro largos años, ella no olvida lo que sucedió en la fiesta. Se lamentaba cada día que pasaba el hecho de haber lastimado aquel pálido, se lamentaba no haber dicho la verdad, se lamentaba el hecho qué él estaba dispuesto a matarla, de lo único que no lamentaba fue haberse enamorado de el.
Ese día ella vio la fría e inexpresiva mirada de que le dedicaba el pelinegro, él no temía por quitarle la vida al contrario estaba dispuesto a hacerlo.
Ella había intentado hablar con él, había intentado explicarle. No quería que saliera lastimado, no quería perderlo, no a él.

Sin pensarlo, aquel pelinegro se volvió esencial para ella. Antes pensaba que depender de otra persona era estúpido y nefasto, pero ahora ella comenzó a depender de el como cuando se enamoran por primera vez, donde tus estados de ánimos depende de esa persona. Pero él no era su primer amor, pero lo que sentía era amor verdadero. Su error fue creer que él la perdonaría por lo que hizo, por que pensó que él la amaba de verdad se equivoco por que él no lo hizo y es más deseaba matarla, al darse cuenta pidió que lo hiciera.

-Tengo que dejar de venir a llorar a este lugar, solo me lastimó y no resuelvo nada. -lo dijo en susurro para ella misma.
-Desde mañana dejo de venir, esta es la última vez.

No obstante, recordar lo de aquella vez le dolía hasta el alma. Tanto como hacerla llorar como aquella vez, cada vez que iba al río del parque lloraba.

____

Como cada mañana la ojiazul salia de su casa, solía hacer una rutina de caminata. Para despejar su mente y enfocarse en su negocio, en lo que le gustaba.
Se detuvo un momento a mirar el cielo.

-Tengo que olvidarte -se dijo a si misma. Camino de regreso pasando por el centro del pueblo observo a varios niños rodeando a una persona, tal vez les esta dando dulce o algo por el estilo atrayendo la atención de los pequeños.

Ignoro aquello y llego a su casa, donde se despojo de su prendas para darse un baño. No tardo mucho, se vistió y salió a abrir su tienda.
Puso en exhibición los adornos de flores que había hecho la tarde anterior antes de irse al parque. Fue cuando divisó una figura varonil, sentada en una banca cerca de los prados de la calle. Con un bloc para dibujar por un momento se le cruzo por la mente Sai pero deshecho la idea rápidamente, sabia que estaba en Japón pero no iría a Konoha por ella, el la odia.

-Tengo que desechar la idea de que en algún momento vengas a buscarme. -la rubia siguió su camino, se adentró al negocio preparando las flores, y rosiandoles agua.

Policías Enamorados De Ladrones. {Naruto Parejas}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora