Intermedio 1: La Sombra y La Elemental

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Dentro de una estructura extraña se oían pasos de un ser que por el sonido de las pisadas, se deducía que portaba una armadura, este individuo tenía algo que lo identificaba, o mejor dicho, no tenía algo, ese ser no poseía un rostro, en lugar de eso, lo reemplazada una oscuridad infinita.

El ser caminaba por unos pasillos, rodeado de presencias macabras, que hablaban algo que haría tener pesadillas a los adultos. Cada vez que se adentraba más profundo de la estructura, más se podía sentir la presencia de una criatura que lo miraba oculta en la oscuridad, ni siquiera él podía saber donde se encontraba su acechante, por lo que siempre estaba atento a todo lo que se encontraba a su alrededor, un movimiento en falso, y podría morir.

Después de un rato llegó a una sala donde había 6 estatuas con un símbolo diferente en cada una, representaban los elementos mágicos primarios.

La Flama era el Fuego..

La Montaña era la Piedra.

Las Olas era el Agua.

La Ventisca era el Aire.

El Sol era la Luz.

La Luna era la Oscuridad.

El ser misterioso caminó hasta estar frente a una estatua de una criatura sin piernas, como si estuviera conectada al piso por completo, al igual que todas las demás. Observó el símbolo de quien estaba buscando, la Luna, en otras palabras, la Elemental de la Oscuridad, Tenebris.

-Que suerte tengo, sigue aquí, y está sola, mejor para mí, no podría enfrentar a los 6 juntos.- Dijo tocando el símbolo para sentir el mana que había en su interior.

Iba a darse vuelta para seguir buscando, pero una bola de masa oscura lo mandó a volar contra un muro, logrando que botara sangre debido a que se fracturó 5 costillas.

Unos ojos aparecieron entre la oscuridad de la sala, y mientras más se acercaba, más se notaba la silueta de un criatura negra, sus ojos rojos, 3 para ser exactos lo miraban con frialdad.

La criatura le dijo algo en una lengua imposible de pronunciar para los mortales, pero el que estaba frente a esa cosa sonrió ante sus palabras.

-Oye jovencita, cuida esa boca, ¿que acaso no te enseñaron modales?- Le regaño mientras las presencias que se hallaban a su alrededor cubrían su torso, para acto después curarlo por completo.

-¿Quién eres?- Se escuchó la voz rara de Tenebris por usar ese idioma tras milenios sin usarlo.

-Muy bien, hablamos el mismo idioma, es un buen paso, así que ahora quiero que hagas algo por mi, puedes hacerlo por las buenas, o de la manera divertida...

-¡Yo no tengo nada que hacer por un mortal como tú! ¡Arte de la Oscuridad: Expulsión del Olvido!

Una gran onda negra se expandió del cuerpo de Tenebris, por lo cual el ser misterioso tuvo que usar su arsenal, la Magia de las Sombras, con eso ordenó a las presencias a su alrededor que lo protegieran del brutal ataque que se le venía encima, causando un gran estruendo que ganó la Elemental.

-Tch, maldición, me encuentro débil después de tantos milenios, no me queda más que otra que usar lo que dejé en antaño.- Dijo reposado en el piso con una grieta en su "cara".

En la sala se podía escuchar algo arrastrarse, era grande, medía más de 3 metros y sus 3 ojos le daban un toque más amenazante ante los que la veían. Cada vez se acercaba más al ser que irrumpió en su "casa" sin permiso. Cuando iba a dar el golpe de gracia, unas cadenas aparecieron del piso, sujetándola de todas partes de su cuerpo.

-¿Qué es esto? No puedo romperlo con facilidad.- Mencionó un poco sorprendida.

-No querías escucharme, así que tuve que hacer algo que funcionara, y que más que esto. Arte de los Antiguos: Juicio de Erador.- Le dijo con superioridad.

Reencarnando en una DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora