Reencarnando en una Demonio

Capítulo 33 - Momento Incómodo

La razón por la que no he subido capítulos es porque había una parte en la que no me podía decidir cómo ponerla. Aparte me encontré algo confuso al darme cuenta de algo, yo no tenía pensado en hacer esta historia, sólo era un entretenimiento que creí que no avanzaría, y ahora que pienso sobre ello, no sé qué hacer con la historia original que hice sobre el mundo de Dariagmna.

P.D.: No sé si me arriesgué en hacer esta capítulo.

Capítulo 33

Momento Incómodo

¿Saben? En la vida de todo hombre, siempre es paz cuando hablamos de lo que me está pasando, sus cambios no los perjudican si es que saben controlarse, sin contar el acné, que puede evitarse si se limpian bien la cara. Mientras que en la parte psicológica sólo tienden ha ser un poco más creídos y su deseo sexual es comparable con la de un adulto, mientras que la parte física sigo creyendo que es por uno mismo, engordar, adelgazar, mantenerse, de eso me refiero. Pero... ¿Qué pasa con las mujeres? Cambios de humor, sensibilidad, eso puedo aceptarlo ya que mi mente es superior a las demás... Bueno, es cierto que a veces actúo como una niña pequeña, sin embargo se entiende lo que trato de decir. A lo que iba, hay una cosa que no se puede evitar, el crecimiento en ciertas partes se debe a mi parte Demonio, aún así hay una cosa que tengo debido a ser mitad Demonio, algo que las humanas y otras razas similares tienen al llegar a la pubertad... Menstruación.

Si, acabo de levantarme de la peor manera posible, una gran incomodidad ahí abajo, pensé distintas cosas, todas eran estúpidas, luego recordé que soy una chica, sólo hay una respuesta a esto. Al levantar la frazada, me encontré con una enorme mancha roja, ¿por qué elegí mi frazada de color blanco? 

Mi primera reacción fue mantener la calma, sabía que este día llegaría...

-¡¡¡MAMÁ!!!- Ah, ¿a quién engaño? Es la primera vez que me pasa esto, ahora soy igual a esas chicas que experimentaban esto.

Mi mamá llegó corriendo al escuchar mi grito, cuando llegó a mi puerta, tenía una cara preocupada, pero al ver mi frazada y mi cara de confusión, pues lo más que sabía eran unas cuantas cosas de la pubertad de las mujeres, al principio creí que no me pasaría esto al ver que mi cuerpo había comenzado a crecer hace tiempo, por eso me encuentro así.

-Ay hija, ya eres toda una señorita.

-¡¿No ves que me estoy desangrando?!- Grité algo histérica.

-Ya, ya, es normal, escuché que esto siempre le pasan a las mujeres, así que tranquila.- Me dijo con una pequeña sonrisa para calmarme.

Lo había olvidado, ella no pudo pasar por esto debido a que no tenía ovarios, para poder menstruar se necesitan los óvulos que son producidos por los antes mencionados, ni siquiera yo sé por qué me puse a leer sobre la biología de la mujer si no me interesaban en mi vida pasada, al menos eso me ayudó a entender rápidamente el por qué mi mamá dice que escuchó en vez de experimentar esto.

-Mamá, ¿tienes algún libro que hable únicamente de la pubertad en Demonio mestizos?- Pregunté con algo de esperanza en que tenga uno, hasta ahora no he leído uno así, pero sé que debe existir, ¿verdad?

-No, nunca creí que mi hija una mestiza, en realidad ni siquiera pensé que tendría. Aunque no creo que hayan libros así en el mercado, los Furiens odian mucho a los Demonios por algo que pasó hace mucho tiempo.- Dijo pensativa.

Mierda, no sé qué cambios tienen los Demonios mestizos, por ejemplo, sé que soy muy diferente a un Demonio Rojo puro, ya que las mujeres son adultas desde los 5 años, su crecimiento es mucho mayor al mío, aunque yo he crecido más rápido que los Humanos y Furiens. Sin embargo es todo lo que sé, bueno, sé algo más, pero es el incremento del Líbido... Por los Antiguos, que sólo se dé en las féminas de los Demonios Rojos puros, si eso me da a mí, no sé qué haré.