Capítulo 37 - Estilo de Espada

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Ahí está el capítulo, perdón por la demora.

Capítulo 37

Estilo de Espada

Me encontraba sentada de piernas cruzadas en el mismo Templo de las Sombras en donde absorbí a la Sombra tras derrotarla, estaba con los ojos cerrados, y en mis piernas, reposaba la Espada de forma horizontal, todo a mi alrededor estaba lleno de Sombras, este lugar es muy agradable para todas mis Sombras, tanto que me pidieron permiso para vagar por ahí. Mientras tanto yo buscaba sólo una cosa, si esa Espada pudo hablarme, debe tener conciencia, y por lo tanto, una mente, a la cual debería poder entrar con Gran Memoria para ver todos sus recuerdos, sin embargo no había nada, únicamente escuchaba una risa al momento de fracasar.

Llegué a pensar que por no usarlo desde hace mucho, ya no podía hacerlo, pero lo probé en mi misma, también en las diversas Sombras que estaban por ahí, viendo su pasado, así que el problema era la Espada, no mi Habilidad. Si pudiera ir a mi interior con ese Demonio del Mundo Antiguo, tal vez podría contestarme, lamentablemente no he podido acceder ahí desde que absorbí a la Sombra.

"Estoy perdiendo el tiempo."

Desde ayer que ocurrió todo el problema con la Cruz Roja, la Espada no ha vuelto a dirigirme la palabra, puede que sólo me habló debido a que pude haber muerto si no me ayudaba. Creer que algo aparte de la Magia de la Luz podría vencer a las Sombras, es difícil de creer, hasta del fuego puedo aceptar que me venza, pero Sangre, eso no me lo esperaba, derritió con facilidad al Gran Devorador. Eso significa que sigo siendo débil, ese poder con el que vencí a la Sombra no era mío... Un momento, ¿acaso no he derrotado a los más fuertes por la intervención de otros? Más que vencer, fue la Sombra quien me poseyó, haciendo huir de miedo a Rynlor. En el asedio a Suryan, debí morir, fueron los cuatro que se opusieron a los Antiguos los que me dieron el poder para vencer a esa bestia. Contra la Sombra, fueron dos, la Maldición del Odio y el Demonio del Mundo Antiguo. Y ahora, frente a mi inevitable derrota contra Harata, es esta Espada la que me ayudó a matar a ese fuerte Capitán.

"¿Soy débil?"

En ese instante abrí mis ojos ante lo que estaba haciendo, no era el hecho de que me preguntara si era débil, no, eso era algo sin importancia por ahora, a lo que me refería, era que tenía la Espada en mis manos... apuntando a mi cuello, estaba a un centímetro de cortar mi garganta. Al darme cuenta de esto, arrojé la Espada lejos de mí con algo de temor, en ningún momento sentí que agarrara la Espada, mi propio cuerpo reaccionó cuando se sintió en peligro, ni siquiera las Sombras se dieron cuenta que no era yo quien tomó la Espada.

"Él se aprovechó del momento en que dude de mí misma."

Me paré de mi sitio y con cautela me acerqué a la Espada que extrañamente quedó clavada en el piso, lista para ser tomada por alguien, por mí. Cuando estuve a punto de tomar el Arma Maldita, mi cuerpo se congeló por completo, ¿era miedo? No lo sé, esta cosa me confundía bastante, primero quería que lo use, y ahora ni me dirige la palabra, además que intentó matarme.

Apreté los dientes de molestia para después sujetar la espada con mi mano derecha, esta vez si surgió una reacción, mi brazo se cubrió de esa misma Sombra, en ese estado es como si esa extremidad no fuera mía, no tenía el control absoluto de esa parte de mi cuerpo. Tuve que soltar la empuñadura para que esa Sombra desaparezca, dejando mi brazo con los músculos desgarrados. No fue como la primera vez, pero voy entendiendo poco a poco, yo debo estar decidida a querer esa Espada, con eso en mente fue que sucedió esto. Pero eso provoca un poder que no puedo controlar, ahora mismo tuve que traer a un puñado de Sombras para que aceleraran el proceso de curación de mis músculos del brazo, luego los volví a dejar salir. Debe haber una forma de domar este gran poder, yo controlo las Sombras, no al revés.

Reencarnando en una DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora