Después de una deliciosa ducha me encuentro entre las tantas mantas de mi cama con un libro en mis manos. Mamá siempre dice que dejar los libros y salir un poco más no me haría daño pero no puedo evitar estar siempre leyendo aunque sea siempre lo mismo, gritar cómo una loca por el amor de los protagonistas, maldecir al personaje malvado, llorar y al final sufrir porque nunca te pasa algo así en la vida real.
Pero a veces es mejor vivir en fantasías que enfrentar la cruda realidad.
La puerta suena y se abre al instante dejándome ver el castaño cabello de mi madre.
—¿Estás bien?— pregunta sentándose frente a mi colocando su mano sobre mi pierna sonriendo cálidamente, dejo mi libro a un lado y la miro .
— No completamente pero algo es algo — me encojo en hombros restándole importancia.
—Sé que es difícil al principio pero verás que sólo es cuestión de acostumbrarse — asiente — Mañana inicias las clases en tu nueva escuela y...
Wow, alto ahí.
—¿QUÉ? —levanto una de mis manos haciéndole entender que se detenga por un segundo, al parecer mi madre comprende mi seña porqué se detiene, mis cejas se fruncen y después entre cierro mis ojos.
—¿Qué sucede?—Pregunta con ese tono confuso en su voz, no respondo por varios segundos, me niego a ir a la escuela tan rápido, quiero decir que acabamos de llegar esperaba que por lo menos me diera unos días para que mi mente pudiese acoplarse a esto y después iría a la escuela pero por lo que veo sus planes son distintos a los míos —¿Y bien?.
—Acabamos de llegar y tú ya me quieres mandar a la escuela—digo sin dejar de mirarla, estudio licenciatura, por lo cual a veces me enferma de tanta tarea, aún me faltan un par de años para graduarme pero puedo con ello. En cuánto a diferencias familiares, mi madre siempre ha tenido una forma diferente de educarme, nunca me da lo que quiero, me hace sufrir y trabajar fuerte si quiero conseguir las cosas, ella dice que las cosas en la vida no son gratis por lo que debo esforzarme, según ella esto me prepara para cuando salga al mundo para hacer mi propia vida así que sospecho que no accederá a darme más días —No conozco este lugar, dame tiempo y después regreso a la escuela ¿Sí?.
Una curva apareció en mis labios al mismo tiempo en que mis manos se juntaron como si estuviese rezando o algo por el estilo.
—Cielo, no hay tiempo de descansar, tienes que ir a la escuela, no querrás perder el año —Dice alzando una ceja, lo sabía.
—Está bien— digo cruzando mis brazos.
—Perfecto, deja de leer y duerme ahora que ser la nueva no es nada lindo — ríe suavemente.
—Gracias por recordármelo — respondo acostándome por completo cubriendo mi cuerpo con las mantas.
—Buenas noches, cielo— Mamá se levanta de mi cama, se detiene en la puerta apagando el foco para después salir.
***
La alarma comenzó a sonar despertándome al instante.
—Mierda, odio esto — estiro mi brazo apagándolo — Algún día me desharé de ti, lo prometo— apunto al despertador. Me levanto sentándome en la orilla de mi cama y después acaricio mis brazos para darme calor, mi cuarto estaba helando.
Camino rápidamente a mi baño tomando una rápida ducha, cuándo salgo me visto colocando la ropa más abrigadora que existe dentro de ese closet, seco mi cabello y lo ato para después maquillarme como acostumbro.
Nunca he sido muy apegada al tema del maquillaje ya que mi piel es bastante sensible a toda esa clase de químicos así que llenarme la cara de maquillaje no es algo por lo que me preocupe, sólo uso un poco de polvo para cubrir imperfecciones con las que todo el mundo nace, uso rímel y un poco de color en mis mejillas y brillo, es todo lo que necesito y me siento satisfecha.
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Sin Control
RomanceHay algo en ese chico, algo en el azul grisáceo de sus ojos o en la exquisita fragancia que lo caracteriza, algo que no he logrado descifrar pero que sin embargo continúa arrastrándome directo hacia sus brazos. No sé quién es él, ni lo que busca en...