Las luces de mi casa le daban una iluminación tan perfecta a su rostro y sus labios tan rosados, un rosa tan jodidamente irresistible, él me sonreía de una manera que me tentaba demasiado a besarlo, continué viéndolos tratando de vencer la enorme tentación que siento ahora mismo, él sabe perfectamente que me está matando y aún así lo usa en mi contra.
—No creo que esa sea una gran idea —Con todas la fuerza que mi cuerpo ejerce logré voltear mi rostro de Nate mirando a mamá.
—¿Por qué no? Yo no tengo problema, ¿Ustedes tienen problema en que Sophia se quede? —La madre de Nate cuestiona a sus hijos que están sentados detrás de ella.
—Por supuesto que no, sería genial tener a Sophia con nosotros, Sra. Reed, prometo que la cuidaremos por ustedes, ¿Cierto Nate? —Está vez el castaño de ojos azules habla regalándole una sonrisa mientras con su codo golpeó levemente a Nate haciendo que esté asintiera lentamente.
—Así es Sra. Reed, Sophia estará en buenas manos, le aseguro que haré que Sophia se la pase de maravilla — respondió Nate con un tono arrogante en su voz que me hace fulminarlo.
Es un idiota, algo me dice que esto es será un completo sufrimiento, estar tres días es su casa pretendiendo ser amigos porque nuestros padres aún no saben que estamos saliendo, Nate sabía lo que implicará quedarme en su casa y por lo que puedo ver en su cara, esto le divierte a un nivel demasiado alto.
—Entonces, ¿Qué dices Sophia?—Por primera vez, mi papá habló con una leve sonrisa en sus labios mientras introdujo sus manos en las bolsas de su pantalón de vestir, se ha quitado el saco y su corbata estaba hecha un desastre, mi cara comienza a sentirse caliente cuando caí en cuenta que todas las miradas están sobre mí con una pequeña pizca de cuestionamiento algo que siempre me intimidó y a estas alturas no puedo darme el lujo de negarme —Los chicos, cuidarán de ti.
—Está bien —Contesté después de unos segundos de larga espera, la madre de Nate me sonrío.
—Genial, entonces arreglemos la mesa para cenar, Sophia puedes traer los platos,¿Por favor? —Dijo mamá.
—Claro, serán varios así que, Nate ¿Te importaría ayudarme? —Pregunté forzando una sonrisa mientras miré a Nate que giró sus ojos.
—Bien —Asintió finalmente, así que se levantó del sillón y caminó hacía a mi con una sonrisa malvada como si supiera lo que le espera.
—Yo también ayudo —Dijo Derek y caminó pasando por un lado de mi tan rápido que no me da tiempo de responderle algo. Me giré y caminé detrás de ellos hasta la cocina donde cerré la puerta para que nadie pudiera oírme, me ubiqué a un lado de Nate sin decir nada por pocos instantes. Comencé a tomar platos y algunos cubiertos sin poder evitar mirar la sonrisa tan burlona que mantiene sobre sus labios.
—¿Qué es tan divertido imbécil? —cuestioné sin quitarle la mirada de encima, él negó lentamente pero esa mueca burlona aún continuaba en él y comenzaba a desesperarme.
—¿Acaso es ilegal sonreír? —preguntó mirándome, él alzó una ceja así que lo único que hice fue fulminarlo.
—Sí y más cuando estás burlándote de mí.
—¿Quién dijo que estoy burlándome de ti?—preguntó haciendo su mejor imitación de curiosidad.
—Lo sé, te conozco lo suficiente para saber cuando te burlas de mí y no es gracioso —Dije—Así que no lo hagas.
—Oblígame —Nate sonrió de nuevo, después de mucho tiempo tengo otra vez esa necesidad de tomar por el cuello y extrangularlo.
—Eres un idiota —ataqué soltando un bufido.
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Sin Control
RomanceHay algo en ese chico, algo en el azul grisáceo de sus ojos o en la exquisita fragancia que lo caracteriza, algo que no he logrado descifrar pero que sin embargo continúa arrastrándome directo hacia sus brazos. No sé quién es él, ni lo que busca en...