Capítulo 46

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No me atrevo a decir nada más durante el resto del camino y nos es que no quiera hacerlo, no sé qué hacer ni qué decir, no sé ni cómo debería actuar al respecto con esto. Nate no intenta continuar más con la conversación al notar mi incomodidad y eso es algo que agradezco.

Mis dedos comienzan a jugar mientras comienzo a quitarme la cutícula para no sentir que el aire me falta, el resto del camino sólo es silencio a excepción a los sonidos de la carretera y al cabo de varios minutos finalmente llegamos a mi casa.

—Por favor vuelve a agradecerle a tu madre de mi parte ¿Si? Fue muy amable —digo, está vez tomo el valor de mirarlo, su cabello está desordenado, no es algo común en él. Nate asiente así que yo lo hago también, tomo la manija de la puerta y la empujo para abrirla, no digo nada más y me bajo del auto para dar un par de pasos hacia mi casa cuando escucho la otra puerta abrirse.

No hace falta mirar para saber que se ha bajado del auto.

—Espera, Sophia —su voz me detiene, me quedo unos segundos en mi lugar y después volteo hacia él, Nate apoya su brazo en el techo del auto, espero a que diga algo que me incomode aún más pero no lo hace, sólo dice—Me debes diez libras.

Mis cejas se juntan y mi cabeza se ladea un poco, su voz suena divertida lo que me hace reír internamente.

—¿Qué?—pregunto confundida ladeando mi cabeza un poco, su pregunta y el tono suave y delicado con el que lo dice hace que una sonrisa aparezca en mí.

Una sonrisa también aparece en él y a pesar de que no es demasiado el tiempo que tenemos separados se siente como si no lo hubiera visto en años pero se siente bien saber que su sonrisa juguetona luce igual a la última vez que la vi y verlo de esa manera me hace preguntarme tantas cosas.

¿Cómo la habrá pasado él todo este tiempo?¿Habrá sentido ese cuchillo enterrado en los pulmones que no lo dejaba respirar?¿O simplemente se rindió, se volvió fuerte y siguió adelante? No tengo idea pero desearía saber la respuesta.

—Me los debes ¿Recuerdas?—rié un poco—Aquel día apostamos a que mi hermano y Emma terminarían pronto y así fue.

Entonces me rio al recordarlo, estábamos sentados apostando que la relación de Derek y Emma se iría al diablo en tan poco tiempo, creí que tardarían un poco más pero su ruptura fue más rápida de lo que esperé, diablos, habría deseado no estar ebria para poder escuchar a mi amiga e intentar sacarla del caos que seguramente pasó, Derek destruyó la relación a la que Emma se encontraba muy aferrada.

Relaciones, pueden ser complicadas pero ¿Qué más podemos hacer? El amor es el peligro más tóxico en el mundo y aún así saltamos en voluntad propia hacia el.

El amor nos hace cuestionarnos lo que somos y lo que valemos, nos hace lastimarnos a nosotros mismos y nos empuja de la manera más cruel al vacío pero seguimos ahí, aferrándonos a el. El amor es un sentimiento que jamás sabremos entender en todos los sentidos, nos destruye y nos reconstruye con tanta facilidad hasta guiarnos a esa persona correcta pero durante el largo camino aprendes amar cualquier cosa por muy insignificante que sea y eso de alguna manera lo es todo.

—Si, por supuesto, te los daré después —Respondo, ni siquiera sé si eso es verdad, no sé si lo volveré a ver o si quizás volveremos a distanciarnos, tal vez él esté conociendo a otras personas.

—Bueno, los estaré esperando —Dice riendo nuevamente, se mueve un poco haciéndome saber que está por subirse al auto de nuevo. Así que me apresuro a decir.

—Nate, espera ¿Puedo hacerte una pregunta antes de que te marches?—pregunto, Nate se detiene y me mira, al instante asiente —Tú y ella... mmm ¿Están juntos ahora?.

Sin ControlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora