Capítulo 52

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Introduzco la llave en el cerrojo y la giro abriendo la puerta enseguida, Nate se acerca detrás de mi susurrándome cosas que no entiendo pero que sin embargo me dan cosquillas.

—Basta, nos van a escuchar —Me adentro a mi casa con él detrás de mi, todos los focos están apagados por lo que sé, mis padres están dormidos así que hago lo posible por no hacer nada pero los susurros de Nate lo complican todo, cierro la puerta y cuando me giro hacia él me besa de golpe, me separo de inmediato —Ven conmigo.

Tomó su mano y lo dirijo en la oscuridad hasta las escaleras, con rapidez llegamos a mi cuarto así que observo el reloj sobre el buró, 2:45 am. Después de decirle a Derek decidimos marcharnos, estuvimos paseando por todos lados, besándonos, tomándonos fotos y simplemente riéndonos de nosotros mismos, incluso bebimos un poco y esa es razón por la que el alcohol en nuestras venas no nos permite pensar con claridad. Me acercó a Nate y lo besó en la mejilla, mi esposo.

—Necesitamos dormir, mañana debes trabajar y yo tengo clases —Susurro, él rápida frunce el ceño.

—¿Dormir? No necesitamos dormir, ésta noche sólo seremos tú, yo y esa cama —No me deja responder cuando toma la parte trasera de mi muslo y me levanta del suelo para después caminar y recostarme sobre mi cama—Maldición, no puedo creer que eres mía, sólo mía.

—Lo seré siempre —Abro mis piernas y él se acomoda entre ellas, tomó su rostro entre mis manos y me tomó un segundo para ver su rostro, no logro ver mucho debido a la oscuridad pero lo poco que puedo ver es lo suficiente para hacerme saber cuando enamorada estoy de él—Bésame tonto.

Él sonríe y me besa, los besos se vuelven cada vez más intensos a un ritmo muy rápido allí que nos lleva al descontrol de inmediato. Nuestra ropa yace sobre el suelto mientras que sus labios atacan mi piel sin ningún tipo de compasión, Nate entra en mi de golpe haciéndome arquear mi espalda en el momento en que siento su cálida piel mezclarse contra la mía, la fricción entre nosotros se siente jodidamente deliciosa y más cuando él se mueve con rapidez que me deja totalmente sin aliento.

Continuamos gimiendo en susurros y continuamos así por un rato más hasta que terminamos, ni siquiera dijimos algún palabra, sólo caímos rendidos hasta quedarnos dormidos.

***

Miércoles.

La mañana del miércoles transcurría tan lento que la desesperación en mi hacía que mi cabello se cayera, no estoy segura si es por el sueño que tengo o porque en verdad avanza lento, sólo que quiero irme a casa ahora, estoy un 100% segura de que hoy no aprendí nada en clase, bueno, nunca aprendo nada pero por lo menos ahora si estoy al 100% segura.

Desde hace como 20 minutos que no dejo de pensar y de temblar sin parar, hoy debíamos hablar con nuestros padres sobre la decisión que Nate y yo hemos tomados y esto me tiene muy mal, no quiero hacerlo, no quiero hablar con ellos, sólo quiero tomar mis cosas y huir. Estoy muy inquieta que incluso me quito el apetito a la hora del almuerzo, no he hablado con Nate en lo que va de la mañana pero me puse de acuerdo con él para vernos un poco después de clase, él aseguró que buscará la manera de llevar a sus padres a mi casa para enfrentarlos juntos lo que me pone muy nerviosa porque la campana suena de golpe dándome la señal de que todo está por cambiar.

Tomó mis cosas y salgo del aula casi corriendo para dirigirme a la salidas del instituto, en el camino me encuentro con Noah y Emma que espera que me detenga pero no lo hago, paso por un lado de ellos sin decir nada y continúo mi camino. Subo al auto y conduzco a toda prisa a mi casa, ni siquiera sé porqué estoy apresurada a llegar, sólo necesito conversar con mis padres antes de que no me quieran volver a ver. Soy la única hija, mis padres siempre me han consentido con todo y son muy sobre protectores por lo cuál no espero nada bueno en su reacción, al cabo de unos 7 minutos estaciono el auto frente a mi casa y me adentro en ella.

Sin ControlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora