Capítulo 10

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Comencé a arrastrar mis pies de cansancio tratando de encontrar a la loca de Emma por algún lugar en esta gigantesca escuela, el día de hoy me cargo unas ojeras que ni el maquillaje logró quitar, sólo he dormido tres horas después de que Nate invadiera mis pensamientos toda la mitad de la noche.

¿Cómo es que tengo talento en ser tan estúpida? Cuando lo miré y se lo dije de frente me pareció lo más normal de la vida pero cuando intentaba dormir, recordaba ese momento y simplemente sonreía sola y esa es la causa por la que solo dormí tres horas o quizás menos.

No sé qué es pero estoy segura qué hay algo en mi interior electrificándome sin piedad cada vez que pienso ese color grisáceo con azulado que cuando se enfoca en mi parecen conseguir el control sobre todo mi cuerpo, un segundo y me deja sin aliento, ¿Cómo puede controlar mi cuerpo con un chasquido cuándo ni siquiera lo conozco bien? Lo peor de todo esto es que mi cuerpo gusta de él y eso traerá problemas.

—Hola, Sophia — saludó Noah a un lado de mi, le di una pequeña sonrisa al notar su presencia, cuando mi extraño amigo me miró con atención éste frunció el ceño —Luces cansada, ¿Estás bien?.

—Si, descuida sólo no he dormido mucho últimamente —tallé mis ojos encogiéndome en hombros.

—Vamos, te invito un café para que te sientas mejor — Noah pasó su mano en mi espalda y dio unos leves golpes en ella, le respondí con una cálida mirada. Caminé junto a él hasta llegar a la cafetería de la escuela, busqué una mesa que estuviera sola y por suerte la encontré, fui hasta ella mientras Noah conseguía los cafés.

—Hola, Sophia — Finalmente apareció Emma frente a mi dejando su bolso en la mesa para después sentarse —¿No has dormido?.

—En realidad no, ¿Sabes que hice?— le pregunté, ella negó al instante.

—Cuéntame —Dice la castaña con intriga mientras dobla sus piernas para depositar toda su atención en mi.

—Le dije a Nate que me agrada, de hecho, le dije que me agrada mucho — Noah llegó con los café que tomé rápidamente y bebí de el.

—¿Eso hiciste?—me miró neutra.

—No luces sorprendida.

—Estuviste todo el día de ayer con él, esperaba algo más que un "me agradas"— encogió sus hombros, asentó junto a ella.

—Besé su mejilla —Afirmé de la nada, ella levantó su mirada hacia, vi su mandíbula caer en segundos lo que me llevó a alzar una ceja.

—¿Hiciste que?— exclamó en voz baja, ella tapó su cara con sus manos. Noah observaba con atención la reacción de Emma —¿Cuándo?

—Cuando me llevó a mi casa.

Hemos llegado — afirmó Nate deteniéndose frente a mi casa, le sonreí. Ambos bajamos del auto recargándonos en él, crucé mis brazos mientras observaba mi casa.

—Muchas gracias, Nate — nos miramos por unos pocos segundos que parecían ser infinitos, él me sonrió de lado sin decir nada.

Me despegue del auto al igual que él, mis ojos permanecían sobre él sin ninguna probabilidad de querer quitarse, apreté mis puños ante lo que estoy por hacer, me acerqué rápidamente a él lo suficiente para plantar un beso en un mejilla y poder sentir su mano colocarse en mi cintura.

Permanecí unos poco segundos ahí hasta que comencé a separarme lentamente, lo miré chocando con sus ojos que lucen tan perfectos ante la oscuridad, Nate continuaba sin especular ninguna palabra lo que me hacia sentir tan nerviosa.

Sin ControlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora