Capítulo 44

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La música electrónica ensordece mis oídos del mismo modo en que las parpadeantes luces de colores me ciegan, aún tengo ese sabor amargo y burbujeante en mi boca el cuál se ha encargado de quemar mi garganta por el trayecto de la noche, sin embargo, mi cuerpo tiembla interiormente, mis piernas sienten esa necesidad molesta de querer correr a toda velocidad y no parar nunca pero el resto de mi cuerpo ruega que no mueva si un sólo músculo, lucho contra esa molesta sensación pero desgraciadamente pierdo esa batalla así que permanezco junto aquí, sin moverme, sin reaccionar, sólo con mis ojos sobre cada rincón de él.

—¡Es Nate! Maldición, no creí que vendría —los delgados dedos de Emma se adhieren a mi brazo y me jala sin control haciéndome parpadear un par de veces—Ve con él ¿Qué estás esperando?.

—¿Que? No me acercaré, espera ¿A qué te refieres con que creíste que no vendría? —Pregunto curiosa.

—Llamé a Noah y él me dijo que tú y él vendrían a la fiesta, se lo comenté a Derek y él le dijo a Nate que estarías aquí.

—¿QUÉ HICIERON QUE? — Exclamo molesta, ay no, que haré sabiendo que Nate está aquí.

—Sé que no debemos meternos en lo que sea que esté pasando entre ustedes pero sabemos que ustedes deben estar juntos, de otra manera Nate no estuviera aquí, él ha venido para poder verte, así que trágate tu orgullo y ve a hablar con él.

Ella suelta mi brazo para después darme unos leves empujones en mi espalda que me hacen avanzar un poco, niego con rapidez girando mi vista hacía ella.

—¿Estás loca? Yo... No puedo hacer eso —niego con mi cabeza muchas veces, un suspiro cansado escapa de ella mientras continúa empujándome, me rehúso a seguir caminando así que hago duro mi cuerpo para que no pueda moverme.

—¿Acaso eres estúpida? Deja tu orgullo y ve a hablar con él, quizás y aún pueda pasar algo, no lo sé —Dice apuntando hacia la dirección donde Nate se encuentra mientras encoge sus hombros—No me hagas obligarte, vamos.

—No Emma, olvídalo, además ¿Qué tal que si ya no quiere verme?—pregunto, Emma se golpea a ella misma en la frente.

—¿Qué? Sólo ha pasado un mes, un patético mes, no es cómo si ya no fuera a acordarse de ti—se burla rodando los ojos —¡Tengo una idea! Baila con Noah, acércate poco a poco hasta que Nate pueda verte y vamos a ver que hace.

Frunzo el ceño y mi mirada se dirige hasta dónde se encuentra Noah bailando con un grupo de personas, sé que tiene un par tragos de alcohol encima porque él no bailaría y menos enfrente de chicas.

—¿Qué? Noah le está moviendo el culo a ese grupo de chicas, ni siquiera querrá hacerme caso —levanto mi mano apuntándolo, Emma lo mira cortamente y después regresa a mi.

—Bien, pensemos en algo —dice moviendo sus dedos inquietamente, comienzo a pensar tratando de encontrar algo y lo logro, tengo una idea.

Sinceramente no sé cómo debería sentirme, estoy nerviosa pero también tengo miedo, siento adrenalina, mareos y mi cuerpo tiembla constantemente, supongo que el alcohol en mis venas y tener a Nate en mi mente no es la mejor combinación y temo que pase algo que no espero. Pero maldición, mentiría si no dijera que no quiero abrazarlo o simplemente saludarlo, ha pasado un mes, es poco pero se siente como una eternidad. Comienzo a pensar en diferentes maneras de poder acercarme a él y creo que el alcohol ayuda a mis ideas.

—Lo tengo, deséame suerte —digo sonriéndole, ella asiente y no le doy tiempo de responder porque me voy y me adentro a la casa, me adentro en la multitud encontrando a ese chico que había visto antes.

Él aún permanece con ese grupo de personas que beben como si no hubiera un mañana, me acerco y lo tomo del brazo haciendo que me mire, ni siquiera sé si me conoce pero me siento tan mareada que no estoy en condiciones de poner a pensar en lo que ya ha de estar pensando de mí. Cuando sus ojos se encuentran conmigo, me sonríe coqueto.

Sin ControlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora