Capítulo 37

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Me levanto de mi silla y salgo de la sala apagando los focos, camino hasta las escaleras y subo por ellas encontrando a Jim saliendo del baño limpiando su boca por lo que veo acaba de cepillarse los dientes.

—Buenas noches, Sophia —dice haciendo su sonrisa más fingida que alguna vez he visto, su cabello luce desordenado pero eso no me afirma nada de las sospechas que están creciendo en mi mente, no es como si tuviera que andar peinado todo el tiempo, viste una pijama en tonos gris con rojo, sus ojos lucen grises justo como los de Nate, sólo que los de Nate son grises todo el tiempo y los Jim tienden a cambiar de color cuando hay poca iluminación.

—Creí que ya no me hablarías —digo de lo más normal.

—Que tenga modales y te salude antes de dormir no signifique que vuelva a hablarte —dice con un tono un poco frío, miro hacia el interior de su cuarto y puedo ver dos maletas cerca de su cama.

—¿Tú también te vas?—alzo una ceja mientras pregunto con curiosidad, él mira su cuarto notando las maletas y enseguida vuelve a mirarme, asiente.

—¿No te dijo tu mamá? Ya está lista mi casa, así que iré para allá mañana, ya tengo todo listo—responde—No quiero al tiempo en contra así que empecé desde ahora.

—Bien, ¿Entonces por que Hailee se va también? Ella puede quedarse aquí el tiempo que quiera y lo sabe.

—Ella ha pasado más tiempo conmigo en los últimos meses, sería entendible que se sintiera incómoda aquí sin mí, además tiene que volver pronto a Nueva York —él rápidamente se encoge en hombros, no quiero interrogarlo pero estoy considerando todo lo que Emma me ha dicho de sus sospechas sobre éstos dos.

—¿Últimos meses? Creí que sólo tú y tu padre estaban en Italia.

—Sabes a lo que me refiero —Resopla.

—En realidad no, en fin, iré a dormir —respondo con cierto tono de cinismo, me encojo en hombros y doy una paso para irme pero cuando me responde hace que me detenga.

—¿Qué estás insinuando? —pregunta curioso, él cruza sus brazos al igual que alza una de sus cejas.

—¿Yo? Nada —me hago la confundida—¿Por qué crees que insinúo algo?.

—No me digas que estás celosa, porqué te recuerdo que fuiste tú quién me dejó por alguien más.

—¿Así es ahora? ¿Me recordarás lo que hice cada vez que tengas la oportunidad?—está vez también me cruzo de brazos.

—¿Estaría mal hacerlo?—entre cierra sus ojos.

—¿No podrías sólo olvidar todo? Sólo superarlo, hay cosas más importantes en la vida que hacerme saber a cada segundo lo que hice.

—¿Olvidarlo todo? No, ¿Para qué? Para que tú seas feliz con alguien más mientras a mi me sigue quemando por dentro —al instante niega.

—Disfrutas esto ¿Cierto? Me he disculpado un millón de veces y tú sigues haciéndome sentir como un fiasco, ¿Acaso no podemos llevarnos bien como solíamos hacerlo?.

—No, una amistad entre nosotros es lo menos que me interesa ahora —dice cortamente, él se da la vuelta y entra en su cuarto cerrando la puerta, ruedo los ojos y también entro a mi cuarto cerrando la puerta detrás de mi. Camino hasta mi cama dónde rápidamente me siento, cerrando mis ojos.

Doy una gran bocanada de aire que me ayuda a calmarme, me dejo caer sobre la suavidad de mi cama para después cubrir mis ojos con mis manos, finalmente y sin querer, me quedo dormida.

***

Es una mañana de viernes, recién ha terminado mi clase de Historia, justo ahora es el tan merecido descanso pero a pesar de eso aún continuo trabajando en unas tareas que se me han acumulado, es incómodo escribir y tratar de comer al mismo tiempo pero supongo que es la consecuencia de ser tan distraída y olvidar que tengo pendientes.

Sin ControlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora