Capítulo 34

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Nate continua atrapando mi labios entre sus dientes, mientras que sus manos hacen un excitante recorrido subiendo desde mi abdomen hasta acariciar mis piernas. Paso mis brazos por debajo de los de él para poder tocar su espalda, con las palmas de mis manos empujo su cuerpo hacia abajo para tenerlo aún más cerca de mi.

—¿Tienes idea de cuán feliz estoy de haber terminado con ese juego? No se que sería de mi si eso jamás hubiera terminado —Dice Nate separándose un poco mis labios —Tu aroma me está matando.

—Lo se cariño, me siento de la misma manera —tomo su rostro entre mis manos y lo acerco dando un pequeño beso que sabe como al infierno. Lo amo tanto.

—Muero por hacerte mía una vez más —él se acerca a mi oído y me susurra para después morder un poco mi oreja mientras sus manos comienzan a acariciar mis piernas por encima del pantalón que llevo puesto, encorvo mi espalda un poco y seguido de eso lo escuchó reír.

—¿De que te ríes? —pregunto, él sube su rostro hasta mirarme de nuevo.

—Me causa gracia que hace casi cuatro meses no sabíamos de nuestra existencia y ahora estoy apunto de follarte en el sillón de mi oficina.

—Bésame, idiota.

Él me sonríe y se acerca a mi rostro para continuar besándome, lo tomo de sus mejillas para presionarlo aún más contra mi. Comienzo a deshacer el nudo de su corbata con algo de torpeza pero al final logro mi objetivo así que mis manos se dirigen a su siguiente punto que son los botones de su camisa, cuando los deshago todos Nate se levanta un poco para quitarse el saco que trae puesto junto con la camisa quedando con el torso desnudo. Por mi parte bajo el cierre del abrigo que traigo puesto quedando en una delgada blusa de manga larga que no dura demasiado ya que Nate se encarga de quitarla quedo con lo el sostén cubriendo mis pechos.

Los labios de Nate atacan la piel de mi cuello mientras sus manos acarician mi abdómen y comienzan a subir hasta encontrarse con los tirantes de mi sostén, los baja un poco haciéndome sacar mis brazos.

—Cada vez se vuelve más peligroso amarte de la manera en la que lo hago y lo peor de todo es que no quiero parar de hacerlo—dice separándose un poco de mi lo suficiente para dejarme ver sus ojos y escuchar su respiración agitada.

—Amo cuando haces eso.

—¿Qué cosa?.

—Cuándo hablas de esa manera, lo dices con romanticismo pero también con ese tono sensual que la verdad no se si besarte o dejar que me folles duro—respondo sonriéndole, él alza una ceja.

—A decir verdad ambas son opciones demasiadas buenas —me guiña un ojo y me besa.

Segundos después el alta voz del teléfono hace su presencia.

—Nate, hijo ha ocurrido un imprevisto, ¿Recuerdas las carpetas que te entregué ayer? Las necesito así que iré por ellas, pasare por tu oficina en un segundo, oh y acuérdate de pedirle de Hanna los detalles de la auditoria.

La voz del padre de Nate nos alerta haciendo que nos separemos.

—Mierda, esto no puede pasar justo ahora —Dice Nate levantándose de encima de mí con una gran velocidad, me levanto tomando mi ropa del suelo hasta colocármela por completo al igual que Nate.

—Tú familia siempre será una de las personas más inoportunas que he conocido —digo peinando mi cabello con mis dedos para evitar que luzca como todo un desastre, cuando termino me levanto quitando el seguro de la puerta para no levantar ningún tipo de sospecha.

—Estoy totalmente de acuerdo —dice terminado de hacer su corbata.

—Ven aquí —le digo y él se acerca, paso uno de mis dedos por sus suaves labios quitando mi labial de su rostro y después le acomodo el traje, cuando termino le regalo una sonrisa, él besa delicadamente mi mejilla y camina hacia su escritorio hasta sentarse en el y fingir que está trabajando.

Sin ControlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora