Capítulo 22

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Mi cuerpo comenzaba a temblar debido a la baja temperatura de la habitación lo que provocó que mis sueños llegarán a su fin, abrí mis ojos y me encontré a Nate a un lado de mi envuelto en la manta que se supone debería estar compartiendo conmigo y debo agregar que mi ropa interior no ayuda mucho.

A decir verdad disfruto que aquellas pesadillas con Jim hayan desaparecido por completo, supongo que sólo era la culpabilidad del momento, saber que ahora Nate sabe acerca de todo y que no le importó y decidió perdonarme es algo que me hace sentir bien conmigo misma, no hay más secretos que deba ocultar.

Se ha convertido en demasiado en tan poco tiempo que no estoy segura cómo serían las cosas si no hubiera visto a Derek esa noche, es algo que agradeceré siempre sin duda alguna y ahora, me agrada tanto tenerlo durmiendo a un lado de mi, él y yo somos tan diferentes pero de cierta manera somos como uno mismo.

—Nate —lo llamé pero pareció no querer despertar, lo llamé por segunda vez moviéndolo del hombro haciendo que él abriera con ojos lentamente. Luce tan tierno cuando despierta, su cabello luce realmente despeinado.

Sus ojos están un poco hinchados y esa tonalidad tan gris permanecen en ellos como en tan pocas ocasiones, en mi vida he conocido personas con ojos grises pero nunca había visto unos ojos como los de él, sus ojos no son los típicos que son acompañados de pizcas de otros colores, son completamente grises y cuando cambian, son completamente azules, nunca se combinan, es como si sus ojos fueran especiales y sólo hechos para mirar a los míos.

—¿Que sucede? ¿Estás bien? —preguntó confundido pasando sus grandes manos por sus ojos, sus labios se encorvaron con delicadeza regaladome una sonrisa mañanera.

—¿Disfrutas estar calientito? Porque yo estoy congelándome —pregunté sarcástica haciendo que me sonriera torpemente, él al percartarse de que no tenía manta se acomodó y me cubrió,¿Han sentido esa satisfacción de cuando alguien cálido abraza tu piel helada? Se siente bien arrebatarle la calidez a alguien más.

—Gracias —le sonreí.

—Ven aquí —él me acercó a su pecho desnudo y me abrazo fuertemente, sentí sus húmedos labios besar mi frente lo que me hizo cerrar mis ojos ,esto me agrada —Me haces tan feliz.

No puede evitar soltar una carcajada al escucharlo decir eso.

— ¿Y ahora quién es el cursi?—continué riéndome, no logré ver su cara pero sé que está asesinándome.

—Sophia si, mejor aléjate de mi, estás comenzando a afectarme —Dijo riendo, dándome un empujón haciendo que me separara de él.

—No puedes vivir sin mi —afirmé tomando mi teléfono, cuando lo encendí vi que el reloj marcaba las 11:20, tenía muchas llamadas y mensajes sin ver.

—Quizás tengas razón.

—Mierda, son las 11:20, Emma va matarme  —me levanté como rayo de la cama, comencé a buscar mi vestido y mis zapatos, para vestirme tan pronto como podía.

—¿Qué pasa? ¿A dónde crees que vas? —preguntó confuso sentándose sobre la cama.

—Se supone que regresaría a la casa de Emma a las ocho para irme a mi casa a las nueve, diablos —torpemente me coloqué el vestido —Emma está esperándome en la cafetería, ¿Cómo se supone que vaya con esto?.

Afirme apuntando el vestido.

—En mi auto creo que tener ropa tuya, vamos por él, te cambias y después vas con Emma —Dijo Nate levantándose de la cama tratando de buscando su camisa.

—Bien, eso suena genial —asentí tratando de calmarme.

—¿No puedes quedarte más tiempo y después ir con Emma? —preguntó colocándose su camisa.

Sin ControlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora